Sócrates

Sócrates

   Vivimos en una época decadente, los jóvenes ya no respetan a sus progenitores, son groseros e impacientes, frecuentan bares y no tienen dignidad.¹

   Los jóvenes se han vuelto irreverentes y holgazanes. Nunca serán como aquellos jóvenes de antes. Van a ser incapaces de conservar nuestra civilización.²

   Nuestros jóvenes ahora aman el lujo, tienen pésimos modales y desdeñan la autoridad. Muestran poco respeto por sus superiores y prefieren la conversación insulsa al ejercicio. Los muchachos son ahora los tiranos y no los que colaboran en sus hogares. Ya no se levantan cuando alguien entra en el hogar, no respetan a sus padres, devoran la comida y tiranizan a nuestros maestros.³

   ¹ Inscripción tumba egipcia, 3000 años a.C.

   ² Fragmento escritura cuneiforme, de un documento encontrado en Babilonia, 2000 años a.C.

   ³ Sócrates, según sus discípulos, siglo IV a. C.

   El discurso consolatorio del aureas aetas es recurrente a todas las épocas históricas desde que el hombre es hombre. No nos engañemos: la edad de oro de la concordia entre jóvenes y adultos nunca existió. La decadencia de valores es sólo la máscara de un problema que en su raíz es generacional. Nuestros jóvenes no son ni mejores ni peores de lo que nosotros lo fuimos, simplemente son distintos a nosotros mismos.

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