Aunque hay prodigios de la literatura que empezaron a escribir a muy temprana edad, nunca es demasiado tarde para empezar a escribir un bestseller, para convertirse en el autor de un éxito de ventas y dejar una huella en la literatura universal. Así lo cree Essaymama, una compañía que ofrece sus servicios para redactar todo tipo de trabajos, y para demostrarlo ha elaborado una infografía en la que puede verse a qué edad empezaron a escribir y se consagraron tanto autores clásicos como escritores de bestsellers más actuales.
Lo que pretende defender Essaymama es que para triunfar en la literatura no siempre hay que empezar a escribir siendo muy joven o tener la vocación de las letras desde una temprana edad. Virginia Woolf, por ejemplo, no comenzó a escribir hasta los 27 años y no se convirtió en una autora reconocida hasta los 43, tras la publicación de La señora Dalloway. Murakami, por otra parte, fue dueño de un bar hasta los 29 años o Bukowski fue cartero hasta los 40. Es más, hay autores que escribieron sus mayores éxitos en los últimos años de su vida.
La conclusión es que si quieres llegar a escribir un bestseller ‒y entiéndase por bestseller simplemente un libro de éxito‒ hay que empezar a hacerlo ahora mismo. Y nada de procrastinaciones.
Por cierto, si te gusta curiosear y quieres tener más datos sobre las edades a las que escribieron y publicaron un montón más de autores te recomiendo que eches un vistazo a esta otra infografía que te muestra de un vistazo rápido la carrera literaria de 65 grandes escritores.
Si no entendí mal lo que he leído en el enlace que nos brindas, Essay Mama no anima ni enseña a escribir, sino que ofrece servicios de redacción. Se supone que uno concibe lo que podríamos llamar la trama de una potencial novela, pero no tiene la capacidad o el tiempo para fraguarla en palabras, y ahí es donde interviene Essay Mama (la mamá que hace los deberes del cole al niño), cuyos escritores a sueldo convierten el sueño en realidad. Bueno, eso es, anunciado en la web, lo que desde hace mucho se dio en llamar «negros» literarios («ghostwriter», escritor fantasmal, en inglés). El origen de esta modalidad parece estar en la producción masiva de las novelas por entregas, que se remonta como poco al siglo XIX, lo cual tenía en ese caso disculpa, porque se trataba meramente de distraer a un público poco exigente —eran, por así decirlo, no otra cosa que las telenovelas de la época—.
No sé por qué, pero me vienen a la memoria, como «negreros», el padre de Alejandro Dumas, el primer marido de Colette (Sidonie-Gabrielle), que al parecer se valió de su talentosa mujer, una tal Ana Rosa, un «soi-dissant» científico catalán que ha llegado a producir un libro por mes, la señora que firma como E. L. James, la película «Her», toda una larga serie de políticos que presentan casi de continuo sus libros de memorias, y escribo etcétera para no alargar más esta procesión de espectros.
Gracias por tus artículos, son todos interesantes.
Yo me quedaría más con la idea de la infografía que con el detalle de los servicios que ofrece la empresa que la ha creado, EssayMama, aunque tengo que decirte que la reflexión que haces a cuento de eso es muy interesante. Sobre los negros literarios escribí un artículo hace tiempo y además de los que mencionas incluyo alguno más, incluso alguno que está un poco dudoso. Puedes leer el artículo aquí: https://lapiedradesisifo.com/2013/08/13/escritores-fantasmas-y-negros-literarios/
Gracias a ti por tu visita y por tu comentario. Un saludo.