En Om & Asociados me he topado con el manifiesto que reza el título de la entrada. Soy bastante escéptico con respecto a la utilidad de las quejas por parte de los usuarios, bastante negativo en cuanto al reconocimiento del poder limitado del individuo ante el monstruoso poder de la ilimitada institución o industria. Sin embargo, mediante el uso de redes sociales el usuario puede cómoda y rápidamente sentirse unido desde el confort de su hogar, lo que hace que esta herramienta sea tremendamente útil para mostrar conformidad o disconformidad con los asuntos más variados, como a demostrado con todo este tema la plataforma Facebook.
He sabido por las noticias que este manifiesto ha surgido a partir de una reunión de Ángeles González-Sinde, Ministra de Cultura, con representantes del sector de Internet ―emprendedores, blogueros, analistas y periodistas―. En esta reunión González-Sinde se mostró poco clara en el hecho de si pretende imitar el modelo francés en cuanto al uso de Internet, posibilitando al gobierno para cerrar sitios web o para cortar conexiones sin la necesidad de que un juez dé su visto bueno. La propuesta de esos mismos representantes fue este manifiesto, que ha corrido por Internet como reguero de pólvora. El PP por supuesto ha exigido rápidamente la dimisión de González-Sinde, que además se ha visto bastante perjudicada por el hecho de que Zapatero haya confirmado que el gobierno no cerrará en ningún caso páginas web. María Teresa Fernández de la Vega ha intentado suavizar las declaraciones de Zapatero, afirmando que en ningún caso contradicen a las de González-Sinde, pero es evidente que sí existe esa contracción. En cualquier caso, es preferible que González-Sinde dimita, porque ha demostrado ser un eslabón muy débil y no estar a la altura de las circunstancias; y el PSOE, por su parte, debería replantearse su política cultural. Cuando dos derechos entran en conflicto, en este caso el derecho de autor y el de la libertad de expresión y de circulación de la cultura, nunca debe sobreponerse uno al otro, sino que hay que intentar conciliarlos, replanteándose los puntos de vista obsoletos.
A pesar de creo que se ha exagerado el tema, que ciertos sectores se han encargado de darle el bombo necesario para perjudicar a sabiendas, a pesar de que el presidente mismo ha declarado que el gobierno no va a cerrar páginas ni a tomar determinadas actuaciones, quiero poner el manifiesto para expresar el inconformismo que me produce la política que el Ministerio de Cultura ha decidido tomar en lo que refiere al tema de Internet y de los derechos de autor.
Si están de acuerdo basta simplemente con darle un poco de publicidad. Les pongo aquí el manifiesto directamente:
Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que…
1. Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.
2. La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.
3. La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.
4. La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.
5. Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.
6. Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.
7. Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.
8. Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.
9. Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.
10. En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.
Este manifiesto, elaborado de forma conjunta por varios autores, es de todos y de ninguno. Si quieres sumarte a él, difúndelo por Internet.
Estoy completamente de acuerdo en que el acceso a la cultura no debe tener trabas de ningún tipo. No estoy de acuerdo en que unas personas se lucren con el trabajo de otras. Sin embargo,como bien reza el manifiesto, para dirimir esas cuestiones están los tribunales, y el Gobierno no debe entrometerse.
Saludos, genio