A raíz de un pequeño artículo en defensa de la filosofía aplicada con motivo del Día Mundial de la Filosofía un lector me comentaba que difícilmente la filosofía podría tener utilidad alguna. A menudo me encuentro con personas que piensan en la filosofía como en una reflexión abstracta y puramente teórica alejada de la realidad, una disciplina que escriben unos entendidos, que son los filósofos, exclusivamente para otros colegas filósofos, en una especie de círculo vicioso infranqueable. Sin embargo, en la historia de la filosofía han sido muchos los pensadores que han defendido sus aplicaciones prácticas inmediatas. Sin ir más lejos, el mismo Sócrates concebía la filosofía como una forma de vida más valiosa que ninguna otra. Ahora bien, ocurre muchas veces que cuando un filósofo se vuelve excesivamente pragmático se le suele poner la etiqueta de filósofo de segunda categoría, de autor de libro de autoayuda, como si en ese gesto de apegarse demasiado a lo cotidiano se prostituyera la pureza del conocimiento. Solo así consigo explicarme la mala prensa que hay en torno a Lou Marinoff, que además tuvo la osadía de publicar un libro filosófico que se convirtió en best seller.
Vaya por delante que para mí la utilidad práctica de la filosofía está más allá de toda duda, pero creo que no está de más demostrarlo poniendo algunos ejemplos concretos de su uso en la actualidad. No pretendo ni mucho menos agotar todas las posibilidades de la filosofía en un breve artículo, sino simplemente señalar algunas ‒pero que conste que son muchas más‒. Eso sí, antes de seguir te voy a pedir que dejes a un lado posibles prejuicios. Por una parte, trata de evitar ideas preconcebidas sobre el concepto de filosofía. Ten en cuenta que existen muchas doctrinas y escuelas filosóficas y que, como dijo Johann Gottlieb Fichte, «el tipo de filosofía que uno elige depende del tipo de persona que se sea». Deja que cada uno elija su filosofía. Además, recuerda que el hecho de que para ti la filosofía no sea útil no significa que para otras personas no pueda serlo. Sobre la noción de utilidad habría mucho que decir, pero por el momento diremos que no siempre es ponderable en cosas materiales o tangibles.
Quisiera empezar por lo más evidente. Cuando se pregunta por la utilidad de la filosofía una respuesta que suelo oír con frecuencia es que sirve para desarrollar el espíritu crítico y reflexivo. ¿En qué se concreta esto? Retomando la idea socrática de filosofía como forma de vida, la moral y la ética son, por sí mismas, las ramas de la filosofía práctica, de la filosofía de la acción. Las encontramos prácticamente en todos los ámbitos de la vida y están tan asentadas que no siempre somos conscientes de que están ahí. Por ejemplo, gracias a la bioética podemos formar nuestro propio punto de vista, a favor o en contra, sobre cuestiones como la clonación, el aborto, la reproducción asistida, la eutanasia o la manipulación genética, permitiendo desarrollar ese espíritu crítico y reflexivo tan necesario.
Por otra parte, la ética aplicada ‒valga la redundancia‒ supone una importante influencia en disciplinas tan variadas como el derecho, la ciencia, la tecnología, la medicina, la sociología, la antropología, la educación, la historia, la geografía, la economía o la ecología. En este último campo, por ejemplo, se puede mencionar el trabajo del filósofo australiano Peter Singer en defensa de los derechos de los animales. O el del filósofo noruego Arne Naess, sobre todo a raíz de su libro Liberación animal. Naess, además, utilizó la expresión «pensar como una montaña» en una obra homónima para señalar la incuestionable unión que hay entre el ser humano y la naturaleza y se considera uno de los fundadores del concepto de «Ecología Profunda», una rama de la filosofía que propone la convivencia armónica entre los seres humanos y el resto de seres vivos. En el extremo opuesto estaría la «Ecología Superficial» de Marshall, que sirve de argumento ético para justificar actuaciones como el protocolo de Kioto. Son, en definitiva, filósofos que se mojan.
Muchas de estas reflexiones han servido para subrayar la necesidad de que las grandes corporaciones establezcan compromisos en la conservación del medio ambiente, aunque eso ya formaría parte de lo que se conoce como ética corporativa o empresarial. Para muchos será una hipocresía, pero hoy en día casi todas las grandes empresas han asumido una serie de compromisos con valores no económicos, de responsabilidad social, y les han dado forma de códigos éticos. Empresas como IBM, Ford, General Electric, Google, HP, Sony, Microsoft, Motorola, Bayer, o Renault así lo han entendido y han dado este paso. Si no me crees échale un vistazo, por ejemplo, al código ético de Repsol. ¿Y quién crees que elabora esos códigos éticos? Pues sí, filósofos. Filósofos que trabajan para grandes corporaciones. Uno de los ejemplos más famosos es el filósofo Damon Horowitz, fundador de la community Aardvark y director de un sector técnico dentro de Google. Aunque no hace falta llegar al extremo de ocupar un cargo directivo, un filósofo puede llegar a ser un valor digno de tener en cuenta en ciertos departamentos, como el de recursos humanos y de selección de personal ‒con alguna especialización de por medio, claro está‒. En general, sus habilidades analíticas, sus estrategias para saber pensar y razonar más allá de lo establecido y su capacidad de aportar ideas creativas les permiten contribuir de forma muy positiva a determinados puestos de trabajo.
Como consecuencia, desde comienzos de la década de los 80 ha empezado a aparecer en Europa el llamado asesoramiento filosófico en forma de consultorías filosóficas, no solo para aplicar la filosofía a las empresas sino también a la vida cotidiana de las personas. Fue en 1981 cuando el filósofo alemán Gerd B. Achenbach fundó la primera consejería filosófica y al año siguiente creó la Sociedad Internacional de Filosofía Práctica con el fin de difundir esta práctica filosófica por todo el mundo. En estos gabinetes el filósofo establece una especie de diálogo socrático con aquel que solicita sus servicios para ofrecerle una orientación o un asesoramiento filosófico, de manera que, mediante el uso de la razón y apoyándose en distintos autores de la historia de la filosofía, pueda clarificar su vida y encontrar soluciones a los problemas que se le planteen. Esta orientación filosófica es diferente del psicoanálisis porque trabaja con la parte consciente del individuo y de la psicología porque no trata de indagar en las causas del conflicto sino que se atiene a argumentos y razones.
En el caso concreto de España encontramos, por ejemplo, la Asociación Española para la Práctica y el Asesoramiento Filosóficos o ASEPRAF o la Sociedad de Filosofía Aplicada o SOFIA. En este mapa, además, puedes ver algunos centros en los que se imparte este tipo de orientación.
Uno de los más grandes divulgadores de este movimiento es el mencionado Lou Marinoff, presidente fundador de la Asociación Estadounidense de Consejeros Filosóficos. Marinoff imparte cursos sobre cómo aplicar la filosofía como terapia para enfrentar patologías individuales y sociales y además ofrece sus servicios a corporaciones y gobiernos. El periodista Carlin Romano llamó a su libro Más Platón y menos Prozac la «Biblia» de este movimiento. En él Marinoff recurre a los más importantes filósofos de la historia para tratar las grandes cuestiones de la vida, como el amor, la muerte o los cambios, permitiendo que cada persona pueda obtener ese asesoramiento filosófico simplemente leyendo un libro, sin necesidad de visitar ningún gabinete filosófico. Es por eso que este libro ha sido catalogado por muchas personas ‒de forma negativa‒ como un libro de autoayuda.
Al empezar el artículo te pedí que dejases a un lado los prejuicios y ahora tengo que admitir que yo mismo los tengo en lo que respecta a los libros de autoayuda. Y es que la etiqueta de «autoayuda» incluye con frecuencia libros que mezclan un poco de psicología con un halo filosófico debidamente masticado y deglutido ‒a ser posible oriental‒ y grandes dosis de una positivismo que llega a ser empalagoso. Sin embargo, no conviene generalizar. No creo que nadie pusiera en duda el valor de Bertrand Russell como filósofo por mucho que escribiera La conquista de la felicidad, un libro que bien pudiera ser catalogado dentro de este género. Como tampoco hay que subestimar el valor filosófico de determinados libros que tradicionalmente se han considerado de autoayuda, como puede ser El arte de la felicidad, escrito por el Dalai Lama y Howard Cutler.
Después de haber visto este puñado de ejemplos solo queda preguntarse una cosa: ¿cómo se mide la utilidad del pensamiento filosófico? ¿Acaso no es suficiente con que una persona sienta que la filosofía le ha ayudado para que esta sea útil? Si llegados a este punto todavía sigues pensando que la filosofía no sirve para nada tal vez tengas que empezar a reconocer que no te sirve para nada a ti, pero, como te decía al principio, eso no significa que no pueda serlo para otras personas. Si, a pesar de todo, sigues insistiendo en que es completamente inútil, te recomiendo que leas la recopilación Apología de lo inútil publicada por Avarigani. Tal vez lo que tengas que cambiar no es tu concepto de filosofía sino tu noción de lo inútil.
¡Tiene tanta utilidad la filosofía! Sobre todo, nos sirve para interpretar el mundo y a nosotros mismos.
Por otro lado me leí el libro de Marinoff y me pareció bastante flojito y un poco vende motos.
Tienes razón que los hay mucho mejores. Pero me parecía necesario mencionarlo porque al fin y al cabo fue uno de los primeros en su género.
Hola, aquí me traicionara mi falta de capacidad para comunicar mis ideas pero intentare ser claro y conciso.
Para dar contexto. empezare diciendo que para mi la partes mas importantes en filosofía son las que tratan acerca del mundo, del ser y de la verdad y ese tipo de cosas.
También diré que demediados del siglo 20 hacia acá es poco lo que se de filosofía.
ahora lo que pienso
1) La filosofía no puede dar mayores respuestas en torno a la moral y a la ética. En este tema lo que sea que un filosofo diga razonablemente puede ser razonablemente refutado.
en este tipo de discusiones suelo escuchar cosas como que la filosofía ayudo a abolir la esclavitud y me parece de lo mas increíble que alguien pueda creer tal cosa. hubo filósofos en contra de la esclavitud pero ciertamente también hubo otros a favor de estos.
Fueron estos filósofos del segundo grupo malas personas? tal vez, pero eso no quiere decir que fueran menos razonables.
Todo lo que hicieron los estoicos no esta basado en razón alguna, solo se engañaron a ellos mismos para hacer las cosas que mas se acercaban a su moralidad ya adquirida.
En este caso si la filosofía quiere ser concreta y «filosofica» (estilo el superhmbre) entonces no podrá establecer nada firmemente en la razón,todo sera refutable.
Si por otro lado la filosofía es solo el «buen» pensar, entonces la filosofía es solo un nombre grandiloquente y que sobra para una actividad propia del ser humano. Por no decir que habría que hay tantos ejemplos de cosas que definitivamente no fueron buen pensadas que gran porcentaje de lo que los filósofos han escrito no seria filosofía, aka lease las monadas de leibniz, o todo el «ser y tiempo» (también muco del materialismo que no me acuerdo en detalle en el momento, para no dar la impresión de que solo es un sesgo en contra del idealismo)
2) los libros puestos como ejemplo ( como el de Rusell) pueden ser buenos pero son en realidad «sólidos», filosoficamente hablando?, esta es una idea que siempre se me hace difícil expresar, pero acaso ese libro no es solo el producto de sus años de vida y sus reflexiones como las e cualquier ser humano?. es valioso?, tal vez, no pondré eso en entre dicho pues no he leído el libro, pero mas allá de que lo fuese (o no), revelan estos libros alguna verdad (estilo el camino el tao o los estoicos)?
si lo hacen entonces de seguro esta mal, si no lo hace entonces que lo hace filosófico?
3) Lo del «espíritu critico y reflexivo» lo puedo entender. Buena parte de la filosofía (y la parte mas fructifera en mi opinion) es saber que hay de malo en lo que los filósofos han dicho.
pero tal vez sea como dijo David Hume, y la filosofía tenga que ser solo para los jóvenes y al entrar los años se de dedique el tiempo a cosas mas productivas.
por cierto que en mi opinión Hume es
Supongo que ni yo te voy a convencer a mí ni tú a mí, pero por lo menos hemos tenido ocasión de intercambiar puntos de vista y por lo menos ves que mi defensa de la filosofía útil se basa en algo y no es solo hablar por hablar. Que estemos de acuerdo o no está de más, pero por lo menos hay argumentos.
Ha sido interesante.
Algún día e pondré al día con la filosofía mas contemporánea.
ola como ejtaj
wena
no me gusto esta pagina pero si el chulo que aparece al principio que rico verte
se lucieron pero no me lucieron a mi tratenlo estoy de acuerdo con lo que dice esta pagina pero me gusto mas hece chulo me lo quiero comer a besos arrrrrrrrrr que rico papasito rico geeerrrrrrrrrrr