Como una moneda que tiene dos caras, este artículo es la prolongación y el reverso de otro que publiqué hace unos días titulado Largo es el arte. Una obra de arte puede llamar la atención por lo inmenso y majestuoso de su ejecución, pero, curiosamente, también por lo contrario. En este caso, insignificante no tiene por qué ser sinónimo de poco importante. Las obras que comentaremos a continuación son muy distintas entre sí: muy reconocidas, meramente anecdóticas o incluso misteriosas y apócrifas.
El relato más corto del mundo:
Para empezar voy a refetirme al relato que Hemingway consideraba como lo mejor que había escrito: «Se vende: zapatos de bebé sin usar». Aunque por supuesto hay un clásico que por supuesto no podía faltar en esta recopilación de hiperbreves. Se trata del relato El dinosaurio de Augusto Monterroso y que dice así: «Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí». Sin embargo, lo que no es tan conocido es que desde 2005 el puesto del relato más corto del mundo le ha sido arrebatado a Monterroso por el escritor mexicano Luis Felipe Lomelí. El relato de Lomelí, titulado El emigrante, es el siguiente: «¿Olvida usted algo? ‒¡Ojalá!». Hay quien dice que Lomelí lo escribió a sabiendas de que desbancar al cuento de Monterroso le daría popularidad. Lo cierto es que, independientemente de que El dinosaurio sea mejor, hay que reconocer que el relato de Lomelí es todavía más breve.
La película más corta del mudo:
La película más corta del mundo se llama The Man y dura apenas diez segundos. La protagonista de esta grabación, rodada en cinco horas, en siete tomas y sin sonido, es una hormiga. El argumento es simple: vemos a una hormiga a punto de ahogarse cuando una mano la salva; sin embargo, finalmente la hormiga pica a la mano y su reacción es apartarla de un golpe. Según su director, el indio Sathar Adhoor, la historia quiere reflejar la lucha entre el bien y el mal, simbolizado en un ser insignificante, la hormiga. Para muchos es una evidente tomadura de pelo, pero eso no inquieta a Adhoor, que ya intenta que su película figure en el libro Guinnes de los Records.
La canción más corta del mundo:
No es una broma de Les Luthiers, aunque lo parezca. Según el libro Guinnes de los Records la canción más corta del mundo es «You Suffer» del grupo Napalm Death. Está recogida en el álbum Scum que, con 28 temas y menos de 35 minutos de duración, ha sido uno de los trabajos fundamentales para la formación del género grindcore. Dura exactamente 1,316 segundos, lo justito para que el vocalista Lee Dorrian diga una sola línea: «You suffer… but why?!» («Tú sufres… pero ¡¿por qué?!»). Esta perla fue escrita nada más y nada menos que por los miembros del grupo Nicholas Bullen y Justin Broadrick.
El poema más corto del mundo:
El poema más corto del mundo tiene truco: está formado por una sola palabra y nadie sabe cuál es. Y es mejor que siga siendo así, porque conocer esa única palabra puede conllevar terribles consecuencias. En realidad, la idea de este poema fue concebida por Borges para su relato «El espejo y la máscara» de El libro de arena. Al final de la historia, un poeta se lo susurra al oído a un rey. Como resultado, el poeta se suicida y el rey se pone a vagar por el mundo, convertido en mendigo, incapaz de volver a repetir la misteriosa palabra. Se podría decir que este poema es, por antonomasia, la brevedad máxima concebible en el arte. La conclusión de Borges es una advertencia para artistas: la Belleza absoluta está vedada a los hombres.
No hay comentarios