Primer libro impreso con hojas enumeradas

Primer libro impreso con hojas enumeradas

   A pesar de que las páginas de cualquier libro suelen estar unidas una detrás de otra y de que no hay riesgo de que se desordenen, son muy pocos los libros que prescinden de la enumeración. Ya sea por costumbre o por facilitar la localización de pasajes concretos, hoy en día estamos tan familiarizados con ver las páginas de los libros enumeradas que podríamos pensar que siempre ha sido así. Sin embargo, como explica el blog I Love Typography, nada más lejos de la realidad.

   La primeras enumeraciones nacieron más vinculadas al libro impreso que a los manuscritos. Esta práctica fue muy poco habitual durante toda la Edad Media y si se llevaba a cabo era, en cualquier caso, como foliación no como paginación. Es decir, que lo que se enumeraba era cada folio por su parte delantera y no cada página como ocurre en los libros modernos. La costumbre poco a poco se fue haciendo algo más normal a partir del siglo XIII, aunque no comenzó a extenderse, al menos, hasta el segundo cuarto del siglo XVI.

Enumeración

Enumeración

   El primer libro conocido que usó la enumeración, por supuesto como foliación, se llama Sermo in Festo praesentationis beatissimae Mariae Virginis y fue impreso por Arnold Ther Hoernen en Colonia en 1470 ‒recuérdese que el primer libro impreso es la Biblia de Gutenberg de 1455‒. En los números de sus páginas todavía encontramos algunos símbolos distintos a los se usan en la actualidad, concretamente el «4», el «5» y el «7». Al fin y al cabo, aunque los números árabes llegaron a España en el siglo X, su uso no se hizo común hasta el siglo XIV. A partir de finales del siglo XV los números mencionados empiezan a tener la forma con que son conocidos a día de hoy.

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