Orhan Pamuk

Orhan Pamuk

   A diferencia de lo que ocurría el año pasado, en esta ocasión sí conozco al autor galardonado, aunque no precisamente por producción literaria, sino por sus inclinaciones políticas e ideológicas, puestas de manifiesto no hace mucho en una revista suiza. Y es que Pamuk tuvo el coraje de denunciar las masacres realizadas por Turquía a armenios y kurdos en la Primera Guerra Mundial, lo que le valió al escritor el desprecio por las clases dirigentes y los sectores nacionalistas de su país, aunque esto no impidió que se convirtiera en el autor más vendido. La posición de Turquía es delicada y debe tratar el caso de Pamuk con cautela, a pesar de que el autor levante acérrimos odios, si éste país desea ingresar en la Unión Europea.

Todo parece indicar que se trata de un autor interesante, con mucho que decir, con el cual la Academia podrá enmendar errores como el de Elfriede Jelinek. Para saberlo habrá que seguirlo de cerca, y tener la cabeza un tanto fría para que el activismo político no interfiera en el arte. Recordemos que es el Nobel de Literatura, no el de la Paz.

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