Cada día estoy más convencido de que el arte es capaz de tocarlo y transformarlo todo. Solo así soy capaz de encontrarle sentido al hecho de que existan libros que no sean para leer, a excepción de los que rellenan las librerías de Ikea. Los ortodoxos de la lectura seguramente los menospreciarán, desconfiarán del que tenga más libros de los que pueda abarcar y se reirán de aquellos que prefieran decorar el salón, antes que con un cuadro, con una librería llena de espléndidos volúmenes, aunque no vayan a abrirlos en su vida y solo lo hagan, en plena era digital, por el placer estético que se obtiene de la simple contemplación de un libro como objeto. Precisamente esa combinación de fetichismo bibliófilo gratuito con arte es lo que hace Thatcher Wine de Juniper Books: libros que no son necesariamente para leer y arte en los lomos de los libros.
Juniper Books, que personaliza sobrecubiertas desde 2010, ha conseguido convertir los lomos de los libros en lienzos con posibilidades casi ilimitadas. En muchas ocasiones han trabajado sobre el libro como un objeto meramente decorativo, independiente de la lectura, diseñando colecciones enteras de miles de ejemplares. En estos casos se utilizan «libros de relleno», que según Thatcher pueden ser desde libros de John Grisham o Danielle Steel ‒que son voluminosos y baratos‒ hasta libros completamente en blanco. Claro está que para evitar el desperdicio de papel lo ideal es trabajar sobre libros reales, con un diseño que conjugue la estética con el contenido de esos libros. Es lo que han conseguido, por ejemplo, con el proyecto basado en Jack London, entre otros.
Por cierto, otro curioso uso para los lomos de los libros combinando varios ejemplares es el del proyecto «Sorted Books» de Nina Katchadourian. Y para terminar, una recomendación: si le das la vuelta al libro podrás encontrar otro lienzo muy poco habitual, su canto, que esconde ilustraciones prácticamente desde la Edad Media.
El museo dedicado al escritor islandés Thorbergur Thordarson está construido para parecerse a los libros que escribió: http://thorbergur.is/index.php?option=com_content&task=view&id=23&Itemid=55
Cada entrada que nos traes es realmente sugerente. Felicidades.
La próxima edición de La Esfera pondrá mucha atención en sus lomos.
Gracias
Sin duda alguna, estaría encantada de adornar mi estantería como la primera imagen: cine y literatura, ¿qué más se puede pedir?
Chris, me encanta. Creo que por ahí he visto una recopilación de edificios con referencias a libros y nunca había visto este. Debería incluirse.
Gracias, Fran, a veces creo que ponemos tanto empeño en las portadas de los libros que los lomos son los grandes olvidados de las ediciones. Por eso les he querido dedicar este artículo.
Magar, creo que la irregularidad de los lomos también tiene su encanto, pero me encantaría tener algunos libros así. Hace algún tiempo El País sacó una colección de cine clásico y los dvds tenían en el lomo una fotografía que se dejaba ver cuando los unías todos. Es una idea muy buena para libros.
Espectacular ensayo, ya quiero tener estas obras de arte en mi casa y enseñárselas a mis alumnos quienes como diseñadores se les abra este abanico de posibilidades en las maniobras del arte inusitado…