Según el director de cine Errol Morris el primer fotomontaje conocido de la historia es la famosa imagen que Roger Fenton tomó en el «El Valle de la Sombra de la Muerte» durante la Guerra de Crimea. Este conflicto bélico desarrollado entre 1853 y 1856 y que enfrentó al Imperio ruso con la alianza formada por el Reino Unido, Francia, el Reino de Piamonte y Cerdeña y el Imperio otomano por el control de este último se considera la primera guerra moderna de la historia debido al uso de las nuevas tecnologías de comunicación ‒entre las que destaca el telégrafo‒, el tipo de armamento y su documentación fotográfica. De hecho, las fotografías que tomó Fenton se consideran uno de los primeros intentos por documentar una guerra.
En 1855 el editor Thomas Agnew encargó a Fenton que fuera al frente, en el Mar Negro, para que ejerciera de fotógrafo oficial de la guerra, el primero según afirma Susan Sontag en su obra Ante el dolor de los demás. El viaje fue financiado por el Reino Unido a cambio de que evitara mostrar los horrores de la guerra para no desmoralizar a los familiares de los soldados y a los ciudadanos británicos en general, que no eran demasiado partidarios del conflicto ‒en esos tiempos el periodismo era otra cosa‒ así que el resultado, como no podía ser de otro modo, es una visión deliberadamente cándida, sin muertos, heridos ni mutilados, donde se ve a los altos mandos como grandes hombres y a los soldados rasos en descansos o entretenimientos. Fenton, por otra parte, tuvo que enfrentarse a una serie de limitaciones técnicas: las altas temperaturas hacían que el material fotográfico se deteriorara y solo podía hacer fotografías de objetos estáticos, soldados que se veían obligados a posar durante varios segundos y paisajes.
Uno de esos paisajes, precisamente, fue «El Valle de la Sombra de la Muerte». Fenton tomó dos fotografías casi idénticas de uno de los caminos de esta zona: una con varias balas de cañón y otra sin balas. Durante mucho tiempo la relación que existe entre estas dos imágenes ha sido un misterio. ¿Cuál de ellas fue primero y cuál después? ¿Fotografió Fenton el paisaje con balas y más tarde fueron retiradas para ser reutilizadas o fueron colocadas a posteriori, de forma intencional, para darle un toque más dramático a la imagen?
Según Sontag la explicación más probable es la segunda, que las balas de cañón fueran colocadas de forma premeditada para la fotografía. La misma opinión tiene Morris, que en 2007 publicó en The New York Times un análisis comparativo muy exhaustivo de las dos imágenes: el movimiento de algunas de las piedras en el lado izquierdo del camino parece indicar, según la dirección en que caen, que la fotografía con las balas fue la segunda. Es decir, la fotografía sin balas de cañón es la imagen original y la segunda es un montaje. Cualesquiera que fueran los motivos de Fenton, las balas fueron cuidadosamente colocadas a lo largo del camino por él mismo y sus ayudantes antes de tomar la fotografía.
Es un buen artículo. Yo lo habría titulado (sin rigor alguno): «El malvado Fenton. La guerra sucia a la fotografía bélica»… pero quizá habría quedado muy largo… La comparativa entre ambas imágenes y la explicación que da Sontag —cuyo libro, por cierto, es realmente interesante (y crudo)— me ha parecido muy acertada. Fenton era un auténtico miserable… El dramatismo propio de una guerra no necesita de otros incentivos que la maximicen. Gracias. Un saludo.
Yo creo que el trabajo de Fenton simplemente responde a las circunstancias históricas que le tocó vivir. Es verdad que una guerra ya es de por sí lo suficientemente dramática como para además añadirle más incentivos, pero con el periodismo fotográfico muchas veces nos exponemos a este tipo de jugadas. A veces la realidad no es lo suficientemente dramática y el fotógrafo no duda en darle un empujoncito añadiendo algunos retoques. Al fin y al cabo de lo que se trata es de vender una realidad.
Al final siempre hemos estado rodeados por farsa publicitaria 🙁
La fotografía es un medio que de forma casi inevitable nace vinculado a la publicidad. Es difícil pensar en pintura y en publicidad al mismo tiempo. Aunque también existía la pintura publicitaria, la moderna publicidad casi nace con la fotografía. No sé si siempre, pero desde el siglo XIX y a medida que avanzamos en el XXI es una constante cada vez más habitual.