Imagen del típico villano

Imagen del típico villano

   Casi todas las novelas de aventuras de la historia de la literatura pueden resumirse en la siguiente fórmula: un personaje bueno se enfrenta a uno malo y al final el bueno gana y el malo pierde. Así, los malos se han ido convirtiendo, libro tras libro, en los grandes perdedores de la literatura. Sin embargo, ¿qué sería de las historias sin ellos? Seguramente tramas aburridísimas en las que no podríamos ver lo buenos que son los buenos. Quizá sea por ese carácter de perdedor, tal vez por su inclinación hacia lo oculto, lo oscuro o lo prohibido o acaso por esa ambigüedad moral que tienen algunos, pero lo cierto es que muchos de esos malos resultan infinitamente más atractivos que los buenos. A continuación te lo voy a demostrar con unos cuantos ejemplos.

   Antes conviene recordar la distinción que hizo Fernando Savater en su libro Malos y malditos. Savater distingue entre los primeros, que tienen la maldad de serie, los verdaderamente malos ‒y de los que hay menos de lo que se piensa‒ y los segundos, que seguramente hubieran querido ser buenos pero acabaron convirtiéndose en malos por distintas circunstancias. Además añade a los adversarios, que son amenazas pero que no tienen el concepto de maldad ‒como un tiburón hambriento en medio del mar‒.

   No pretendo ni mucho menos hacer una lista de todos los monstruos y villanos de la literatura. Tal empresa sería prácticamente imposible. Ni siquiera de los más grandes, aunque muchos de ellos podrían entrar sin mucha discusión en esa categoría. Simplemente recogeré algunos de mis favoritos.

Medea

Medea

   Medea de Eurípides

Primer gran personaje malvado femenino de la literatura y símbolo de los celos y de la venganza irracionales. Después de que su amante Jasón la deshonrase prometiéndose en matrimonio con Glauce, Medea la envenena y muere en una terrible agonía. Tras este terrible asesinato, Medea mata a sus propios hijos para evitar que nadie se vengue de ella. Para Medea el verdadero asesino de sus hijos no era ella sino Jasón, a través de su traición. Los habitantes de Corinto la apedrearon en el templo de Hera por sus crímenes y la obligaron a abandonar la ciudad.

Grendel

Grendel

   Grendel (anónimo)

Es uno de los tres enemigos de Beowulf, el héroe gauta del poema épico anglosajón homónimo compuesto entre los siglos VIII y XII d.C. En el texto no se describe con demasiado detalle, pero sabemos que es un monstruo salvaje, de gran tamaño y fuerza brutal, algo así como un ogro gigante. Sus maldades parecen empezar a causa del fuerte ruido producido por las juergas nocturnas en el salón de hidromiel de Heorot. Después de arrancarle un brazo con sus propias manos, Beowulf le persigue hasta la guarida de su madre y tras matarle le decapita.

Satanás

Satanás

   Satanás de Milton

¿Malo de la literatura? Pues sí, y en el papel de casi protagonista en El paraíso perdido de John Milton. Satanás se retratará con una de esas grandes frases que se han escrito con fuego en la historia de la literatura: «Mejor reinar en el infierno que servir en el cielo». El Satanás que nos muestra Milton es carismático, persuasivo y trágico a partes iguales. Al comienzo del poema presenta los motivos que le han llevado a rebelarse contra Dios: todos los seres celestes deberían tener los mismos derechos y el Cielo es una monarquía injusta. Quizá por eso William Blake llegó a afirmar que Milton era más partidario de Satanás y sus demonios que de Dios y sus ángeles.

Lady Macbeth

Lady Macbeth

   Malvados shakesperianos

Otra de las grandezas de Shakespeare es crear a algunos de los más grandes malvados de la literatura. Es difícil elegir a uno que destaque por encima de todos. Claudio, por ejemplo, el nuevo rey de Dinamarca y tío de Hamlet, que planea siniestramente la muerte de su hermano. O Lady Macbeth, cuya ambición le lleva a manipular a su marido para que mate al rey Duncan y así pueda convertirse ella misma en reina. O Yago, servidor y confidente de Otelo, al que en realidad odia y envidia y contra el que trama un complejo engaño para hacerle creer que su mujer le es infiel con su lugarteniente. O Aarón el moro, de Tito Andrónico, que es uno de los principales instigadores de la masacre durante toda la obra por el puro placer de hacer daño.

Monstruo de Frankenstein

Monstruo de Frankenstein

   Monstruo de Frankestein de Mary Shelley

   Recordemos que el monstruo de Frankestein no es Frankestein a secas, que ese es Víctor Frankestein, su creador. Aunque cualquiera que haya leído el libro de Shelley no tendrá muy claro cuál es el más monstruoso de los dos personajes. Si el personaje acaba cometiendo los más horribles crímenes como si fuera un malvado más es por su terrible historia. Como dice Fernando Savater: «¿Acaso habrá algo más espantoso que tener conciencia de que uno no es más que un experimento brotado de un cementerio, que no tenemos padres ni familia, que los demás seres humanos se horrorizan de nuestro aspecto y que nunca lograremos encontrar un semejante, un hermano? La criatura del doctor Frankenstein sabe todo eso y sin embargo tiene que seguir viva». Por eso Savater dice que de todos los malos de la literatura es quizá el más justificable.

Conde Drácula

Conde Drácula

   El conde Drácula de Bram Stoker

Como todo el mundo sabe, un personaje malvado basado en una persona malvada, el príncipe de Valaquia Vlad Tepes III, también conocido como el Empalador por su ferocidad. No es el primer vampiro ni mucho menos, ya que Stoker creó a su personaje a partir de textos de Polidori, de Hoffmann, de Coleridge, de Sheridan Le Fanu, o de Teophile Gautier, pero sí nos remite a la maldad original del personaje, alejados de modernos romanticismos al estilo de Entrevista con el vampiro o del adolescente Crepúsculo. Sus días, o mejor dicho sus noches, acaban con una mortal combinación de degollamiento y puñalada en el corazón.

Mr. Hyde

Mr. Hyde

   Mr Hyde de Stevenson

Si hubiera alguna forma de destilar la maldad pura seguramente nos daría como resultado un personaje como Mr Hyde. Es la representación de la bondad y de la maldad en una misma persona, lo que le convierte en uno de los malos más singulares y ambiguos. Esa ambigüedad no es casualidad, Stevenson buscaba la manera de representar la dualidad que está presente en todo ser humano y llevó esa idea a extremos inimaginables. Aunque el doctor Jekyll tampoco es todo bondad. De hecho, toma la pócima que le convierte en Mr Hyde para dar rienda suelta a sus deseos antisociales reprimidos. Como Mr Hyde se va volviendo cada vez más incontrolable Jekyll dejará de tomar la poción, pero las transformaciones continuarán. Parece que al final Mr Hyde gana la partida y quedará para siempre convertido en él.

Long John Silver

Long John Silver

   Long John Silver de Stevenson

Es, junto con el Capitán Garfio, el más famoso de los piratas que navega por los océanos de la literatura. Y desde luego el más astuto: siendo el más peligroso de los piratas se enrola en la Hispaniola para la travesía hacia la isla del tesoro en el puesto más humilde, el de cocinero. Long John Silver juega constantemente con las apariencias: su cojera le hace parecer vulnerable, su loro en el hombro o sus comentarios campechanos harán que te confíes, pero no dudará ni un segundo en clavarte un cuchillo por la espalda. Aunque, a pesar de todo, no podemos evitar que nos caiga simpático. Ni siquiera el joven Jim Hawkins puede hacerlo y al final se acaba haciendo su amigo. También Long John Silver, a su modo, admira al muchacho.

Cthulhu

Cthulhu

   Cthulhu de Lovecraft

Cthulhu es uno de esos extraños seres lovecraftianos que existieron antes del tiempo y que amenazan con destruir a la raza humana. No es el más poderoso de ellos, pero sí uno de los más conocidos y recurrentes, central en historias como Las Montañas de la Locura o La llamada de Cthulhu. En este último se describe como una criatura del tamaño de una montaña, cabeza de calamar y cuerpo de dragón. Se supone que reposa soñando bajo un sello en la ciudad sumergida de R’lyeh, pero en cualquier momento podría escapar y dominar la Tierra.

La Bruja del Oeste

La Bruja del Oeste

   La Bruja del Oeste de L. Frank Baum

La bruja aparece descrita como un personaje siniestro, pero no deja de ser curioso que la idea de justicia en Oz es enviarle una niña para que la ejecute. Su muerte, con un simple cubo de agua, seguramente merecería estar en el número uno de las muertes absurdas. El libro de Gregory Maguire, Wicked, memorias de una bruja mala, convertido en un exitoso musical que ha dado la vuelta al mundo, nos ha dado una visión del personaje completamente distinta, llenando su personalidad de aristas y recovecos.

Profesor Moriarty

Profesor Moriarty

   Profesor Moriarty de Arthur Conan Doyle

Es, por decirlo de alguna manera, ese malo que todos querríamos tener si fuéramos los protagonistas de una historia: un genio del delito que solo puede ser cazado por alguien que esté a su altura, alguien como Sherlock Holmes. Basado en un personaje real, Adam Worth, en realidad sabemos muy poco de él. Es profesor, pero no estamos muy seguros de qué, en algún momento se insinúa que enseñó matemáticas en una pequeña universidad. El papel inicial de Moriarty era únicamente el de permitirle a Conan Doyle matar a Holmes. Después Doyle vio todo el potencial que podía tener y lo convirtió en su archienemigo.

Sauron

Sauron

   Sauron de Tolkien

   Es uno de los más malos malísimos. Su nombre significa «El Horripilante» o «El Aborrecido», pero es más conocido como «Señor Oscuro de Mordor» o «Señor de los Anillos». También tiene otros títulos como «El Gran Maestro de la Mentira», «La Mano Negra», «El Señor Oscuro», «El Cruel», «El Poder Oscuro», «El Nigromante», «El Ojo Rojo», «El Ojo de Fuego», «El Ojo Que Todo lo Ve», y muchos más. Aunque algunos personajes como Gandalf prefieren no nombrarlo no fuera a ser que eso desvelara su presencia ‒¿suena eso a algo?‒. Su compleja historia se narra en El Silmarillion, pero digamos que fue corrompido por un ser llamado Morgoth. Si final es conocido por todos: se deshizo después de que Frodo destruyera el Anillo Único, aunque no fue destruido por completo.

Gollum

Gollum

   Gollum de Tolkien

   De todos los malvados de la lista seguramente se ha ganado por mérito propio ser el más patético y desdichado. Antes de que el Anillo Único se cruzara por su camino, cuando todavía era Sméagol, tenía una vida bastante tranquila y feliz. A partir de ese momento comienza la pesadilla: asesina a su amigo Déagol, que es quien se encuentra el terrible objeto, y se condena a vivir durante cientos de años en la soledad de unas oscuras cavernas, con un carácter y una apariencia cada vez más horribles. Al igual que ocurre con Frodo, parece un personaje insignificante y sin embargo tiene un papel clave en la destrucción del Anillo Único y de Sauron.

Lord Voldermort

Lord Voldermort

   Lord Voldemort de J.K. Rowling

   Otro personaje con el título de «El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado» o el «Innombrable». Bastante menos originales son otras formas de referirse a él: «Señor Tenebroso», «Señor de las Tinieblas» o «Señor Oscuro». En su época de humano ‒cuando tenía nariz‒ conocido como Tom Riddle y posteriormente convertido en Lord Voldermort, el mago tenebroso más poderoso de todos los tiempos. Más que enemigo del carismático Harry Potter es su alter ego malvado. En realidad, pocas opciones de ganar tenía, condenado a muerte prácticamente desde un primer momento por una profecía. Se suele describir como un personaje cobarde y ridículo, que muchas veces inspira más lástima que miedo.

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