La profundidad de Internet

La profundidad de Internet

   ¿Te has planteado alguna vez cuánta información hay en Internet? Se cree que en el año 2010 se generaron apoximadamente 2 exabytes. Esto es un dos con dieciocho ceros detrás, esto: 2.000.000.000.000.000.000 o 2·10 elevado a 18, como os sintáis más cómodos. En realidad da igual, no vais a ser capaz de abarcar la magnitud de este número tan alto. Es demasiado para el cerebro. El problema es que a lo largo del año pasado se ha generado también esa información, pero multiplicada 365 veces, es decir, que el año pasado se generó la misma información cada día que toda la que se generó en 2010.

   Esto, dicho en un idioma entendible, es una barbaridad. Significa que los medios de almacenamiento cada vez tendrán que ser más y más grandes ‒y las moléculas de los pen-drive y los átomos de los discos duros tienen una limitación‒. Eso por no hablar de la velocidad de transmisión. Cada minuto se vuelcan a la red de Youtube unas 100 horas de vídeo ‒el dato es de hace un año‒ y aún hay humanos que puedan visualizar todo este contenido.

   Pero no es así con redes como Twitter. La mayoría de los tuits son ignorados y ni se comparten ni se marcan como favoritos. Es más, muchos ni siquiera son leídos ‒al menos por humanos‒, y son descartados automáticamente sin ser borrados en ningún momento. Es decir, que producimos un mundo digital que ni siquiera nosotros consumimos. No hay tiempo para ello. En el futuro este problema se acrecentará: por mucho que consigamos ampliar las capacidades y las velocidades de transmisión el crecimiento de la cantidad de humanos será «lenta» comparada con el mundo digital. Ya a día de hoy los datos de la data-esfera son restos de información con rumbo a ninguna parte, y un gran porcentaje nunca será leído.

   Imagináoslo de este modo: la humanidad a lo largo del interior de una esfera. Esta esfera es la data-esfera, y todos tenemos un puerto que nos lleva a ella: es el Internet, la red de redes, ampliada por bots y programas que nos acompañan al navegar. Los humanos volcamos en esta esfera miles de millones de dato al segundo, de modo que, al ir consumiéndolos también, se produce un equilibrio: lo que creamos menos lo que consumimos.

   El problema del futuro es que la esfera estará llena, y creciendo en la velocidad en que los humanos creamos contenido acabará por reventar, como ya lo ha hecho por Twitter, y terabytes de información serán lanzados hacia ninguna parte, perdidos simplemente por el hecho de que no habrá nadie disponible para que los lean.

   Por mi parte llevo años buscando un determinado vídeo, incluso tengo in folio real ‒físico‒ donde apunto las búsquedas que he hecho. He dedicado muchas horas de mi vida a localizarlo, y dudo que lo acabe por encontrar, debido a que a cada segundo se indizan miles de contenido de vídeo relativamente relacionado con mi contenido. Resumiendo: en Internet se sigue navegando, pero el mar crece en altura, torna océano, y la mayoría de los contenidos de peso acabarán en un fondo de relativa intrascendencia.

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