Desde que el ser humano ha tenido consciencia de su propia existencia se ha preguntado una y otra vez qué hay más allá de la vida. La muerte ha estado y estará presente en todos los seres vivos cumpliendo un eterno ciclo: nacer, crecer, reproducirse y morir. El hombre, como propio mortal, siempre ha tenido cierto recelo de la muerte, intentando esquivarla. Desde la búsqueda de la fuente de vida eterna hasta la misteriosa piedra filosofal. Ansiando tocar ese sueño de la inmortalidad, pretendiendo vivir eternamente. Pero esa pequeña suerte, ese inalcanzable deseo, solo lo conoce hasta el momento un diminuto ser. Uno que vive en todos los mares del planeta y que, una y otra vez, es capaz de saludar a la muerte cara a cara sin caer en sus garras. Hablamos de la Turritopsis Nutricula, la medusa inmortal.
La Turritopsis Nutricula es un hidrozoo hidroideo, con la increíble característica de ser biologicamente inmortal. Su cuerpo, apenas visible, mide alrededor de entre 4 y 5 milímetros y tiene una figura alta y acampanada, con paredes finas y uniformes. Su gran estómago —quizá lo que más destaca de su cuerpo—, posee un color rojo vivo y tiene una forma cruciforme en su corte transversal. Por otra parte, los especímenes jóvenes tienen en su borde hasta 8 tentáculos, mientras que los adultos pueden llegar a tener 80 o 90. A menudo, las medusas viven un tiempo determinado, casi siempre en un ciclo específico en el que mueren después de propagarse. La Turritopsis, en cambio, tiene un ciclo fascinante de vida que la hace inmortal. Cuando esta alcanza la madurez sexual es capaz de invertir su ciclo de vida y volver a un estado de pólipo para comenzar de nuevo. Una y otra vez. Tantas veces como quiera. Dicho proceso es conocido como transdiferenciación.
Para hacerse una idea, realizan un cambio de células en su zona externa —exumbrella—, que generalmente solo se observa en animales que son capaces de regenerar órganos o extremidades. Sin embargo, la Turritopsis puede aplicar esto a cualquier parte de su cuerpo cuando alcanza un determinado ciclo. Finalmente, por decirlo de alguna manera, surge de su mismo interior convertida de nuevo en pólipo, pero siendo todavía el mismo individuo. Este proceso de transdiferenciación vuelve a generarse siempre que quiera, convirtiendo a dicha medusa en un ser casi inmortal. Y digo casi, porque puede morir debido a una enfermedad, o siendo el alimento de otro ser vivo.
Los estudios hechos en laboratorios de dichos especímenes mostraron que el 100% de los casos son capaces de volver a su fase de pólipo y crecer de nuevo tantas veces como deseen. Actualmente, la Turritopsis Nutricula se encuentra en prácticamente todos los mares del planeta, aunque en un principio fue originaria de los mares del Caribe. Viven en aguas templadas o tropicales, y se cree que esta colonización tan grande se debe a su dispersión por los barcos que navegan descargando los tanques de lastre en diferentes zonas del mundo.
Hasta el momento los científicos afirman que es el único ser vivo con capacidades para ser inmortal. La Turritopsis Nutricula ha conseguido lo que muchos seres humanos han anhelado desde hace miles de años, ha conseguido burlar a la muerte, cambiar completamente las normas… quizá solo sea el principio de más seres inmortales. Quizá los humanos estemos más cerca de lo que creemos de alcanzar un estado de inmortalidad virtual, aunque eso es ya otra historia.
iuytrekhgrfbg esto no me sirve necesito sus caracteristicas
Muy interesante… Y pensar que aún no se conoce la totalidad de nuestro planeta. ¿Quién dice que no hay más criaturas así vagando por ahí? Tal vez, simplemente, no es algo innato, sino adquirido…
Si tan sólo los alquimistas de antaño se enteraran de esto 😛
¡Gracias por la información!
Yo también soy inmortal