Recientemente, en España, Coca-Cola ha cambiado el diseño de sus envases unificándolos todos en el único e inconfundible diseño original icónico de la empresa: su rojo con letras blancas. Jorge Garduño, director general de Coca-Cola en España y Portugal, asegura que se trata de una estrategia a nivel mundial —España no es más que la avanzadilla— y que la empresa se halla ante el reto de desarrollar una nueva forma de comunicación(1).
Sin entrar en la cuestión de que volver a los diseños de siglos pasados constituya una nueva forma de comunicación, lo que sí resulta claro es que Coca-Cola ha hecho una apuesta genial por el fomento de la lectura.
Pese a que los colores dorados, negros y rayados de los diseños anteriores para las bebidas sin cafeína y sin azúcar de la marca se mantendrán a menor escala en la parte inferior de latas y botellas, el color y diseño predominante seguirá siendo ese rojo Coca-Cola —¿existe esa denominación en la clásica escala Pantone? Si no existe, alguien debería añadirla, junto al rubio Barbie y el rosa Pink Panther— y su inconfundible tipografía blanca. Al disminuir notablemente los diseños diferenciadores de variedades de la bebida burbujeante, el comprador se verá obligado a realizar un pequeño esfuerzo añadido que muchas veces no suele llevarse a cabo en los supermercados(2): la lectura de las etiquetas del producto.
Escena recientemente sucedida en un comercio, ante las estanterías de bebidas gaseosas:
Señora Desolada: ¡Ya no fabrican Coca-Cola Zero sin Cafeína!
Lector Recalcitrante: Claro que sí, no tiene más que mirar con atención las etiquetas, ¿ve?
S.D.: Todas me parecen iguales.
L.R.: No tiene más que leer. Mire: “Zero calorías, Zero cafeína”
S.D.: ¿Leer? (dice la señora muy desconfiada ante semejante verbo?
L.R.: Leer es útil
Leer es útil, incluso en el supermercado. Aunque solo sea para llevarse a casa las tostadas sin sal, el café sin cafeína, el pavo sin grasas, el cacao sin azúcar añadido o los pañales adecuados para el tamaño de su bebé. Y, sin embargo, aunque los fabricantes se esfuerzan por recordarnos a menudo la importancia de esa lectura para el confort de nuestras vidas, también suelen partirse de risa en las juntas directivas cada vez que el diseñador les enseña el nuevo cambio de envase con letra tipo pulga.
Y es que, señoras y señores del jurado, Coca-Cola, esa ancestral empresa de bebidas gaseosas que nos ha acompañado durante toda nuestra vida, ha iniciado una campaña genial con la sencillez de la excusa de unificar su imagen para ser fácil e históricamente reconocible en el mundo mundial. Leer es útil, es el mensaje subliminal de esta gran empresa.
Muy grande, Coca-Cola. Y sin subvención del Ministerio de Cultura.
(1) http://www.cocacola.es/nosotros/anuncio-Coca-Cola-marca-unica#.VS9z5Kbe-nA
(2) Excepto si el comprador es un Lector Recalcitrante, en cuyo caso se le puede diferenciar fácilmente del resto de compradores porque recorre los pasillos del supermercado empujando el carrito de la compra con una mano y con la otra sostiene ante sus ojos un ejemplar de Madame Bovary.
Cuidado y le colocan un impuesto mas a coca-cola, por incitar a las personas a leer.
Me ha encantado la guasa que le has dado al artículo y, sobre todo, me he dado cuenta de lo poco que lee la gente las etiquetas de los productos. Unbelivibol xddd! Biquiños!
Lo que buscan es que les dejen poner una máquina de Cocacolas en las bibliotecas. ¡Ja!, listos. Los hemos pilado 😉
Divertido el artículo. Muy guasona.