La duquesa de Alba

La duquesa de Alba

   Mientras la flor y nata de la elite social y política se daba palmaditas en la espalda en un acontecimiento organizado por la desastrosa y lamentable Junta de Andalucía, el vulgo era apaleado en las puertas del evento por hacer gala de su libertad de expresión y manifestar su disconformidad por el nombramiento como Hija Predilecta de Andalucía de Cayetana Fitz-James Stuart, más conocida como Duquesa de Alba, la mayor poseedora del mundo en títulos aristocráticos y nobiliarios y veinte veces Grande de España.

   No sin motivo los jornaleros están descontentos, ya que la Duquesa de Alba recibe anualmente de los fondos agrícolas comunitarios 1.885.000 euros para el mantenimiento de las 34.000 hectáreas de tierra que posee. En Andalucía un 2% de terratenientes son propietarios de un 50% de la tierra, y por ello reciben subvenciones europeas que ascienden a 14,5 millones de euros, repartidos entre siete propietarios. Uno de ellos es la Duquesa de Alba. Mientras tanto los pequeños campesinos y jornaleros tienen que recurrir al subsidio agrario, es decir, a la caridad, para no caer en la miseria. Tal vez sea un poco brusco, pero este asunto me recuerda al magnífico cierre del poema «Bird» de MiguelD´ors: «esplendor de la rosa / y el estiercol».

   No deja de parecer incongruente que la Junta de Andalucía, muy en su línea, premie a la Duquesa de Alba, una de las mayores terratenientes de España y representante última de la ya rancia economía caciquil. Y es que nuestros gobernantes, en lugar de reconocer proyectos emprendedores que destierren de una vez y para siempre el tópico de la Andalucía de los señoritos, han preferido galardonar el ilustre abolengo, como si en pleno siglo XVII estuviéramos. Pero para la Junta los méritos de la Duquesa son evidentes: «Siempre dispuesta a prestar su aportación a causas benéficas, la duquesa de Alba también se ha distinguido por su apoyo a las artes. En este sentido, ha desarrollado una gran labor para conservar y mejorar los bienes de interés cultural que forman parte de su patrimonio familiar, muchos de ellos en Andalucía, además de abrir los archivos de la Casa de Alba a los investigadores».

   Yo, en cambio, me quedo con las expresivas palabras del Sindicato de Obreros del Campo: «Señor Chaves, usted nombrará Hija Predilecta a la Duquesa de Alba pero sepa que lo hace sin nuestro consentimiento y en contra de la voluntad de la inmensa mayoría de los trabajadores y trabajadoras de Andalucía».

   Por cierto, a todo esto, ¿a quién se ha nombrado Hijo Predilecto de Andalucía?, ¿a la duquesa de Alba o al dinero de la Duquesa de Alba? Yo es que con estas cosas siempre me hago un lío…

   Para más información: http://www.soc-andalucia.com/duquesa.htm

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