Una de mis aficiones hasta ahora nunca confesada ─entre otras a las que no haré referencia─ es el cine de terror de serie B, esas típicas peliculuchas de bajo presupuesto que abundan en monstruos de goma y sangre de tomate. Y especialmente disfruto con el cine de zombies, que creo conocer bastante bien, porque no hay una sola película que no haya visto. Más de uno quizá se sorprenda o se pregunte cómo es posible que pueda tener tan mal gusto o tanta falta de escrúpulos por disfrutar viendo cómo seres humanos devoran a bocados las vísceras de otros seres humanos. Desde luego, si hay una explicación, ni yo la tengo ni esa es la intención de esta entrada.
Más bien quería comunicar el hallazgo hecho a través de Un hombre sentado en una silla de una entretenida novela de zombies que se puede leer a través de internet. La entrada de Portorosa es bastante antigua, pero la tenía almacenada para cuando tuviera tiempo disponible. De hecho, esta novela ya la había visto mucho tiempo antes, pero no pude prestarle mayor atención precisamente por falta de tiempo. La novela en cuestión se llama Apocalipsis Zombie y no es más que la descripción de cómo el fenómeno zombie irrumpe en el mundo, desbastándolo y levantando sus cimientos, la lucha frenética de un puñado de personajes empeñados en sobrevivir a cualquier precio, la locura del hombre expuesto a situaciones límites. Todos los ingredientes exigibles en una buena historia de zombies, vamos. Con dos descubrimientos fundamentales: la acción se desarrolla en España ─concretamente en Galicia─ y el protagonista no es el típico héroe triunfador al que nos ha acostumbrado el género de factura norteamericana, sino que es un tipejo “normal y corriente”, con un poco de suerte y de sentido común; un ser humano, en definitiva.
Como aviso a los sibaritas del estilo hay que decir se nota a leguas que la novela está escrita a la carrera, no sólo sin repasar ni corregir, sino carente por completo de cualquier tipo de intención ortográfica o gramatical. Los descuidos son frecuentes casi en cada párrafo y las tildes brillan por su ausencia. Si a este inconveniente se le añaden algunas incoherencias narrativas ─el formato de diario que va evolucionando hacia un narrador en primera persona omnisciente, aún cuando en algunas ocasiones resulta poco creíble que se escriba un diario─ debiera ser suficiente para mantener alejados a los escrupulosos del estilo. Sin embargo, a pesar de que es un aspecto que valoro profundamente en la literatura, merece la pena leer Apocalipsis Zombie, porque el autor ha sabido dosificar la intriga con gran maestría ─sí, no tengo inconveniente en usar esta palabra─, de forma que la novela se lee prácticamente sin respirar y de un tirón. En cada entrada se alcanza un punto climático que se rompe y no se resuelve hasta la siguiente (con lo que también hay que decir que he tenido suerte al leerla del tirón y no tener que esperar que vaya publicando). No sin motivo ha acabado siendo una novela con miles de seguidores en la red.
Lo que más me ha fastidiado ha sido que al llegar a un punto bastante avanzado de la novela he descubierto que finalmente su autor, Manuel Loureiro ─un abogado gallego al igual que el protagonista del libro─, ha conseguido publicarla en papel en la editorial Dolmen a un precio bastante módico con el nombre de Apocalipsis Z. Como apenas me quedaba ya libro por leer y no podía esperar a ir a la librería lo he terminado acabando. Ahora no creo que me compre el libro, porque creo que no aporta nada nuevo, excepto alguna que otra revisión ortográfica y gramatical, pero si hubiera tenido la oportunidad de hacerlo desde el principio lo habría hecho sin duda.
Una última advertencia tengo que hacer para que después nadie me venga con quejas. La novela está completamente acabada, pero hay una segunda parte titulada Los días oscuros que retoma el hilo justamente donde lo dejó la primera, hasta tal punto que leídos seguidos se pierde la noción de continuación y parece la misma novela. Esta segunda parte no está terminada ni parece que vaya a estarlo en mucho tiempo, porque parece ser que el autor anda en paradero desconocido. El final es por tanto un corte abrupto en un momento bastante climático que en realidad no es un final. Avisados están, y aún así recomiendo muchísimo su lectura a aquellos a los que les guste el tema zombie.
Si a pesar de mis intentos comerciales alguien quiere leer la novela por Internet puede hacerlo desde la siguiente página en adelante: Apocalipsis Zombie.
¡Santino, cuánto tiempo, y qué sorpresa! He visto alguna visita desde aquí, y por aquí he vuelto. Me alegro de saber de ti; la verdad es que uno va cambiando de lecturas, y esto es tan inabarcable que se olvida de sitios que debería recordar más a menudo.
Un abrazo.
Si te ha gustado la copia, el original te va a encantar:
http://alpha-dog.livejournal.com/