Palabras de amor listas para usar de Francisco Vila Guillén

Palabras de amor listas para usar de Francisco Vila Guillén

   Como ocurre con los libros de artista, la poesía visual o experimental es uno de esos afortunados híbridos difíciles de describir ni definir. Tiene su antecedente más claro y directo en el caligrama, que aunque se suele pensar que es invención de Apollinaire o de Mallarmé ya lo practicó el poeta griego Simmias de Rodas hacia el 300 a. C. con un texto en forma de huevo. Conviene dejar claro que no son una misma cosa. Ambos parten de la visualidad, pero mientras el caligrama está estrictamente encorsetado en lo lingüístico, la poesía experimental explota la comunicación en todas sus posibilidades y elementos. Además de texto, de imagen o de color, no duda en usar sonidos, música, texturas, volumen y cualquier objeto susceptible de ser visto desde una óptica poética. No es un terreno vedado para poetas: es frecuente que la practiquen pintores, fotógrafos, esculturores, diseñadores y todo tipo de artistas en general.

   Uno de sus más grandes referentes es el poeta catalán Joan Brossa, que empezó sus primeros caligramas en la década de los 40 y en los 70 consigue la confluencia plena de la poesía con la performance, la instalación y la intervención, creando el concepto de poesía escénica. Brossa retoma los principios de Duchamp pero consigue superarle en proyección y en compromiso social, descubriendo la magia que se esconde en los objetos más vulgares, siempre con un mensaje implícito. Tan grande es la fama de su obra que algunos de sus poemas, descontextualizados de sus respectivos libros cuelgan en numerosas colecciones privadas, galerías y museos de todo el mundo.

   A pesar de todo, todavía hay quienes ven este tipo de poesía como algo propio de las vanguardias de principios del siglo XX, un producto anacrónico ya superado con creces. Pero hay que decir que no es así. No se puede negar que la poesía experimental, como la tradicional, la hay mala y buena. Y quizá abunde más lo primero que lo segundo, pero eso no quiere decir que de lo segundo no haya. La Diputación de Badajoz, que convoca un Premio de Poesía Experimental, ha ido elaborando un catálogo con las obras seleccionadas desde su primera edición en el año 2002. A continuación me tomo la libertad de hacer una selección de la selección con las obras que más me han llamado la atención.

   Como puede comprobarse, el efecto que producen lo provoca muchas veces la relación que se establece entre el título de la obra y la obra en sí, ya sea porque se haga una interpretación literal, porque haya un juego de palabras o porque nos dé la clave de lo que estamos viendo. Desde luego, echándole un vistazo a esta galería yo no diría que no hay poesía experimental que no merezca la pena o que toda ella sea algo desfasado.

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