Anna Politkóvskaya

Anna Politkóvskaya

   Anna Politkóvskaya había escrito: «Si uno quiere seguir trabajando como periodista ha de mostrar un servilismo total hacia Putin. De lo contrario puede encontrarse con la muerte, con una bala, un veneno o un proceso judicial, lo que nuestros servicios especiales, perros guardianes de Putin, consideren más oportuno». Resultan escalofriantes estas palabras vaticinadoras porque por ellas, y por sus denuncias a las violaciones de los derechos humanos en Chechenia fue abatida a disparos en la puerta de su casa el 7 de octubre del 2006. Con Anna ya son dieciocho los periodistas asesinados desde la llegada de Putin al poder en marzo del 2000. Y además, está el caso de Aleksandr Litvinenko, ex espía ruso y uno de los máximos opositores al régimen de Putin que fue envenedado en extrañas circunstancias con una sustancia radioactiva llamada polonio-210. Litvinenko estaba investigando la muerte de Anna.

   La tesis de la Fiscalía General, que imputa el crimen a un grupo mafioso chechenio, no se sostiene a causa de numerosas contradicciones. Por otra parte, la autora de libros como Terror en Chechenia y Una guerra sucia había confesado que recibió amenazas de muerte por parte de los servicios secretos rusos, del Ejército y de otras agencias de seguridad del Estado.

   Rama Yade, secretaria de estado encargada de Asuntos Exteriores y Derechos Humanos dijo sobre la muerte de Politkóvskaya: «No es solo una vida arrancada, es que han matado a la verdad». Si este asesinato permanece impune sin que la conciencia pública se levante estaremos colaborando de alguna forma en este atentado contra el derecho a la libertad de expresión y a la libertad de prensa.

Comentarios

comentarios