El Quijote y Sancho Panza

El Quijote y Sancho Panza

   Los que djieron que segundas partes nunca fueron buenas se equivocaron de pleno con el Quijote. Sin embargo, Cervantes, enfurecido por el Quijote apócrifo del tal Avellaneda y seguramente para evitar que pudieran repetir la jugada de hacerle otra falsa continuación a su obra, decidió matar al protagonista al final de la historia. Sorprendentemente, esto no fue suficiente para evitar lo que el autor tanto temía y se hicieron decenas de continuaciones y, por supuesto, de imitiaciones ‒incluso un Quijote cubano hay‒. No, no es que el Quijote vuelva de entre los muertos, aunque bien podría teniendo en cuenta que existe incluso una versión zombie de la historia, Quijote Z de Házael González. Cada uno de los continuadores del Quijote tuvo sus truquillos para obviar el detalle de que el protagonista muriera al final del libro. Andrés Trapiello, por ejemplo, en Al morir don Quijote continúa la historia exactamente donde la dejó Cervantes y desarrolla un romance entre el bachiller Sansón Carrasco y la sobrina de don Quijote.

   Una de las continuaciones más llamativas fue la de François Filleau de Saint-Martin. En 1677 este escritor tradujo al francés la obra de Cervantes en cuatro volúmenes ‒era la tercera traducción que se hacía del Quijote‒. Parece que el personaje le pareció tan interesante que decidió alterar el final de la obra al traducirla al francés y don Quijote en lugar de morir se cura de su enfermedad. Acto seguido escribió una continuación titulada Historia del admirable don Quijote de la Mancha en la que el hidalgo manchego y su escudero reinician sus aventuras. El libro quedó inconcluso porque François Filleau de Saint-Martin murió, pero a principios del siglo XVIII un escritor llamado Robert Challe acabó la falsa continuación. En ella aparecen todos los personajes originales de la historia. Una de las más notables aventuras es el desencantamiento de Dulcinea del Toboso. Los Duques hacen venir a Aldonza Lorenzo al castillo y le piden que interprete el papel de Dulcinea del Toboso. Tras el desencantamiento Dulcinea le dice a don Quijote que se hará monja como resultado de unos votos hechos durante su cautiverio y el hidalgo manchego regresa decepcionado a su aldea con Sancho. El libro concluye con la muerte de don Quijote por haber bebido de unas aguas en mal estado de un manantial que había en las proximidades de la aldea y que él pensaba que era la fuente del Olvido. Parece que Challe tampoco quería falsas continuaciones para su historia.

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