No es que yo sea un seguidor acérrimo de Les Luthiers, pero tengo que admitir que he pasado más de un buen rato escuchándolos, y que gracias a ellos he soltado más de una carcajada y media. Aunque muchas de sus actuaciones derrochan un humor ingenioso y original, también hay que reconocer que a veces caen en la gracia fácil y torpe. En ocasiones, de una misma actuación sólo se pueden salvar uno o dos chistes. Sin embargo, yo tuve la suerte de que lo primero que escuché de ellos fue el desternillante bolero «Perdónala» y el no menos divertido «Añoralgias», que desde luego son imprescindibles para conocer a Les Luthiers.
Como botón de muestra he querido coger una divertida parodia del pedantismo crítico, con un final que me fascinó desde el primer momento en que lo escuché. Oigamos a Les Luthiers, y así sabremos qué es lo que los presuntos críticos tenemos que evitar a la hora de hablar del arte.
El vals del segundo – Les Luthiers
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