Existen determinados temas que, con algunas variantes, se van repitiendo en las culturas más dispares. El doble es uno de estos temas. Borges, que estaba obsesionado con la idea del doble, recoge una entrada sobre este mito en su Libro de los seres imaginarios. Desde el conocido Doppelgänger de la mitología nórdica hasta el irlandés Fetch estos seres actúan como mal augurio y mensajeros de la muerte. Solo en la tradición judía parece librarse de sus connotaciones más negativas y aparece como «la certidumbre de haber logrado el estado profético». Muchos escritores han desarrollado el mito del doble. Stevenson, Hawthorne, Dostoievski, Rossetti, Musset o Yeats, por mencionar algunos. Ha inspirado obras tan conocidas como El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde o El hombre duplicado de Saramago. Además, es un tema fundamental dentro de la obra de Borges, que lo recoge en su relato «El otro» de El libro de arena y que explica el terror y el rechazo que el escritor argentino sentía hacia los espejos.
Sin embargo, lo cierto es que más que rechazo el ser humano siempre ha sentido fascinación hacia el doble. Hoy en día, con herramientas como Internet o Facebook, no es extraño ver páginas dedicadas exclusivamente a la búsqueda de tu doble por todos los rincones del planeta. Son muy escasos los encuentros documentados entre un hombre y su doble, pero haberlos haylos. Uno de los más conocidos lo protagonizó nada más y nada menos que un rey, Humberto I de Italia.
El 28 de julio de 1900 el rey Humberto I estaba cenando en un restaurante de la localidad de Monza, donde se había dirigido para presidir una competición de atletismo. El dueño del establecimiento quiso darle la bienvenida a su establecimiento y cuando salió a saludarlo todos los presentes quedaron sorprendidos al ver que este hombre y el rey eran absolutamente iguales. Más que gemelos, dos gotas de agua, imposibles de distinguir. Intrigado por el encuentro el rey comenzó a preguntarle detalles sobre su vida. Las coincidencias iban más allá del parecido físico: los dos se llamaban Humberto, habían nacido el mismo día en la misma ciudad (Turín), se habían casado el mismo día con una mujer que tenía el mismo nombre (Margherita), el hombre había abierto su restaurante el mismo día que Humberto I había sido coronado rey. Todo esto divirtió mucho al monarca, que invitó a su doble a que la acompañara en el palco de la competeción.
Al día siguiente el rey se extrañó de que la butaca reservada para su invitado especial permaneciera vacía. Poco después se le comunicó que su alter egohabía sido asesinado a tiros aquella misma mañana a las puertas del estadio. Pocas horas después, cuando Humberto I abandonaba el estadio y se dirigía a su carruaje, fue tiroteado hasta la muerte por un anarquista italo-americano llamado Gaetano Bresci. Por cierto, que era la tercera vez que Humberto I sufría un ataque terrorista.
Así que si en alguna ocasión crees ver a alguien que se parece a ti más te vale que eches a correr. Nada bueno puede venir de un encuentro con tu doble.
Que miedo;-;
Doppelganger….
quizá quien deba correr sea él
SEGURO QUE EL TERRORISTA SE CONFUNDIÓ
CON EL DOBLE CREYENDO DISPARAR AL REY Y LUEGO SE DIO DE CUENTA DE SU ERROR Y REMATO. FUE MUY MALA SUERTE PARA LOS DOS.
Es muy interesante, busqué referencias históricas de esto pero no encontré. Solo dos links, pero sin referencias.
Además murieron el mismo día. Gemelos separados al nacer.