Uno de los fenómenos más curiosos de la red de redes bajo mi punto de vista es la propensión a atribuir textos apócrifos a escritores consagrados. El patrón que se sigue se repite una y otra vez: suelen ser fragmentos de ínfima calidad, sobre la amistad o el amor, supuestamente atribuidos a escritores hispanoamericanos. No hace falta ser muy inteligente para descubrir el engaño, basta con haber leído algo de esos autores para que salte a la vista el penoso engaño. Lo que me llama la atención son los motivos de la atribución, seguramente para avalar de alguna forma el texto, que finalmente acaba esparciéndose como la pólvora quemada por correos electrónicos.
Pero a veces sucede que las falsificaciones están más conseguidas. En esos casos no es tan fácil decidir si el texto es auténtico o no. La red, causante del problema, es al mismo tiempo la solución, aunque por supuesto no siempre funciona, y en algunos casos la duda no se disipa.
Es lo que me ha ocurrido con un texto atribuido a Julio Cortázar que he encontrado en un fotolog. Estoy convencido, quizá por intuición, de que el texto no pertenece a Cortázar; sin embargo, lo reproduzco porque suscribo plenamente lo que en él pone, y me parece muy significativo que una sentencia con tal contenido se haya puesto precisamente en boca de Cortázar. No me llama tanto la atención la idea en sí, que no es original ni mucho menos, cuanto el hecho de que sea Cortázar quien diga algo así:
«Creo que ningún escritor tiene derecho a dificultar deliberadamente la lectura al lector: porque esto se llama pedantería o insuficiencia. Es el caso del que no tiene nada que decir y entonces lo dice en un lenguaje muy complicado, para disimular que no está diciendo absolutamente nada».
Y hay algo curioso en lo que dices, la mayoría de esos textos, generalmente atroces poemas con filosofía de almanaque, son atribuidos a Borges, Tagore o Kipling ¿por qué será?
Sin olvidar a Neruda y, cómo bien indicas en tu atinado post, a Cortazar.
He recalado en estas playas por casualidad, pero me está gustando mucho tu blog… si no te importa, me detengo un poco más, y me recreo con lo mucho apreciable que hayo en él.
Felicidades, Sísifo (ese personaje me llama poderosísimamente la atención… Cada cual tiene una piedra que empujar, su propio castigo: su vida)
Un saludo.
Psique
Yo al principio pensaba que no era de Cortázar porque no me parece que en sus libros se lo ponga fácil al lector o use un lenguaje «sencillo» pero al buscar la frase en internet en varias páginas pone que es de él