Exposición de Lana Newstrom en la Galería Schulberg de Nueva York

Exposición de Lana Newstrom en la Galería Schulberg de Nueva York

   Una de las mayores virtudes que tiene el arte es que cuando crees haberlo visto todo vuelve a sorprenderte. En alguna ocasión he hecho un repaso por varias de las obras artísticas más insólitas que he visto. Te aseguro que algunas son para quedarse boquiabierto. Y, por si no fuera poco, también se podría añadir a la lista las obras de arte que ponen en peligro la integridad física o psicológica de sus artistas y, si me apuras, hasta de su público. De locos.

   Sin embargo, crees haberlo visto todo y entonces te topas de frente con una exposición de arte invisible. Estás ahí, frente a la obra, pero no puedes verla porque es invisible. Esa es la idea que hay detrás de la muestra que la artista de 27 años de edad Lana Newstrom ha exhibido en la Galería Schulberg de Nueva York, según informó CBC Radio. Si quieres saber cómo quedan un montón de amantes del arte mirando al vacío solo tienes que echarle un vistazo a la fotografía de arriba. «El hecho de que no se pueda ver nada no significa que no haya echado horas de trabajo en la creación de una obra en concreto», dijo la artista, que además invitaba al público a imaginar qué es lo que podría haber frente a ellos. Supuestamente, Newstrom habría conseguido hacer una pequeña fortuna vendiendo sus obras de arte invisibles a coleccionistas excéntricos, lo que recuerda de forma inevitable al cuento del traje nuevo del emperador.

   Pues bien, en realidad esta excéntrica noticia no era más que una broma de la CBC Radio, pero la idea de obras de arte invisibles que se cotizan por millones de dólares era muy golosa y se acabó convirtiendo en un viral casi al instante. A partir de ahí, fueron muchas las personas y algunos los medios que la dieron por cierta ‒estos últimos sin contrastar la información‒. En realidad, Lana Newstrom no existe y la fotografía que se tomó para ilustrar la noticia estaba retocada ‒aquí puedes ver la original‒.

   Pero lo cierto, a pesar de que todo haya sido una broma, es que el arte invisible no es una idea tan novedosa o descabellada como parece. De hecho, en 2012 la Hayward Gallery de Londres organizó una exposición dedicada por completo al arte invisible ‒y esta sí es verdadera‒. En ella se podía encontrar, entre otras cosas, una escultura invisible de Andy Warhol que consistía en un pedestal vacío que él había pisado unos instantes en una ocasión o un trozo de papel en blanco que el artista Tom Friedman había estado mirando durante mil horas en un espacio de tiempo de cinco años. Muchas de las obras incluidas en la muestra eran lienzos en blanco, una variante del arte invisible de la que ya he hablado largo y tendido en algún momento.

   Por cierto, hablando de bromas radiofónicas, otra de ellas llegó a convertir un libro en best seller antes de que fuera escrito. Si quieres saber cómo ocurrió puedes leer esta anécdota aquí.

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