Me entero a través de Cuchitril Literario de que esta madrugada ha fallecido Francisco Umbral a consecuencia de una parada cardiorrespiratoria. Sólo espero que este magnífico escritor y periodista no pase a la memoria colectiva únicamente por sus excesos como personajillo de la farándula literaria más impresentable, y con todo, hipnótica por su dandismo y su aire bohemio. Aunque no he leído nada suyo como novelista (faltas no me ganan de leer La noche que llegué al café Gijón, sí tiempo) he frecuentado con bastante interés su columna diaria en El Mundo y es uno de los pocos periodistas que seguía asiduamente. Entre sus columnas imprescindibles, porque no todas lo son ni mucho menos, se encuentran sus retratos o semblanzas de personajes concretos, escritores en una buena parte de los casos (las dos últimas estaban dedicadas a Azorín y a Eugenio d´Ors).
Además de diversos panegíricos El Mundo ha publicado en su edición digital una página que permite acceder a todos sus artículos desde 1994.
Fíjate que yo no lo he leído nunca a este señor. Y nada más lejos que querer alardear de ignorante, no, pero se da la circunstancia de que nunca he leído los periódicos donde colaboraba, y que tampoco me han saltado sus libros desde los anaqueles de las librerías, como me ha pasado con otros autores. El caso es que, hablando con algunos amigos, me dicen que les ha pasado lo mismo a ellos. Es curioso ¿no?
Tampoco es que yo lo haya leído mucho, como ya digo sólo algunos de sus artículos, y normalmente por internet. Lo que te puedo decir es que su estilo (el ritmo de su prosa, la combinación de palabras), cuando quiere, normalmente es mucho más interesante que lo que dice. También es curioso como testigo de una época y de un ambiente, algo que sí ha dejado retratado, siempre bajo su punto de vista, en sus crónicas. Entiendo que no te despierte mayor interés, desde luego no es un autor absolutamente imprescindible.