Al igual que el año pasado Meribelgica ha propuesto un reto libresco para todo el año 2009. En este caso el reto se ha planteado como una partida de póker, en la que las cartas, por supuesto, son sustituidas por libros. El año pasado con el Reto 2008 se me echó el tiempo encima y tuve un mes de diciembre cargado de lecturas; este año, sin embargo, he sido más previsor, y he empezado a leer libros desde el momento en el que apareció el reto.
La forma en que se formuló el reto permitía una mayor libertad también a la hora de elegir las lecturas, porque en realidad cada una de las jugadas posibles equivalía a un minirreto. Libros relacionados con los puntos cardinales, con los elementos, con los géneros literarios, con los pecados capitales, o sencillamente recomendados por otros lectores y participantes del reto.
Una vez más, repasando el reto, celebro algunos de los descubrimientos que he hecho, pero sobre todo, me alegro de que haya supuesto el empujón que me ha lanzado por fin a leer algunos libros que tenía pendientes desde hacía tiempo. Los libros que más me han gustado han sido Ensayo sobre la ceguera ¯y es que Saramago es siempre una garantía¯, Fahrenheit 451, La escafandra y la mariposa de Jean-Dominique Bauby, La carretera de Cormac McCarthy, La isla del tesoro y El quimérico inquilino de Roland Topor. Los libros que no han estado para nada a la altura de mis expectativas han sido Juegos de la edad tardía, Niebla de Unamuno o Firmin de Sam Savage. La gran decepción ha sido sin duda Michel Houellebecq, con el que me ha pasado algo parecido a lo que me pasó en su momento con Milan Kundera.
Aquí les dejo la lista de los libros que he utilizado para el Reto 2009. Si alguien quiere ver la valoración que hago de cada libro que acceda a mi página del Reto 2009.
Escalera RETO
R: La llave de Sarah, Tatiana de Rosnay
E: Como agua para chocolate, Laura Esquivel
T: El quimérico inquilino, Roland Topor
O: Estudios sobre el amor, José Ortega y Gasset
Comodín: La luz prodigiosa, Fernando Marías
Escalera Puntos Cardinales
Norte: Diario, Ana Frank
Sur: El amor en los tiempos del cólera, Gabriel García Márquez
Este: El embrujo de Shanghai, Juan Marsé
Oeste: Ensayo sobre la ceguera, José Saramago
Comodín: El niño con el pijama de rayas, John Boyne
Escalera Elementos
Agua: El viejo y el mar, Ernest Hemingway
Aire: La conquista del aire, Belén Gopegui
Tierra: Viaje al centro de la tierra, Julio Verne
Fuego: Fahrenheit 451, Ray Bradbury
Comodín: La escafandra y la mariposa, Jean-Dominique Bauby
Escalera Géneros
Narrativa: Juegos de la edad tardía, Luis Landero
Poesía: Eros es más, Juan Antonio González-Iglesias
Teatro: Bajarse al moro, José Luis Alonso de Santos
Ensayo: El defensor, Pedro Salinas
Comodín: Niebla, Miguel de Unamuno
Escalera de Pecados
Lujuria: Las partículas elementales, Michel Houellebecq
Gula: Biografía del hambre, Amélie Nothomb
Avaricia: El oro de los sueños, José María Merino
Pereza: Ampliación del campo de batalla, Michel Houellebecq
Ira: Guerra Mundial Z, Max Brooks
Envidia: El mundo es un pañuelo, David Lodge
Soberbia: Manual de literatura para caníbales, Rafael Reig
Escalera de Recomendaciones
Recomendación 1: Maus, Art Spiegelman
Recomendación 2: La isla del tesoro, Robert Louis Stevenson
Recomendación 3: La carretera, Cormac McCarthy
Recomendación 4: Firmin, Sam Savage
Recomendación 5: Seis personajes en busca de autor, Luigi Pirandello
Recomendación 6: Cómo hablar de los libros que no se han leído, Pierre Bayard
Recomendación 7: Apocalipsis Z, Manuel Loureiro
Me parece un plan de lecturas muy interesante. Tu decepción con «Niebla» me era ya conocida, pero, ¿también con «Juegos de la edad tardía»? Es una verdadera lástima.
Un abrazo, Ale
Uff, qué de lecturas. La envidia (y no precisamente la carta de póker) aflora 😉
Rafa, Juegos de la edad tardía me ha decepcionado en el sentido de que no ha sido lo que yo me esperaba. Con eso no quiero decir que sea un libro malo, sino que me esperaba una genialidad y que me he encontrado con una novela desigual, a ratos pesada a ratos maravillosa. Sin embargo, es una novela que me ha marcado mucho, porque tiene ideas que coinciden con un proyecto que tengo de novela, y creo que en gran medida me puede servir para inspirarme y para conectar.
Querido Ale: de «Oficio de tinieblas 5» llegué a leerme las primeras 80 páginas, más o menos, lo cual ya es bastante, en mi opinión. No obstante, me la quiero leer entera. Ya por puro pique conmigo mismo. Por cierto, me alegra mucho que estés enfrascado en un proyecto literario de esas características. Recuerdo que me comentaste algo en Chipiona. Y otra cosa: ha salido el fallo del Adonais y, como era de esperar, «Los afanes de la sangre» han pasado sin pena ni gloria. Qué le vamos a hacer. Tú deberías presentar tus poemas a algún concurso. Estoy seguro de que no pasarían tan desapercibidos como los míos.
Un abrazo, amigo
Hola Ale,
mucho sin vernos, pero sabes que no dejo de ojear tu espacio. No suelo escribir pero es que me he quedado de piedra. Yo no le encuentro nada destacado o destacable a «Ensayo sobre la ceguera», a ver si me explicas donde reside su genialidad porque yo… Es a la literatura lo que Matrix al cine: se deja ver… pero no le pidas más. En cambio, «Niebla» o «Juegos de la edad tardía» me parecen sublimes, sutiles, delicados (como pompas de jabón, que diría el otro), muy distintos pero tremendamente profundos y tiernos.
Rafa, no te desanimes, los premios son un mundillo de extreñas relaciones. Un saludo a todos.
Hola Andrés, me alegra verte por aquí (a ver si podemos quedar en estas fiestas). Intentaré explicarme.
Lo que más me gusta de Saramago (de lo que he leído de él) es su forma de escribir, o mejor dicho, de novelar. La manera en la que el narrador entra en la historia, la forma en que introduce los diálogos, la casi ausencia de puntos y aún así la prosa fluida (prácticamente se lee solo, en un suspiro). Pocos autores he leído con una forma de escribir tan atractiva para mí. Incluso un libro que me pareció bastante absurdo, «Las intermitencias de la muerte», es salvable por la prosa en que está escrito. En cuanto al argumento de «Ensayo sobre la ceguera», me pareció tremendamente original. El toque simbólio y nihilista también me encanta. Me metí en la historia tanto que casi lo leí de un tirón. Me parece que esta novela es un tratado durísimo sobre la condición humana. La visión de Saramago es pesimista, se podrá estar de acuerdo o no, pero no se puede dudar que es profunda. Por otra parte, y aunque Matrix es una película que me encanta, no veo la conexión tan directa.
«Niebla» y «Juegos de la edad tardía» me decepcionaron sobre todo porque me esperaba mucho más de ellas.
«Niebla» la veo como una de esas reliquias que está bien por lo que supone históricamente para la literatura, pero que ya está muy superado. Su estilo se me hace pesado, el pesonaje me parece muy pueril, la forma en la que el autor entra en la novela es inverosímil (el protagonista va a verlo sabiendo de antemano que es el autor). Tiendo a compararlo mucho con «El mundo de Sofía», que aunque es un libro muy distinto también usa el mismo juego de personajes/autor. Y la verdad, me parece como comparar un Seat 600 con u Mercedes.
«Juegos de la edad tardía» me parece una buena novela a pesar de que me decepcionara. Tiene dos partes muy definidas: antes y después de que entre en la acción Gil. Son dos partes completamente distintas, casi dos novelas independientes. Esa primera parte, la juventud de Gregorio Olías tiene una prosa densa y casi soporífera. Pasaba páginas como el que hace levantamiento de pesas. Es la segunda parte lo que merece la pena, lo que demuestra que Gregorio Olías no puede existir sin Gil. Esta parte es magnífica (y sólo por eso merece la pena leerla), pero me decepcionó la novela por su irregularidad.
Espero dejar claro mi punto de vista, y sobre todo espero que podamos discutirlo personalmente, sobre todo porque eso significará que nos veamos.
Un saludito.