Escultura de chicle

Escultura de chicle

   Maurizio Savini es un artista italiano que se ha hecho conocido sobre todo por las esculturas que viene realizando con chicles de un intenso color rosa desde hace diez años. Si este escultor eligió esta materia prima tan particular fue en gran medida por las connotaciones simbólicas y culturales que tiene. Por una parte, es un producto alimenticio que no alimenta, que está completamente enfocado hacia lo gratuito o hacia lo lúdico; por otra, se ha terminado convirtiendo en icono de la cultura occidental a partir de la segunda mitad del siglo XX. La elección del color, fundamentalmente rosa y algunos toques de blanco, le sirve para reforzar la idea de lo artificial. Al fin y al cabo, muchas de sus obras suelen tener un contenido político o de crítica social.

   En palabras del propio Savini: «La carnosidad sintética del color rosa, la obsesiva forma cuadrada del producto desenvuelto y listo para ser hecho pedazos por el poder de la lengua, todo compite por impactar los sentidos. Aplicando todo esto al poder y energía de la escultura y su historia causa un cortocircuito, al tener la capacidad de convertir lo lúdico en imponente».

   Una de las preguntas que más suelen hacerle a Savini es si mastica los chicles antes de darle forma a sus esculturas. No solo no lo hace sino que además admite que no le gusta comer chicles. Como siempre usa la misma marca Savini se puso en contacto con la empresa para que le proporcionaran directamente de fábrica la masa en bruto. Sin embargo, la marca se negó, así que se ve obligado a comprar los chicles con sus envoltorios y tiene que desenvolverlos uno a uno. A continuación los calienta, los une y los amasa, generando una materia prima uniforme que aplica posteriormente sobre una estructura de yeso, que es lo que le da estabilidad.

   Las primeras esculturas de chicle hechas por este artista italiano acabaron destruyéndose a los pocos meses a causa del azúcar. Así que para conservarlas empezó a aplicarles un acabado con antibióticos y formaldehído. Algunas de sus esculturas pueden llegar a estar formadas por hasta tres mil chicles y han alcanzado precios de hasta 50.000 euros.

Comentarios

comentarios