El libro que se bebe

El libro que se bebe

   Después de que apareciera el libro que se cocina y se come era cuestión de tiempo que se inventara el libro que se bebe, aunque más que a una lasaña el concepto se parece a la guía de supervivencia creada por Land Rover y que podrás comerte en caso de emergencia. Aunque en este caso es una campaña de DDB desarrollada para Water Is Life con dos objetivos: denunciar y concienciar sobre los riegos del agua contaminada ‒que es el pan de cada día para un porcentaje bastante alto de la población‒ y ofrecer una herramienta para ponerle fin a este problema. Y es que la tecnología de este libro, desarrollada por químicos de la Universidad de Carnegie Mellon, hace que además de libro sea un dispositivo que sirve para purificar el agua. Muy en la línea del libro que se planta.

   Cada una de sus páginas, recubierta con nanopartículas de plata, actúa como papel de filtro. Basta con arrancarlas ‒cada página son dos filtros‒, colocarlas como base dentro de su estuche y volcar el agua sobre ellas. Sus iones eliminan las bacterias en un 99,99%, previniendo enfermedades como el cólera, la fiebre tifoidea y la E. coli, y haciendo que el agua sea tan potable como la que sale de los grifos de cualquier país desarrollado. El libro además está lleno de advertencias y consejos en inglés y en suajili sobre el consumo de agua contaminada y el proceso de purificación.

   Producir el papel de filtro apenas cuesta unos céntimos, lo que hace del libro que se bebe una de las opciones más baratas del mercado. Cada filtro tiene una duración de un mes o de 100 litros de agua, por lo que un solo libro puede proporcionar agua limpia a una sola persona durante cuatro años. Eso convierte a este libro en un instrumento capaz de salvar vidas.

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