¿Te enamorarías de una inteligencia artificial?

¿Te enamorarías de una inteligencia artificial?

   El mundo avanza, todo cambia. El amor se transforma, se disuelve, se diluye y se desdibuja a sí mismo. ¿Podrías llegar a enamorarte de un sistema operativo? Actualmente seguro que no. Pero, ¿y si llegase a existir una especie de inteligencia artificial que fuese casi tan complejo como un ser humano? Esa es la propuesta, o la historia, que quiere contar Her, la última película del director Spike Jonze, ya estrenada el 10 de enero de este año 2014. Algunos lo conoceréis por ser también el director de: Cómo ser John Malkovich, Donde viven los monstruos o Adaptation. El Ladrón de Orquídeas. Películas muy especiales con guiones muy surrealistas y originales. De hecho, hace no mucho, os hablé aquí mismo del guionista de alguna de estas películas, Charlie Kaufman.

   Spike Jonze trabajó con Kaufman en dos películas: Cómo ser John Malkovich y Adaptation. El Ladrón de Orquídeas. Supongo que trabajar con una mente tan brillante como la de Kaufman hace que se te peguen pequeños matices de su ingenio, porque seguro que Spike Jonze le debe bastante a la maestría que tiene su compañero para contar historias de lo más originales. Yo he visto mucho de la locura de Charlie Kaufman en Her, a pesar de que ha sido dirigida y escrita por el propio Jonze. Cinta que por cierto, le ha valido el óscar a mejor guión original. Premio del que seguro está muy orgulloso, y del que muchos sentirán que es merecido. Porque, desde luego, la sacudida que deja Her tras el visionado de dos horas es para replantearse muchas cosas.

   El óscar, por supuesto, no es para menos. El que haya visto Her sabe de lo que hablo. Esa película con una fotografía radiante, con unos colores vivos y un futuro cercano muy muy factible. Quiero hablaros más en profundidad de la propuesta que se muestra en la cinta. Para todo aquel que no la haya visto ‒yo la recomiendo muy mucho‒, os contaré un poco hasta dónde quiero llegar con todo esto. En el futuro de Her, Theodore Twombly ‒interpretado de manera inmejorable por Joaquin Phoenix‒ vive en Los Ángeles. Aparentemente todo sigue igual que ahora, excepto con el avance tecnológico que podría suceder en los próximos años de nuestra vida real. Theodore está hecho polvo después de haber terminado una larga relación con su esposa. Trabaja en una especie de empresa que escribe cartas entre personas, con un método no muy especificado en el argumento, y vive su vida rodeado de tecnología moderna. Tiene una suerte de móvil o smartphone, y un auricular que lleva en el oído, y poseé un sistema operativo muy avanzado que se maneja a través de la voz. En definitiva, son cosas muy parecidas a las que ya estamos viendo ahora en la actualidad, la diferencia, lo que hace Her, es llevarlo todo un poco más allá.

   Un día, a Theodore le llega publicidad de un nuevo sistema operativo que va a estrenarse en el mundo entero. Es una especie de inteligencia artificial que sirve al mismo tiempo de interfaz y maneja tu correo, tus noticias, te da conversación, etcétera… Theodore decide probar la experiencia, así que el ordenador le hace unas cuántas preguntas con las que tener una base para comenzar. Elige que la voz del sistema sea la de una chica y, una vez iniciada, la mujer se presenta diciendo que se llama Samantha. El nombre lo ha elegido ella sola, porque le gusta. Y, en fin, no voy a destripar mucho más argumento, pero tal y como se vende la película ‒una historia de amor‒ aclararé que tras muchas charlas, Theodore y Samantha se enamoran. Sí, aunque suene raro. Se enamoran y se hacen pareja.

Samantha - La inteligencia artificial

Samantha – La inteligencia artificial

   ¿Cómo es esto posible? ¿Por qué? Bueno, Samantha resulta ser un sistema muy avanzado. Como ella misma explica, está programada en base a muchísimos razonamientos y personalidades diferentes de muchas personas. Se expresa tal y como lo haría una persona normal y corriente, y parece tener sus dudas, sus anhelos, sus sentimientos. De hecho, en muchos momentos resulta increíble que solo sea, al fin y al cabo, una máquina. Parece mucho más que eso. Tiene celos, tiene sentido del humor, tiene imaginación. Es prácticamente como un humano, solo que sin cuerpo. Theodore la lleva consigo a todas partes en su especie de smartphone, y juntos pasean, viajan, juegan, e incluso tienen… ¿sexo virtual/espiritual? No sé, algo tienen, y por lo que se ve, muy intenso.

   La película trata este tema del amor entre humano y máquina de forma muy cercana y corriente. Hay incluso tomas y planos en las que se ve que muchas otras personas hablan solas por la calle y se ríen sin aparente motivo. Así que como se intuye que no solo Theodore es el único que tiene un sistema operativo por pareja o amigo. En la cinta, también se habla de otras personas que mantienen relaciones con su SO, o incluso con el SO de otra persona. ¡Y hasta existe una asociación de personas que ofrecen sus cuerpos gratuitamente para mantener relaciones sexuales entre el humano y su pareja SO!

   Todo parece un poco, macabro. Imaginarse que eso puede llegar a pasar, resulta imposible, pero, y si nos paramos a reflexionar un segundo… ¿de verdad parece tan imposible? Yo creo que no. No hace falta llegar ni siquiera a la ficción, no hace falta imaginarse un futuro cercano. Ya hay cosas parecidas. Ya se están creando inteligencias artificiales e incluso sistemas operativos similares con cuerpos robóticos. En la cultura actual occidental cada vez hay menos relaciones humanas y hasta existen locales en los que pagar un tiempo específico para estar con una chica solamente tumbado a su lado o abrazándola. No bromeo. En Japón hay cosas así y se muestran en muchos documentales. La tecnología avanza a pasos rápidos y ágiles. Cada día, distanciándonos unos a otros, alejándonos. Prestando más atención al móvil en una cafetería que a la persona que tienes al lado, haciéndonos un poco menos cálidos y cercanos.

   En la televisión también tenemos ejemplos parecidos. Por ejemplo, en la serie The Big Bang Theory, hay un capítulo en el que se hace alusión a Siri, una aplicación que sirve a modo de asistente personal y que existe de verdad ‒bastante parecido al que se ve en Her‒. El sistema consigue enamorar a uno de los protagonistas, Rajesh Koothrappali. ¿De verdad sería una idea tan disparatada? Es decir, sí que lo sería, pero, ¿tan imposible? No lo creo. Creo que es algo muy posible. Y nos guste o no, es algo que terminará acercándose cada vez más. Después ya no será una simple voz con razonamiento lógico y natural, después pasará a ser un cuerpo y un cerebro que imite al humano. ¿Una idea macabra? Bueno, sí, quizá un poco. Pero de existir a un nivel parecido al de Samantha, yo estoy muy seguro de que sí habría muchos Theodore por el mundo. Y creo que al final acabaría siendo como en la película, una relación entre humano y máquina vista de forma normal. La cuestión es… y tú, ¿te enamorarías de un sistema operativo?

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