Corín Tellado

Corín Tellado

   Para empezar respondiendo a la pregunta, rápido y sin rodeos, diré que mucho, muchísimo. Las personas que tienen hipergrafía sienten la inevitable necesidad de escribirlo absolutamente todo, de pasarse la vida entera escribiendo. Una persona con hipergrafía no tiene por qué ser obligatoriamente un escritor publicado, aunque hay escritores que, por la escalofriante cantidad de libros que han escrito, cientos o a veces miles, sí parecen tener esa necesidad. Parece mentira que un solo ser humano, en una sola vida, pueda llegar a escribir tanto. En el extremo opuesto están los escritores que apenas escribieron, escritores que con apenas un solo libro han conseguido convertirse en clásicos.

   En la cima de la lista, muy por encima del resto, se encuentra la escritora asturiana María del Socorro Tellano López, más conocida como Corín Tellado. Esta mujer ha escrito tantísimo que no se sabe el número de novelas exacto que ha publicado. Ni siquiera su familia lo sabe, aunque, eso sí, las guarda todas almacenadas en dos locales en Gijón. Se dice que ronda entre las 4000 y las 5000 novelas. Teniendo en cuenta que escribió su primera novela en 1946, con 19 años, y que estuvo escribiendo prácticamente hasta su muerte en 2009, eso nos da una media de unas 70 novelas al año. Ahora bien, esta desorbitada cifra tiene su truco: se recuerda que estamos hablando de novelas y no de páginas. Y es que no escribe su primera novela larga hasta 1991, y para entonces ya había escrito más de 2000 novelas cortas. Aunque solo sea por la monstruosa cantidad de libros que tiene, es la autora más vendida en español, con cerca de 400 millones de ejemplares, y la más leída después de Cervantes.

Ryoki Inoue

Ryoki Inoue

   El segundo autor de la lista es la confirmación de que es posible ser muy prolífico y convertirse en escritor clásico. Es Félix Lope de Vega. Solo se conservan unas 426 obras y 42 autos sacramentales, pero se dice que llegó a escribir entre 1500 y 2000 piezas teatrales, para lo cual tenía que recurrir en muchas ocasiones al autoplagio. Teniendo en cuenta que la extensión de cada obra es más o menos la misma, estaríamos hablando de un total de 133000 páginas y de 21 millones de versos. Tanta producción se explica porque en su época había en Madrid más de una veintena de corrales de comedia, las obras no solían durar muchos días en cartel y no se repetían. Dicho de esta manera parecería que Lope vivía exclusivamente para escribir, pero lo más sorprendente es que no era así. A pesar de ser un escritor extremadamente prolífico, tuvo una vida muy intensa en todos los sentidos, especialmente en el sentimental.

   Tras la muerte de Corín Tellado el título del autor vivo más prolífico del mundo ha recaído en el brasileño Ryoki Inoue. Este escritor de origen japonés ha publicado unas 1100 novelas, con una media de unas 6 novelas al mes, además de inumerables colaboraciones en todo tipo de medios, llegando a cubrir casi el 95% de los libros de bolsillo publicados en Brasil. Lo más sorprendente es que hasta los 40 años había ejercido como médico, y no fue hasta esa edad cuando empezó a escribir. Escribe tanto que sus editores le obligaron a usar hasta 39 pseudónimos. Ha llegado a completar hasta tres novelas en un mismo día, trabajando hasta altas horas de la noche. Matt Moffett, periodista del Wall Street Journal, presenció una de esas frenéticas sesiones de escritura. Ante sus ojos, Ryoki escribió Secuestro Fast Food en una sola noche, desde las 23:30 a las 4:00 de la madrugada. Cansado de ver cómo sus libros aparecían publicados en ediciones baratas intentó hacer libros más elaborados, pero ningún editor aceptó subir los costes de edición teniendo en cuenta su ritmo de publicación. Ryoki escribe sus libros a ordenador y tiene que sustuir los teclados varias veces al mes porque literalmente los destroza.

Ronald L. Hubbard

Ronald L. Hubbard

   Otro escritor que tiene cerca de los 1100 libros es Ronald L. Hubbard. Escribió todo tipo de géneros, especialmente recordado por la ciencia ficción, y publicó sobre todo en revistas pulp. Aunque más que por su faceta de escritor prolífico, a Hubbard se le conoce sobre todo por ser el controvertido fundador de la Cienciología.

   Aunque no es el caso de Jósef Kraszewski, que con sus más de 600 libros tiene una obra muy personal entre la que destaca una serie épica sobre la historia de Polonia, lo cierto es que muchas veces los escritores prolíficos se encasillan en determinados géneros. Ocurre con Corín Tellado y la novela rosa, un género donde por cierto también encontramos a Kathleen Lindsay, que escribió 904 novelas con 8 seudónimos distintos, a la excéntrica Barbara Cartland, que con 723 novelas es la autora inglesa más vendida del mundo, o a Ursula Bloom, con casi 600 novelas. En el género de novelas del Oeste destacan sobre todo Lauren Paine, con unas 900 novelas, y Prentiss Ingraham con más de 600 novelas, 200 de ellas sobre Buffalo Bill ‒un escritor que podía llegar a unas 35000 palabras en una sola noche‒.

Isaac Asimov

Isaac Asimov

   Las novelas de detectives también fueron una mina para escritores prolíficos. En este género, y bajo 27 pseudónimos distintos, John Creasey publicó muchas de sus más de 600 novelas. También era un género practicado por Agatha Christie, una escritora que llegó a publicar 110 novelas y que tiene el record de un millón de ejemplares publicados en un solo día. El caso de Georges Simenon, con 192 novelas publicadas, es significativo. Simenon distinguía entre sus novelitas leves y fáciles, las del detective Maigret, y sus novelas complejas y serias. Como si el ser prolífico y el tener calidad estuvieran reñidos.

   La ciencia ficción también ha dado a muchos escritores prolíficos, entre ellos el mencionado Hubbard. Caso aparte es el de Isaac Asimov, que publicó más de 500 libros, entre los que había, además de ciencia ficción, libros de Química, Matemáticas, Astronomía e Historia Universal entre otros muchos temas. Claro que según parece Asimov contaba con un taller de escritores que le ayudaba a desarrollar sus libros. El antecedente más conocido lo tenemos en Alejandro Dumas padre, que contaba con un equipo de negros. Dumas recogía datos, trazaba esquemas y esbozaba tramas, pero eran los negros los que escribían. Esa ayudita extra también se da en el caso de Edward Stratemeyer, que llegó a publicar más de 1300 libros dentro del género juvenil. Este escritor fundó el Sindicato Stratemeyer, donde él mismo estaba al mando de una gran cantidad de editores, publicistas, taquígrafos, coautores y secretarios. En ese mismo género Enid Blyton llegó a publicar ella sola más de 600 novelas, aunque sería recordada sobre todo por sus novelas de Los Cinco.

   Como se puede comprobar, tenía razón cuando decía al principio que lo máximo que se puede escribir en una sola vida es muchísimo. Pero no hace falta llegar a esos extremos. Vivir también es importante, y ya se sabe que en la buena literatura siempre es preferible la calidad a la cantidad, aunque no necesariamente estén reñidos.

Comentarios

comentarios