La cultura es algo que lo envuelve todo

La cultura es algo que lo envuelve todo

   A falta de pocos días para que lleguen los Reyes Magos los hay aún que no tienen sus regalos listos ―como yo, por ejemplo―. Aprovechando el tirón de las fiestas navideñas el Ministerio de Cultura ha presentado una campaña en la que se destaca el valor de la cultura como regalo, algo así como un bien de consumo más que se monta al carro de las fechas más comerciales del año. Una campaña que por cierto, a pesar de ser llamativa, que para algo puede pagar creativos el Ministerio, ha pasado sin demasiada pena ni gloria, quizá por su brevedad, del 17 de diciembre al 5 de enero.

   El icono de la campaña es un regalo envuelto con un papel lleno de palabras, una especie de guiño simbólico a la cultura. Por encima del eslogan principal, «Estas Navidades regala cultura», aparece otro más confuso, «La cultura es algo que lo envuelve todo», que hace referencia a ese papel que puede envolver cualquier cosa. Este último eslogan en los anuncios no queda muy claro, y hay que recurrir a la página en la que el Ministerio de Cultura presenta la campaña para encontrar una explicación: «La cultura es algo que está presente en nuestras vidas de diferentes maneras: a través de la música que nos acompaña en el coche, o de una película que nos viene a la cabeza cuando una situación nos recuerda a una escena de esa película, o de un pasaje de un libro que de repente coincide con algo que ocurre en la vida real…». Una curiosa definición de cultura, bastante amplia y englobadora, difusa e imprecisa al fin y al cabo, en la que entra prácticamente todo. Si no lo he entendido mal para el Ministerio de Cultura todo es cultura.

   La campaña se desarrolla a través de cuatro anuncios que apelan a la sensibilidad y que están dedicados a la música, el cine, las artes escénicas y la literatura ―este último es el que acompaña el artículo―. La estrategia ha sido, en consonancia con el eslogan, presentar la cultura en muy estrecha relación con los ámbitos y detalles de la vida cotidiana. No deja de ser curioso que no se haya hecho un anuncio sobre los videojuegos, ya que se consideran parte de la cultura, algo que en cualquier caso debería ser matizable, ya que es evidente que tampoco todos los libros son necesariamente cultura.

   En otras circunstancias esta campaña publicitaria me habría parecido una magnífica idea pero los últimos movimientos del Ministerio de Cultura me hacen sospechar de ella. En primer lugar se mercantiliza la cultura ―algo que en principio no es negativo porque genera riqueza― sobre todo a través de la compra por Internet. En segundo, la base de la campaña es la defensa del sistema comercial de la cultura que ha demostrado sobradamente estar obsoleto. Nada más lejos de mi intención es llevar la contraria a esta campaña: cualquiera que me conozca sabrá que mi regalo preferido es un libro. Simplemente me gustaría constatar la hipocresía de un Ministerio que sigue anteponiendo el derecho de unos pocos a los de la mayoría, que trata de mantener a flote un barco que se va a pique.

   Que sirvan estas pocas palabras para dar alguna idea de regalo, independientemente de la opinión que me merezca la campaña publicitaria y los que la organizan. Sólo espero que el Ministerio no quiera decir «Regala nuestra cultura» cuando simplemente dice «Regala cultura».

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