Van Gogh sufría de trastorno bipolar, los escritores suicidas no son pocos y Miguel Ángel era, posiblemente, autista, además de no cambiarse casi nunca la ropa. Cuando raramente se quitaba los zapatos, según un asistente: «la piel se iba detrás, como la de una serpiente».
El arquetipo de artista con enfermedad mental está muy arraigado y suele componer una buena historia pero, ¿es una historia cierta?
Aquí me refiero a verdadera enfermedad mental, no a excentricidad o histrionismo. Puede que los casos verdaderos sean aislados o que muchas veces resulte una simple pose de atormentados. Algunos que se llaman «artistas» la usan, por puro marketing o para sentirse diferentes y especiales, compensando con ruido la falta de talento.
Soy un creyente en que a veces damos por ciertas algunas historias sólo porque son atractivas, al fin y al cabo las personas tenemos la necesidad de creer que algo no sea lo monótono y lo de siempre. Pero las personas también tenemos otra cualidad, la de poder matar leyendas con máquinas y clavándoles los números de la ciencia.
También lo hemos intentado con esta.
Hace tiempo se citaban los trabajos de Jamison, Andreasen y Ludwig, que mostraban una relación entre enfermedades mentales y creatividad, pero esos estudios, al parecer, no se sostenían, por culpa de metodologías y muestras deficientes, además de ser demasiado subjetivos.
Sin embargo, no hace demasiado, Simon Kyaga se basó en un estudio de 40 años, que incluía una muestra de 1,2 millones de suecos para ver si, de una vez por todas, el trastorno mental y el arte tenían una relación más allá de sonar a buena historia.
La conclusión es que aquellos que se dedicaban a trabajos artísticos no eran más proclives que el resto a sufrir enfermedades mentales, excepto en el caso del trastorno bipolar, es decir, episodios de manía y depresión.
Cualquiera que haya emprendido una tarea creativa sabe que ésta, por definición, se convierte en una montaña rusa bipolar, donde en un momento de euforia preguntas que dónde está tu Nobel y al siguiente que dónde está la pistola, porque necesitas una bala en la cabeza que acabe con tu miseria ‒y, por favor, para que nadie vea que eso tan horrible que estás haciendo, es tuyo‒.
Además de ello, sufrir una enfermedad mental tampoco aumentaba las probabilidades de desarrollar una profesión artística según Kyaga. Incluso la excepción de la bipolaridad mostraba apenas un pequeño efecto en eso.
Pero ese estudio, mientras dejaba malherido el mito de que los artistas sufren de las más diversas locuras, extrajo otra conclusión fascinante e inesperada.
Los artistas sí solían tener, en una proporción más significativa que el resto, hermanos que sufrían trastornos mentales, como esquizofrenia, trastorno bipolar y anorexia nerviosa.
A la luz de este descubrimiento, Scott Kaufman, investigador de la Universidad de Pennsylvania, lanzaba una curiosa hipótesis en un artículo de Scientific American de octubre de 2013. ¿Podría ser que los artistas heredaran una versión más leve de la enfermedad mental de sus hermanos? ¿Una que ayudaba al pensamiento creativo, mientras evitaba los aspectos debilitadores del trastorno?
Es como si los artistas hubieran esquivado la bala de la enfermedad, que acertaba de lleno a sus hermanos, mientras ellos se veían salpicados por una versión benigna de la misma.
En ese mismo artículo, Kaufman hablaba de los últimos hallazgos en neurociencia y cómo se había descubierto que, las personalidades más creativas, no podían reprimir el precúneo cerebral mientras estaban haciendo una tarea esfuerzo mental, así que este se activaba. Eso no era normal, pues el precúneo se activa cuando estás descansando, no cuando estás concentrado en algo. Ese era un rasgo extraño… Característico también de pacientes con esquizofrenia.
Así que parece que los artistas con enfermedad mental no son más numerosos que los fontaneros con enfermedad mental, excepto cuando hablamos de trastorno bipolar, aunque tampoco es muchísimo más común, pero hay algo ahí y las máquinas y los números muchas veces acaban abriendo más preguntas de las que responden.
La personalidad creativa parece caminar por la frontera entre cordura y locura, traspasa la valla para robar unos frutos y pensar diferente, realizando más asociaciones y más distintas que el resto, pero después puede volver a lugar seguro, sin que la enfermedad mental la atrape más que a ese resto.
Todavía quedan cosas por conocer, pues es un tema extenso y atrayente. Y es que al final siempre me ocurre con muchas cosas que me fascinan, que la respuesta suele ser que parece no haber nada, pero parece que hay algo.
Supongo que, como cuando recordamos solo lo más llamativo de los hechos, nos fijamos en esos artistas que coquetearon con el desequilibrio o cayeron por completo en él. Esos artistas torturados y tortuosos, esas vidas desaforadas y muertes escandalosas. Y olvidamos las vidas silenciosas y las mujeres discretas, que no dieron qué hablar y restan romanticismo a la leyenda.
Me quedo con esa excepción de las manías, las euforias y depresiones. El sentimiento artístico ya es, de alguna manera, una obsesión.
Lo que creo que resulta evidente es que los artistas no ven el mundo con los mismos ojos que el resto de las personas. De otro modo su labor sería terríblemente aburrida.
«Mirad, es el cusdro número mil cinco y idéntico a los mil cuatro anteriores.»
La locura es un enorme saco que abarca desde trastornos diagnosticados a opinión personal. Es más, no todas las enfermedades mentales han sido aceptadas en todos los países, ni hay consenso.
Así que aplicaré la norma de que está fuera de la campana de Gauss, y lo llamaré artista. Ahora mismo llamo a mi madre para felicitarle por su hijo artista.
Zazou, es verdad que detrás de muchos de esos artistas había mujeres silenciosas que los soportaron. Muchos no eran capaces ni de comprar el pan por sí mismos. Pero unas cuantas de ellas no tenían nada que envidiar a la locura de ellos.
Marcos, si los artistas tienen la capacidad de ver el mundo con otros ojos, efectivamente tú debes tener algo de artista. Precisamente si algo comparten el arte y el pensamiento lateral es esa mezcla de intuición y creatividad que desde luego tú tienes.
Hola a todos:
Es cierto que sólo nos fijamos en las historias que se salen de lo habitual, como apunta Zazou, nadie dice: «eh, mirad, un artista normal, observad como no hace nada fuera de lo común», eso no es una buena historia, así que no se propaga ni repite.
Por eso me preguntaba si los ingresos en psiquiátricos, las depresiones y los disparos a la cabeza eran la norma en artistas, o tan habituales como en los contables, por ejemplo.
Parece ser que el panorama no es muy diferente al de otras profesiones, pero también parece que hay una forma de pensar diferente, como dice Marcos, y es posible que tenga puntos en común con rasgos, aunque leves, presentes en algunas enfermedades mentales.
En definitiva, caminar en el filo.
Un saludo a todos.
Ceo que en la «población artista» hay el mismo porcentaje de enfermedad mental que en la «población no artista», pero siempre se pone el foco en esas vidas tortuosas. Otra cosa es que, en los casos que se da, la enfermedad mental haya puesto de su parte en la producción artística, dándole un toque especial.
Saludos
TODA LA GENTE DEL MUNDO ESTA LOCA, LA DIFERENCIA ES QUE LOS ARTISTAS LO SABEN Y EL RESTO NO….
[…] mucho que discutir sobre los genios y su locura, y si es necesario estar loco para ser un genio. Salvando algunos casos en los que detrás de la […]
[…] (hace más de dos años y yo creía que haría un par de meses) sobre si los artistas, los buenos, estaban locos o qué. Porque algo parecía […]
[…] Isaac Belmar en La piedra de Sísifo que los escritores están locos, pero no solo ellos, sino los artistas en general. Falta saber qué […]
a ver… tal vez seria oportuno, por una vez en la vida (la gente nunca lo hace y el 99% de las veces escuchar o leer a la gente es perder el tiempo) empezar por DEFINIR Y CONCRETAR QUE ES DE LO QUE SE ESTA HABLANDO. Pos eso…¿QUE ES ESTAR LOCO? Lo unico, que hacer esto, es lo que es dificil (por eso casi nadie ni lo intenta), lo que precisa SABIDURIA, que el ser humano que es tan tontito, no tiene. Por eso mejor preguntale a DIOS, que es el unico que tiene idea de algo. Y noooo estoy loco, jajaja.