Akhzivland entera

Akhzivland entera

    Estos días atrás conversaba con un conocido sobre el independentismo catalán. En tono burlón me acabó diciendo una idea que ya había escuchado otras veces: «A este paso acabaré declarando mi casa como nación independiente». Cuando le dije que aquello no era tan descabellado me miró sorprendido. Y es que parece que hay mucha gente que no es consciente de que el mundo está lleno de pequeñas micronaciones, aunque no pocas veces en dudosa situación. Muchas tienen su propia bandera, himno, monedas, o incluso equipo de fútbol. La más famosa es Sealand, una fortaleza marítima en el Mar del Norte. Pero a mí particularmente siempre me ha llamado la atención Akhzivland, situada en la costa noroeste de Israel, cerca de la frontera libanesa. Lo peculiar de Akhzivland es que es una nación formada por una sola casa y dos habitantes.

    Su fundador es Eli Avivi, un judío de origen iraní. Llegó a tierras de Akhzivland a principios de los años 60, antes de que fueran una nación. A Avivi le pareció agradable el lugar y decidió quedarse, a pesar de que no tenía ningún derecho legal sobre la tierra. Construyó su propia casa a orillas del mar, en la que se establecieron él y su esposa ‒incluso fundó un museo‒. Durante diez años el gobierno israelí estuvo haciendo la vista gorda sobre su situación irregular.

Sello de Akhzivland

Sello de Akhzivland

    Sin embargo, a partir de 1970 el gobierno intentó echarle de esas tierras alegando que las ocupaba ilegalmente. La respuesta de Avivi no se hizo esperar: se fortificó en su propia casa y convocó a los medios para dar una rueda de prensa. A continuación declaró la creación del Estado de Akhzivland con él como presidente. Gracias a su carisma acabó convirtiéndose en una celebridad en el mundo entero, lo que le valió un acuerdo con el primer ministro israelí. Finalmente Israel arrendó aquellas tierras a Avivi durante 99 años.

    Proclamado el Estado independiente de Akhzivland, Avivi dotó al país de una bandera, un escudo y un himno. Además el estado tiene su propio sello para pasaportes. Aunque su situación jurídica sigue siendo ambigua, la nación ha sido promovida por el Ministerio israelí de Turismo. No en vano Akhzivland se ha convertido, con el paso de los años, en un destino turístico muy popular y rentable. Tanto que Avivi ha acabado alquilando habitaciones y montando un camping.

    Así que si alguna vez sale en una conversación sobre independentismos una frase como la que me dijo mi amigo siempre habrá tiempo de recordar que muchas veces es cierto aquello que se dice de que la realidad supera a la fantasía.

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