Cuando me planteé hacer una selección de mis campañas publicitarias preferidas sobre libros tanto en el mundo editorial como en librerías de vez en cuando me fui topando con unos cuantos anuncios protagonizados por libros electrónicos. Podría haberlos incluido con los libros de papel, pero en muchos de esos anuncios se daba una curiosa circunstancia. Se hacía hincapié en las ventajas del libro digital frente al libro tradicional, llegando en algunos casos incluso a atacar a este último, casi como si entre los dos soportes hubiera una especie de competición para ganarse el favor del lector y futuro comprador. Teniendo en cuenta que algunos de esos anuncios casi están hechos en contra del libro ‒el de papel‒ he creído oportuno agruparlos aparte.
Es el caso, por ejemplo, de la campaña organizada por la librería Norma. En ella vemos a célebres personajes de libros ‒Adán y Eva, don Quijote y Sancho y el principito‒ talando el último árbol de un bosque completamente arrasado. Quizá parezca una exageración, pero a la vista de los datos que nos ofrecen esos anuncios ya no lo parece tanto. Y es que la Biblia ha sido impresa 6.000 millones de veces, las aventuras de don Quijote 450 millones de veces y la historia del principito 143 millones de veces. Frente a estas desorbitadas cifras lo que ofrece el ebook parece una opción preferible.
Esa misma idea es la que está detrás de los anuncios del Sony Reader. Tras mostrarnos un árbol hecho todo con libros se nos dice que un lector normal lee aproximadamente un árbol de libros al año. Quizá sean unos cálculos excesivos, pero ante ese dato uno casi prefiere optar por el libro digital. Así mismo, en la campaña de la aplicación iReader se hace con los libros lo mismo que los libros hacen con los árboles: destrozarlos. Si leer en papel es una tragedia para los árboles, lo mejor es leer un ebook.
De la misma manera, la librería Ebook de la India transforma el tronco de árbol en un libro con forma de espiral y nos advierte que usar el papel perjudica al planeta. En otras campañas como en la del lector Kobo, de la Fnac, también se enfrentan el papel y lo digital, pero para resaltar las ventajas de este último por su capacidad para almacenar una gran cantidad de títulos en un espacio reducido. En pocas palabras, mil libros digitales ‒y creo que se quedan cortos‒ ocupan lo mismo que un libro en papel. El Amazon de Kindle también hace que nos decantemos por el libro electrónico. ¿Por qué no prescindir del peso del libro tradicional y tomar solo lo que de verdad le interesa a los lectores, es decir, las palabras? Eso es precisamente lo que hace un ebook, permitirnos coger solo lo que necesitamos.
Por su parte, la editorial Newton Compton ha optado por promocionar sus libros electrónicos con una campaña sencilla y de corte humorístico. Las historias no están hechas de papel: ni Drácula disfrutaría mordiendo el cuello de una jovencita de papel ni Sherlock Holmes podría utilizar su lupa si esta fuera de papel. Por eso, es preferible leer un ebook.
El Papyrus de Samsung, en cambio, destaca una de las características incorporadas por su e-Reader: que es táctil. Hoy en día quizá ya no sea nada novedoso, pero en los comienzos de los libros digitales un lector táctil era todo un acontecimiento. Con esta característica el grado de interacción entre el lector y el libro es todavía mayor, tanto que casi podemos tocar a los personajes de las historias y hacerle cosquillas al genio de la lámpara maravillosa, al gato con botas o a Harry Potter.
Para terminar he querido incluir varias campañas que aunque no son propiamente de libros electrónicos sí tienen una fuerte vinculación con el mundo de la tecnología. El diseño de la librería Kinokuniya para su línea de libros de género musical, en los que reproduce con libros los símbolos de los botones de play, stop y pause quizá no destaque por su originalidad pero sí lo hace por su elegancia. El de la librería Norlis hace un divertido juego de palabras relacionando las portadas de varios libros con algún elemento tecnológico ‒con varias redes sociales y el juego AngryBirds‒ para proponer la lectura como la mejor forma de desconexión. Por último, la librería BooksPlus sostiene en su campaña que los libros digitales no siempre están por encima de los de papel. Frente a la tecnología, el papel nunca va a fallar y sus páginas siempre estarán disponibles.
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Cierto es que, en torno al libro digital, se está creando una especie de barrera que tiende a separarlo del libro tradicional…
Yo siempre he visto con buenos ojos la incorporación de nuevas tecnologías en relación con la lectura, y no asumo lo digital como un sustituto del papel, lo considero más bien complementario del mismo. No es necesario redundar en cuestiones de peso y espacio, el artículo ya es lo suficientemente explícito en este sentido… En relación a la publicidad, creo que cualquier lector con un mínimo sensibilidad encuentra demasiado agresivas ciertas campañas a favor de lo digital, más aún cuando se basa en un ataque directo al libro impreso, reduciéndolo a simple materia prima, desposeyéndolo de su olor, su forma, su tacto… y hasta desprestigiándolo, al convertirlo en una mera reliquia, un objeto condenado al olvido, cuando no al arte más destructivo. Me ha parecido genial que se ofrezca un contrapunto a todo esto, destacando el «Papyrus» de Samsung, cuyo e-Reader te permite interactuar con los personajes (ésta me ha parecido la mejor de todas). También son estupendas las últimas campañas que cierran el artículo, pues creo que invitan a la reflexión y nos recuerdan que los libros en papel no son tan prescindibles como pretenden vendernos…
Gracias. Me ha encantado. Es un gran artículo (sobre todo me ha gustado cómo está tratado el tema, haciendo ver al lector el mensaje que subyace tras la publicidad de este tipo de campañas…) Un saludo.
Veo que has captado bien la manera en la que quería plantear el artículo. No creo en el enfrentamiento entre libros tradicionales y digitales. Leo en uno u otro formato indistintamente. Acabo de leerme dos libros seguidos en papel y ahora mismo estoy con dos libros digitales. Creo que plantearlo a modo de competición es un error. Cada uno tiene sus ventajas y sus inconvenientes. De cualquier forma, hay que reconocer que estos anuncios están geniales.