El proceso de escritura, como todas las artes, posee ese punto de genialidad que lo convierte en un absoluto misterio. Es por eso que prácticamente desde sus orígenes la figura del escritor tiene a su alrededor una poderosa aura de misticismo. Ya en el Ion un joven Platón dice que la poesía es el resultado de la inspiración divina, aunque la imagen idealizada del escritor que tenemos en la actualidad se consolida sobre todo en el Romanticismo, con figuras como Schelling o Rimbaud. Hoy en día, sin embargo, el avance científico y técnico nos ha facilitado algunas respuestas que desvelan siquiera parcialmente el enigma que se oculta detrás de este fascinante ritual. Sabemos, por ejemplo, de qué manera funciona el cerebro para procesar y generar la palabra escrita.
Dejando a un lado la idea del escritor sublime, escribir es, en cualquiera de sus facetas, un acto cotidiano. Poco importa que sea la lista de la compra o una novela magistral. El proceso de escritura activa una serie de mecanismos en el cerebro que parecen ser muy parecidos independientemente de lo que se escriba. Sabemos que aunque el lóbulo frontal es la parte del cerebro asociado al discurso y a la escritura ‒en concreto el área de Broca‒, el lóbulo parietal también es importante en la escritura porque esta parte del cerebro, donde está el área de Wernicke, permite interpretar las palabras y el lenguaje en general. De hecho, muchos de los pacientes que presentan daños en esta parte a menudo tienen problemas en la ortografía o la escritura a mano.
Sin embargo, cuando se nos cuenta una historia las áreas de Broca y de Wernicke no son las únicas zonas del cerebro que se activan; dependiendo de lo que la historia relate otras áreas asociadas con la experimentación de acontecimientos cobran vida también. Por ejemplo, si la historia incluye acciones como pegar patadas o correr la corteza motora del cerebro se iluminará. Es decir, que de alguna manera el cerebro reacciona como si realmente estuviera experimentando la historia.
Lo que esto significa es que el poder de la literatura para influenciar en las personas es más potente y profundo de lo que pudiera pensarse. Es suficiente una historia evocadora para activar determinadas zonas del cerebro de un lector y hacer que se sienta como si estuvieran experimentando los acontecimientos del relato de primera mano.
Además, el vínculo que se crea a nivel neuronal entre la persona que escribe una historia y la que la lee es muy poderoso. Un estudio de la Universidad de Princeton demostró que el cerebro de una persona que cuenta una historia y el cerebro de otra persona que la escucha se pueden llegar a sincronizar. Unos resultados muy similares a los del experimento desarrollado por el Instituto Holandés de Neurociencia y la VU University Medical Centre de Amsterdam en colaboración con la Organización Holandesa para la Investigación Científica Aplicada (TNO), en el que medían la actividad cerebral del escritor Arnón Grunberg durante la redacción de una de sus novelas para más tarde repetir el proceso con algunos de sus lectores.
En cuanto a las diferencias entre la escritura cotidiana y la literaria, también se han realizado numerosos estudios que demuestran diferencias de funcionamiento en el cerebro. Aunque se cuente lo mismo no se reacciona de la misma manera ante distintas palabras. Las palabras cotidianas están, en cierta manera, desgastadas, lo que hace que la respuesta que provoquen sea más apagada que cuando se buscan formas más originales de decir las cosas. Esa es la explicación de por qué la buena escritura siempre trata de evitar los clichés lingüísticos y busca maneras nuevas y creativas de evocar los sentidos del lector. La Universidad de Emory publicó un estudio en 2012 en el que se concluye que las metáforas, a diferencia del lenguaje cotidiano, pueden activar zonas del lóbulo parietal asociadas con el tacto.
Por último, hay que decir que si además se escribe a mano los beneficios de la escritura se incrementan porque se estimula una zona del cerebro conocida como sistema de activación reticular, responsable de la regulación del estado de vigilia. Un reciente estudio demuestra que este tipo de escritura es más beneficiosa para el desarrollo cognitivo que cuando se lleva a cabo de forma mecanizada a través de cualquier dispositivo.
No quiero que existan fallos nunca en mis áreas de Broca y de Wernicke, no podría resistir semejante demencia… Los vínculos entre el escritor y el lector son casi mágicos ¿verdad? Aunque el primero narre situaciones y lugares donde las circunstancias que en ellos ocurren no pudieran darse jamás, el segundo -el lector- es capaz de evocarlos e incluso llegar a dibujarlos de manera semejante, casi idéntica, a como los imaginaba el autor. ¡Qué increíble lo de la sincronización (y raro); pero, sin duda poderoso! ¿Y lo de escribir a mano? Estoy totalmente de acuerdo con el último párrafo (incluso aunque no existiese un estudio que lo respaldara: escribir sobre el papel no sólo estimula y activa un montón de zonas cerebrales, genera un universo entero de creación artística que uno trata de capturar sin lograrlo del todo. Gracias. Me ha encantado el artículo. ¡Feliz Año (y que a partir de este 2015 todos los años que vengan sean mejores que cualquiera de los otros años ya pasados)!
P.D.: Si no se cumple este deseo, tengo otro (más modesto): ¡Que este blog siga navegando y que todos sus tripulantes consigan disfrutar de las aventuras y desventuras que el tiempo les depara! (Ya, no se me ocurría nada mejor y ha quedado así de extraño…) Bueno, da igual, yo puedo transmitir mis mejores deseos como quiera (creo que el artículo ha afectado parcialmente mi área de Broca).
Muchas gracias, rachael. Espero que así sea. También te deseo todo lo mejor para este 2015 que empezamos ahora. Estoy seguro de que va a ser un año genial.
Muy interesante, me ha llamado la atención sobremanera la diferencia entre cómo afecta al cerebro el escribir a mano o usando cualquier otro dispositivo.
No creo que muchos escritores hayan sufrido alzheimer o enfermedades del mismo tipo.
Feliz entrada al 2015 😉
Te dejo un par de artículos que pueden ser ilustrativos en ese sentido. Uno sobre escritores con dislexia (https://lapiedradesisifo.com/2013/03/07/escritores-con-y-sin-dislexia/) y otro sobre escritores con Síndrome de Tourette, que de alguna manera también afecta al lenguaje (https://lapiedradesisifo.com/2013/02/06/escritores-famosos-con-el-s%C3%ADndrome-de-tourette/). Feliz 2015.
Excelente artículo ….apuntala a aquellos que amamos la lectura y el expresarnos con la escritura . Sigan con estas publicaciones tan nobles y positivas !!!! Gracias …Felicidades !!!! Por un 2015 de acercamiento y conección !!!!
Hola. El artículo es excelente. Soy docente con 22 años de antigüedad y desde que empecé me dí cuenta de que la única forma de que los chicos y adolescentes aprendan cualquier contenido de cualquier materia, era introduciendo la Literatura oral y escrita desde pequeños en el aula. Escuchando, exponiendo oralmente, leyendo y escribiendo, partiendo sólo de esta base, cualquier niño comienza a ser libre para aprender todo lo demás, que por cierto es mucho. En Argentina, desgraciadamente, no le han dado la importancia que tiene la oralidad, lectura y escritura de textos literarios y no literarios. Es una pena. A mí, me dio resultado con mis alumnos. Pero no habia proyecto para todos asi que cada uno hacia lo que queria. Igualmente, si hay maestros que no son lectores, como pretenden que sus alumnos lo sean. Saludos cordiales. Gracias.
Estudios recientes confirman lo que expones en este artículo, como el descubrimiento de las neuronas espejo, que explican que se ilumine nuestra corteza motora si el personaje al que acompañamos en su aventura ha de salir corriendo. Yo siempre he escrito a mano, y ya no sabría hacerlo de otro modo. Gracias por publicar tan bonito artículo.
Muy interesante sucede lo mismo con los q dibujan pintan usando su imaginacion o copiando?? Ej leo un libro y dibujo el argumento
Yo escribo siempre como pueda, con lápiz, bolígrafo,máquina y últimamente ordenador. Todo eso lo hago con placer y para ello solo me es indispensable motivo, la inspiración o lo que sea. solo la parte más importante y también la más difícil que es la inspiración debo fabricarla iniciando escritura sin aparente sentido.Y ahí comienza a llegarme ese algo que necesito, aunque nunca suficiente.
muy buen articulo espero que sigas subiendo mas sobre casos que cientificos
Muy buen articulo ademas me dejo pesando, si tal vez yo tengo algún problema en mi área de Wernicke, por que amo leer pero siempre he tenido mucha dificultad con la ortográfica. Por mas que trato de arreglarla siempre tengo fallas.
Desde mi experiencia me parece bastante acertado, el papel puede ralentizar pero aumenta la calidad, y el placer, seguro.
Me gustaría comentar que existe bastante escrito en la otra dirección, es decir, como el uso de los dispositivos técnicos, ordenador, tablet, smartphone, y sus medios tipo facebook, twiter, whatssap, afectan negativamente al cerebro, os dejo dos recomendaciones. Una es la revista Cul de sac, que en su número dos se ocupaba de las nuevas tecnologías: http://edicioneselsalmon.com/2014/05/30/cul-de-sac-2-internet-y-nuevas-tecnologias-la-desposesion-culminada/
y el otro es este escrito de Nicholas Carr que profundiza sobre este tema en concreto: http://es.wikipedia.org/wiki/%C2%BFQu%C3%A9_est%C3%A1_haciendo_Internet_con_nuestras_mentes%3F_Superficiales_%28Nicholas_George_Carr%29
Un saludo,
jose,
https://sites.google.com/site/fandangorevolucion
[…] https://lapiedradesisifo.com/2014/12/31/como-afectan-el-acto-de-leer-y-de-escribir-tu-cerebro/ […]