A pesar de haber cantado a la pasión amorosa con ánimo encendido a lo largo de cientos de versos, me confieso fervoroso lector de El arte de amar de Erich Fromm. Para Fromm el amor es infinitamente más complejo que un mero sentimiento desbordado. Pero no es eso de lo que quiero hablar. Una de las muchas sorpresas que me deparó este libro fue precisamente la parábola de los seis sabios ciegos y el elefante que utiliza Fromm en el capítulo IV cuando habla de los objetos amorosos, y más concretamente cuando compara la lógica aristotélica con la lógica paradójica de las culturas orientales. Fromm reelabora la historia y no ofrece explícitamente las fuentes. Sin embargo, no es difícil averiguar el origen de la parábola: el sufí persa Muhammed Jalal al-Din Rumi.
De hecho, Fromm es el autor del prefacio de un libro sobre Rumi escrito por A. Reza Arasteh y titulado El renacimiento en el seno de la creatividad y el amor en la editorial Paidós. La parábola es la siguiente:
Seis hindúes sabios, inclinados al estudio, quisieron saber qué era un elefante. Como eran ciegos, decidieron hacerlo mediante el tacto. El primero en llegar junto al elefante, chocó contra su ancho y duro lomo y dijo: «Ya veo, es como una pared». El segundo, palpando el colmillo, gritó: «Esto es tan agudo, redondo y liso que el elefante es como una lanza». El tercero tocó la trompa retorcida y gritó: «¡Dios me libre! El elefante es como una serpiente». El cuarto extendió su mano hasta la rodilla, palpó en torno y dijo: «Está claro, el elefante, es como un árbol». El quinto, que casualmente tocó una oreja, exclamó: «Aún el más ciego de los hombres se daría cuenta de que el elefante es como un abanico». El sexto, quien tocó la oscilante cola acotó: «El elefante es muy parecido a una soga». Y así, los sabios discutían largo y tendido, cada uno excesivamente terco y violento en su propia opinión y, aunque parcialmente en lo cierto, estaban todos equivocados.
«Parábola de los Seis Sabios Ciegos y el Elefante».
Atribuida a Rumi, sufí persa del s. XIII.
Esta pequeña parábola es una de las explicaciones más hermosas que he leído sobre el relativismo. Efectivamente, como señala Fromm, esta idea jamás podría haber tenido cabida en el pensamiento occidental, regido por la lógica aristotélica. Sin embargo, la lógica paradójica maravillosamente plasmada en esta historia demuestra que, aunque una persona diga blanco y otra negro, ambas pueden equivocarse y tener razón al mismo tiempo. El relativismo queda eliminado por completo, porque se considera la existencia de una única Verdad. Sin embargo, nadie puede estar en posesión de esa Verdad: cada uno aportará su propia visión sobre el mundo. Aunque superficialmente pueda parecer que las visiones se contradicen, en realidad forman parte de algo mucho más complejo. La Verdad siempre será infinitamente más compleja que cualquiera de los acercamientos del ser humano.
¿Se puede aplicar la parábola de Rumi a las grandes cuestiones universales? ¿Es posible que tanto un creyente como un ateo acierten y se equivoquen en sus planteamientos, y que ambos ofrezcan diferentes puntos de vista de la misma Verdad? Es difícil pensar en esta opción, porque ninguno de los sabios postuló la no existencia del elefante, pero desde luego resulta una estimulante invitación a no ceñirse a un único punto de vista. Tal vez si lográramos unir la visión de todos los hombres que fueron, son y serán a lo largo de la Humanidad nos encontraríamos de cara a esa Verdad. Desde luego, no puedo dejar de sorprenderme cuando encuentro a personas plenamente convencidas de que están en posesión de esa Verdad. En Occidente nos queda mucho que aprender de Oriente.
Muy interesante. Y yo creo que aplicable a cuestiones mucho menos (¿?) trascendentes: opiniones sobre personas, relaciones, ideas, percepciones de la realidad, etc.
Un abrazo.
Tremendamente interesante tu aportación .Estoy totalmente de acuerdo . Me interesa mucho todo lo que dé cabida al perspectivismo y al planteamiento de otras posibilidades . No me gusta la gente dogmática y cuadriculada . Saludos
Un excelente texto, Santino, felicidades.
Dos cosas destaco de lo que señalas y con las que estoy totalmente deacuerdo: Occidente tiene mucho que aprender de Oriente, y no ceñirse a un punto de vista es muy inteligente, lo otro puede ser necedad (y hay mucho al respecto en este mundo).
Esta parábola es notable, la interminable discusión de los hombres sobre cómo era un helefante enseña muchas cosas muy importantes, ya apuntas sobre ellas. Por cierto, creo que hicieron una película basada en este relato, no recuerdo su nombre.
Muchos saludos, y buen fin de semana.
Hola, si pudieras recordar el título de la película, y o alguna otra referencia para poder encontrarla, y me pasas el dato, te lo agradecería muchísimo. Un saludo
Para aplicarla a cuestiones religiosas faltaría un último sabio que se equivocara de camino y, sin seguir a los seis hindúes restantes, buscara a tientas el elefante toda su vida sin encontrar nada más que el vacío (eso le convertiría en un ateo, supongo).
De todos modos dudo que algún ser humano asegure al cien por cien que no cree en nada, sería antinatural que alguien no se formulara las tan manidas preguntas sin respuesta… Y eso ya es en sí mismo un atisbo de creencia en algo superior.
Recuerdo que me explicaste esta parábola en una de nuestras primeras conversaciones y me dejaste con ganas de más. Gracias por publicarlo, amor.
Te quiero.
Tienes mucha razón, Portorosa. Lo que pasa es que uno trata de darle un cierto nivel trascendental a las cuestiones que trata. De tus artículos debería aprender a pasar de un contenido trascendente a otro más mundano, que he visto que lo has hecho varias veces y me encanta como queda.
Gracias, Anónimo. Fíjate que ante todo soy antirelativista y creo en la existencia de una única Verdad. Sin embargo, creo que se pueden plantear muchos puntos de vista de esa misma Verdad.
Magda, efectivamente me suena que haya una película, aunque tampoco sabría concretar el título. Trataré de buscar alguna información, porque me interesa mucho. Un saludo.
Tienes razón, Rosa, aunque de entrada habría que pensar que el sabio que no ve al elefante se equivoca, porque efectivamente sí había elefante. Ya sabes lo que pienso sobre el ateísmo, porque he hecho correr ríos de tinta sobre ese tema: me cuesta mucho trabajo creer en ateísmos ortodoxos que no sean a la manera sartreana. Sí, yo también me acuerdo; en realidad lo escribí recordando aquel maravilloso momento. Te quiero mucho.
Bueno, Santino, lo de trascendente, en mi caso, me parece mucho decir, pero muchas gracias de todos modos.
¿Conoces el blog de Álvaro Valverde (lo digo por lo de la Juan March, en donde lo nombras)?
Un saludo.
Sí, Portorosa, lo conozco. De vez en cuando me acerco a su blog, pero no me llega a enganchar del todo. Será cosa mía. Un saludo.
Junto con saludarle, quisiera que me ayudara en responder las preguntas de esta fábula.
¿Qué trata de comunicarnos el narrador? Si la figura del elefante y la figura de los ciegos conforman una analogía.
¿Qué sería lo analogado?
Agradecería su respuesta a mi email.saludos desde Copiapó.
hasta que no se siente en los huesos no se cree, no existe en ningun lado del mundo a mi pensar una unica verdad
lau, me temo que este problema es infinitamente más complejo, porque decir que no existe en el mundo una única verdad ya es admitir la existencia de una verdad absoluta. Es una de esas paradojas a las que el ser humano jamás encontrará una solución.
Si el elefante no es elefante ni los sabios son sabios, mas bien todo una farsa para observar el comportamiento de los mas «sabios» de este planeta
asi introducen en el humano el concepto de dios y agregan algunas apariciones «divinas» redenciones espectaculares en montes misticos.Ahora quien creo e implemento este experimento macabro?
el hombre al mismo hombre, el del futuro al del pasado, el que se hizo dios comprendiendo las leyes del universo y viajando a su antojo por el universo hacia el pasado y el futuro aquel que tiene la capacidad de crear dioses y demonios, y por cierto otros universos que utiliza para venderlos en jugueterias y que un niño puede utilizar como un vulgar software, como una partida de age of kings infinitamente mas compleja y entretenida. Asi se explicaria
tambien los grandes genocidios de la alemania nazi, en fin las mas terribles catastrofes, tendrian una explicacion aceptable, el niño se aburrio del jueguito y se fue a jugar por ahi con el gato.
Veo que mi humilde comentario no les interesa en lo mas minimo.
Con todo respeto, Igorix, su comentario es medio confuso; quizás si agregara algunas comas y acentos sería más claro (no pretendo ser un corrector sino que creo que en este caso serían necesarios)
Saludos!
me encanto tu blog, gracias por lo que regalas
muy sabias palabras
Esta parabola es muy bonita, ya que puede aplicarse a la vida, nos invita a no quedarnos o aferrarnos a la primera impresion de algo que no conocemos, es necesario conocer a fondo las cosas para estar seguros de no equivocarnos, es aplicable a nuestra vida cotidiana.
Hola: Quisiera que me ayudaran a hacer una critica costructiva segun el entorno, sobre la lectura (el elenfante y los seis sabios ciegos)…. De ante mano agradezco su ayuda…… Besos..
la verdad que muy interesanteee me gusto mucho, pero ahora necesitoo pedirles que me ayuden, tengo que rendir un final de psicologia, y presentar una historia o una pelicula y relacionarlas con: atencion, persepcion, el modo de conocer, y con los diferentes modelos, el conductismo, el modelo cognitivo, el sistemico el psicoanalitico y el personalista.
espero que alguien lea y mi post y me pueda ayudarrr
graciass =)
Cele
celec27@hotmail.com
jkjkjh
Es una parábola muy interesantem pues nos ayuda a comprender no solo en el relativismo en que podemos caer, sino que compartiendo juntos los saberes que tenemos, podemos construir una verdad más acertada. Un epqueño ejemplo es: cuando nos damos cuenta que la vida es lo más importante y si nuestro proyecto apunta a ella, obtenemos algo de la verdad. porque hemos utilizado el «Diálogo» para comprendernos en un mínimo que comprende un máximo. Att: Harold M.
Mira que no recordaba que Fromm la incluía en su Arte de amar… Pero no creo que refuerce precisamente el «relativismo», ni mucho menos. Alguien usó por aquí «perspectivismo», eso estaría más ajustado. El elefante existe, y la verdad también, independientemente de la cercanía que tengamos a ella. «Relativismo» nos remite a una especie de «todo es verdad, todo es mentira, depende del cristal con que se mire». Pero eso no es verdad. No es igual de verdad que el Carnicero de Mathausen cuenta «su verdad» como algo igual que una de sus víctimas. El llamado relativismo es la antesala de «todo vale»…, aunque acaso eso sea muy (mendazmente) «democrático». Podría terminar con que existe una «verdad moral», aunque el psicópata pueda tener sus «verdades», sus justificaciones, sus racionalizaciones para continuar siendo coherente consigo mismo, que es lo único que importa al ser amoral, mega-narcisista, mega-egocéntrico. Cuidado con el concepto de «relativismo». Creo que Fromm estaría de acuerdo con lo que digo aquí…
me gusto mucho
pongan las palabra mas claras
Mejor ajusta la claridad de tu monitor
Es muy interesante la historia y tal vez reveladora, pero omentarios omo este
«Efectivamente, como señala Fromm, esta idea jamás podría haber tenido cabida en el pensamiento occidental, regido por la lógica aristotélica»
siempre son exagerados. La idea de que hay un pensamiento «aristotelico» al cual los occidentales nos vemos atados es absurda pro donde se le mire.
Ojo, no estoy diciendo, que la logica aristotelica no haya permeado mucho en occidente, solo digo que las afirmaciones con carater absoluto como esta tienden estar equivocadas (lo cual, supongo, es muy ironico teniendo en cuenta el espiritu del texto)
Pero si el elefante está allí, entonces hay una verdad, lo único que hay que hacer es buscar un poquito más y no dejarse llevar por meras apariencias. Descarto que el único absoluto sea que todo es relativo, como principio no tiene mucha lógica.
jajajaj