Dislexia con la tipografía

Dislexia con la tipografía

   A pesar de que entre un cinco y un diez por ciento de la población tiene dislexia, lo que supone unos ochocientos millones de disléxicos en el mundo, este problema a menudo es mal entendido y los que lo padecen son injustamente tratados. Para aquellos que no la padecen, es muy complicado ponerse en la piel de un disléxico e imaginarse cómo perciben la palabra escrita. Por suerte, en los últimos años han ido apareciendo algunos intentos por hacer comprender qué supone tener dislexia. Hace bastante tiempo presentaba el libro que te enseña cómo es tener dislexia, un proyecto que se lanzó a través de Kickstarter y que logró recaudar 55.500 libras, cuadruplicando su objetivo inicial. A raíz de ese artículo algunos lectores me preguntaron si era posible adquirir el libro en español, pero desgraciadamente se trataba de una edición única en inglés, sin perspectiva de traducción a otros idiomas, al menos de momento. Pero ahora el diseñador gráfico Daniel Britton ha desarrollado la manera de poner un libro de este tipo a disposición de cualquiera. Britton ha creado la tipografía que te muestra cómo es tener dislexia.

   Para elaborar su tipografía Britton ha partido de la fuente Helvética, en concreto de la sans serif, que es más limpia, y le ha quitado a mano a cada letra aproximadamente un 40%, eliminando algunas de sus características clave. De esta forma, aunque ordenadas alfabéticamente es posible identificarlas con un poco de esfuerzo, cuando se unen formando un texto el resultado es un caos difícil de procesar.

   Una especie de simulacro de dislexia que aunque no es del todo exacto sí da una idea de cómo funciona este problema. Hay que tener en cuenta, y Britton se encarga de remarcarlo, que la dislexia no significa que las letras se vean distorsionadas. De hecho, una persona dislexica no tiene ningún problema en la vista y es capaz de ver las letras como cualquier otra persona. Es en la conexión entre la vista y el cerebro, en el procesamiento de la información, donde se produce el problema. En otras palabras, la dislexia no se ve afectada por la tipografía, pero experimentos como estos, aunque no sean del todo exactos, permiten ponernos en la piel de lo que pasa en la cabeza de aquellos que sufren esta dificultad para leer.

   Además Britton ha lanzado por crowdfunding un proyecto para aplicar su tipografía en la creación de paquetes con distintas publicaciones para repartir por escuelas de primaria y secundaria de todo el mundo y concienciar así de este problema a todos los miembros de la comunidad educativa.

Tipografía 1

Tipografía 1

Tipografía 2

Tipografía 2

Tipografía 3

Tipografía 3

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