Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres

Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres

   Que la realidad supera a la ficción es una frase que tal vez se haya convertido en tópico a fuerza de uso y de abuso, pero no es menos cierto que en muchas ocasiones no queda sino quitarse el sombrero ante la dichosa frasecita. Lo que Arturo Pérez Reverte propone irónicamente en uno de sus sangrantes artículos más conocidos, «Lo que se perdió “La Codorniz”», la regularización del femenino en palabras como soldada, cooperanta, albañila, amanta, alguacila, soprana u homosexuala (sic) ha sido secundado por uno de esos organismos que como dijo Pablo Molina «se crean y después se buscan las funciones que deberán realizar». Me refiero a la Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres, cuya presidenta Rafaela Pastor, además de demostrar un gusto pésimo en la elección de nombres defiende ─de forma surrealista─ la admisión de femeninos como “miembra” y “jóvena”.

   No voy a extenderme demasiado sobre el tema, y si el lector quiere conocer mi opinión le emplazo a que lea un artículo que escribí hace tiempo titulado «La guerra del masculino genérico». Lo verdaderamente grotesco de Rafaela Pastor no es que proponga una serie de cambios lingüísticos artificiales, olvidando que la lengua es infinitamente más compleja y que es el conjunto de hablantes y no la Real Academia de la lengua quienes permiten que evolucione, sino su más absoluta ignorancia que le lleva a afirmar auténticas barbaridades sobre el latín y sobre el funcionamiento de la lengua ─como ya hiciera Amparo Rubiales con más humildad declarándose una «absoluta ignorante en esta materia»─.

   Transcribo las palabras de Rafaela Pastor según la noticia de El País porque no tienen el más mínimo desperdicio (el subrayado es mío):

   Según el razonamiento de esta plataforma, “el lenguaje está construido desde un sistema patriarcal y, por tanto, injusto y desequilibrado”. “Ya no se aguanta recurrir al razonamiento de que algo no es correcto gramaticalmente para negar un lenguaje no sexista apoyándose en los patrones que marcan lenguas clásicas como el latín”, afirmó Pastor. Según esta plataforma, el latín se forjó en una “época en la que las mujeres” eran tratadas “como esclavas y eran los hombres los que decidían y concentraban todo el poder”. Por ello, el latín “nos supone un lastre, ya que validamos nuestra sociedad mirando siempre a un pasado en el que no se ha tenido en cuenta a más de la mitad de la humanidad, que somos las mujeres”.

   Pensaba hacer un largo artículo demostrando lo ignorante que es Rafaela Pastor ─que además concluye diciendo “si tenemos que destrozar el lenguaje para que tengamos espacios de igualdad se deberá hacer”─, pero creo que no será necesario. Como todos los tontos, se descalifica a sí misma.

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