El pasado 11 de junio una situación insólita se presentaba en la casa de subastas Weidler en Nuremberg, Alemania. Un lote compuesto por catorce pinturas que los expertos en arte valoraron como mediocres se vendieron al desorbitado precio de obras maestras, en concreto 450.000 dólares. ¿Cómo explicar ese escandaloso precio para unas obras que fueron valoradas de forma unánime como mediocres? El motivo tiene poco que ver menos con su calidad artística que con las firmas que hay en sus esquinas inferiores: «A. Hitler».
El que con los años llegaría a convertirse en Führer pasó gran parte de su juventud tratando de convertirse en un artista famoso sin llegar a conseguirlo nunca. A pesar de que fue rechazado en dos ocasiones por la Academia de Bellas Artes de Viena por falta de talento, se siguió considerando a sí mismo durante toda su vida un genio artístico. Según el historiador de arte Birgit Schwarz Hitler carecía de un estilo propio y se limitó a copiar.
Además, casi podría decirse que las conexiones del genocida líder totalitario con el arte van más allá de lo siniestro. Al margen de las teorías que especulan con la idea de que si Hitler hubiera triunfado en el mundo del arte jamás se hubiera volcado con la política, hay quien asegura que fue precisamente su amor por el arte lo que le inclinó a hacer lo que hizo, lo que reforzó la imagen de sí mismo como un genio, la creencia absoluta en su causa y la obsesión fanática hacia ella, la seguridad en sí mismo y su poder de persuasión de masas. Por otra parte, si se observa su obra pictórica ‒en el lote subastado abundaban los castillos alemanes e imágenes de flores‒ casi puede establecerse una inquietante conexión entre lo idealizado de las imágenes y su obsesión por la pureza aria.
Sea por esto o por cualquier otro motivo, lo cierto es que la obra pictórica de Hitler se vende bien y a un precio que está muy por encima del que le correspondería por calidad, un precio que además aumenta a un ritmo exagerado. En 2009, por ejemplo, una casa de subastas británica vendió un lote con 15 de sus pinturas por 155.000 dólares. A pesar de los antecedentes de los crímenes de Hitler en Alemania, es legal vender sus obras de arte siempre y cuando no contengan símbolos nazis. Sin embargo, su venta está llena de polémica, no solo por los estratosféricos precios que se alcalzan sino porque no está claro cuál es el destino de la mayor parte de los ingresos que generan esas ventas ya que van a vendedores particulares.
Hay que decir que esta subasta es solo el último ejemplo, y seguramente el más llamativo, de una larga lista de casos en los que se subasta arte en dudosas condiciones, ya sea porque haya sido robado, porque se haya comerciado sin el permiso de sus creadores o porque alcancen precios que ya son casi superiores al PIB anual de algunas naciones.
Por su parte, Weidler defiende su derecho a vender los cuadros calificándolos de documentos históricos y añade que las quejas deberían trasladarse a los compradores. Además se curan en salud aclarando que un veinte por ciento de los beneficios generados se destinan a la beneficencia. Pero esto lejos de despejar la cuestión lo único que hace es encender todavía más la polémica. Para muchos se trata de un dinero sucio, tanto dentro como fuera de Alemania, y no parecen dispuestos a aceptarlo.
La pregunta que plantea el Washington Post a raíz de la subasta es clara: ¿puede salir algo bueno de vender pinturas de Hitler? Si sus obras carecen de méritos artísticos que justifiquen esos precios, todo parece indicar que algunos coleccionistas de arte están dispuestos a pagar un precio más elevado del normal por el mérito de haber orquestado el asesinato en masa de millones de personas. Creo que la respuesta se responde por sí sola.
¿Y porque no?, ya basta de intervencionismo, si alguien quiere gastarse su dinero un una porqueria tiene derecho a hacerlo, al fin y al cabo es su dinero y el vendedor lo mismo, el tiene algo, lo pone a la venta y si le aceptan el precio pues aquí paz y despues gloria, los demás no tenemos porque meter baza, es algo privado.
¿Es ético que yo me compre un Ferrari con toda la pobreza que hay en España? pues para mi si, porque si tengo ese dinero, me lo gasto como yo quiera que para algo es mio y con lo mio solo decido yo.
Salud.
Primero hay que aclarar de dónde viene ese dinero. ¿Es ético hacerlo si en la trasacción entra dinero público? Una vez aclarado eso, tu reflexión parte de una premisa errónea, que la transacción de compra y venta afecta solo a quienes compran y venden. Muy al contrario, en arte (hablo de lo que entiendo, así que no me atrevo a extrapolarlo a otros terrenos) una transacción de estos niveles afecta a todo el conjunto, hace fluctuar los precios de todas las obras. Te lo comento porque tasar una obra de arte no es tarea fácil precisamente, pero ese es uno de los elementos que se tienen en cuenta para hacerlo. Así que no es algo que afecte solo a comprador y vendedor. Repito, por lo menos en arte.
Un saludo y gracias por tu aportación 🙂
Buenas… Resulta deplorable que alguien quiera pagar una suma desorbitada por cualquier pintura realizada por Hitler (y aquí podría leerse el nombre de cualquier otro genocida, maltratador de animales y demás energúmenos). Siempre y cuando haya alguien dispuesto a pagar la suma y otro alguien que se preste a subastar tal «obra», el negocio será factible y perfectamente legal. No obstante, la falta de ética recae tanto o más en la casa de subastas que lo saca a sabiendas de quién es el autor y de lo que éste (sus mediocres obras y todo cuanto a él atañe) representan, que en el comprador. En este caso, el vendedor se hace de oro y el comprador se lleva una pésima obra. Más que poco ético, lo calificaría de poco inteligente (y no sólo desde el punto de vista económico y artístico…) La ética personal de ambos brilla por su ausencia. Gracias. Un saludo.
P.D.: «Si tengo ese dinero, me lo gasto como yo quiera que para algo es mio y con lo mio solo decido yo». ¿Sería, por lo tanto, ético que me pudiera comprar un perro (y lo matase de inanición al ser éste de mi propiedad) si tengo ese dinero y la libertad de gastarlo como yo quiera? ¿Puede comprarse todo lo que está en venta? ¿Puede venderse, ponerse precio a todo lo existente?
Un perro es un ser vivo y por tanto esa comparación solo tiene como objeto el buscarle tres pies al gato.
El hecho es que en lo demás SI, yo puedo vender lo que quiera y comprar lo que me de la gana siempre que tenga para hacerlo porque, repito, MI dinero es MIO y me lo gasto como me da la gana a mi, lo que piense el resto del mundo es problema suyo, no mio.
A ver si ahora voy a tener que tener en cuenta la opinión de los demás para gastarme MI dinero como a MI me parezca, eso pasa en los totalitarismos, donde es el estado el que te pone límites (vease Venezuela, donde tienes un tope de compras de tal o cual producto y si te vas a otra tienda a comprar, como el estado te tiene controlado, la misma caja da el mensaje de que ya has comprado tu tope de tal o cual producto y por lo tanto no puedes comprar mas hasta lo que el estado haya marcado)
Un clarísimo caso de represión de la libertad individual y la ética no es una ciencia exacta, al contrario, es subjetiva, no puedes imponer una ética única para todos los habitantes del planeta, eso es imponer el pensamiento único, es decir, totalitarismo.
Y al fin y al cabo, Hitler ya no se va a lucrar con ello.
Me atrevo a entrar en esta conversación para puntualizar que si rachael ha hablado de un perro creo que lo hizo refiriéndose a un episodio real. A un artista que compró un perro y que lo dejó morir de hambre en nombre del arte. Quizá me equivoque, pero creo que lo dijo por eso.
En efecto. Me refería a precisamente a ese episodio real al que aludes. De todos modos, sólo pretendía expresar mi opinión y si bien las preguntas que hice tenían la finalidad de hallar respuesta, no ha sido mi intención molestar ni dañar a nadie con ellas y tampoco entrar en enfrentamiento con ninguna otra persona ni imponer en modo alguno mi postura. Disculpad, siento haber dado esa impresión. Gracias. Un saludo.
Aquí no se ha hablado de dinero público, solo se ha hablado de dinero privado y en cuanto a lo segundo, me ratifico ¿las fluctuaciones y blablablabla….y a mi que?, es MI dinero y punto y el dueño es el dueño y como es SU propiedad, hace con ella lo que quiera.
Me da a mi que a ti te gusta el intervencionismo estatal y el colectivismo por lo que parece.
Pues a mi no, cada uno con su propiedad tiene el derecho de hacer lo que quiera, como si quiero coger mi coche y destrozarlo a martillazos, seria una acción tonta, estúpida, absurda pero… es MI problema porque el coche es MIO.
Siempre que hablemos de arte está el dinero público de por medio. Me explico. De un tiempo a esta parte los precios se están hinchando por encima del valor real. Es cierto, cada uno es muy libre de poner el precio que le dé la gana y si alguien lo paga entonces genial. ¿Qué problema debería haber? Pues el siguiente. Resulta que al elevar tanto el precio de determinadas obras, los coleccionistas privados están haciendo que los museos no puedan comprar arte de primera categoría. Esto está pasando. Yo no estoy hablando de intervencionismo, ni siquiera estoy hablando de economía. Hablo del derecho, del placer, de poder ir a un museo a ver las obras de arte más importantes de la historia. ¿Qué pasaría si todas ellas acaban en cámaras acorazadas ocultas al público? ¿Qué pasaría si fuéramos a los museos y esas grandes obras que hay en ellas no estuvieran? Creo que el acceso al arte es un derecho por encima de los intereses económicos. Y creo que cuando se trata de arte uno adquiere ciertas responsabilidades que hace que no se pueda comparar con un coche. Nadie invierte cien millones en un cuadro de Picasso para destrozarlo a martillazos. Podría hacerlo, pero sería una irresponsabilidad.
Creo que mi razonamiento está bien fundamentado, pero no me apetece seguir debatiendo porque veo que tiendes a descalificar poniendo etiquetas con bastante rapidez. Si piensas que soy intervencionista o colectivista supongo que será porque nunca has leído nada que haya escrito, porque de cualquier otra forma me parece una acusación bastante endeble.
Eso sí, te recomiendo que leas esto: https://lapiedradesisifo.com/2014/03/20/un-libro-ilustrado-de-malos-argumentos/
Los de la Academia de Bellas Artes de Viena deberían pensárselo dos veces antes de rechazar al próximo postulante.
No sé si es ético o no, pero sí que es un documento histórico, eso sin duda, y como tal tiene valor. Eso sí, prefiero no conocer a quién las ha comprado.
La verdad es que en ocasiones como esta la línea entre lo que es ético y lo que no es difícil de atisbar, y como hemos visto en los comentarios tiende a enredarse con el derecho individual de cada quien, que sí, cada uno tiene derecho a comprar lo que quiera y hacer con ello lo que le parezca (excepto si ese algo es un ser vivo… lo del perro todavía me da escalofríos), pero en este caso creo que más que tratarse de ética estamos hablando de responsabilidad: porque aunque todos tenemos derecho a emplear nuestro dinero como queramos, también tenemos la responsabilidad de no perjudicar a los demás con nuestros actos, si comprando esos cuadros (que como documento histórico, por morboso que sea, tienen su valor) por una millonada, estás perjudicando al resto del mundo, entonces no es solo asunto del comprador y el vendedor, es asunto de todos y es lógico que se alcen voces de protesta, de hecho esas voces están en su derecho. Ahora, en cuanto a si está “bien” o “mal” el acto en sí de vender/comprar este tipo cosas… ni voy a entrar al trapo, lo dejo en que son objetos inanimados que realmente ni hicieron ni pueden hacer daño a nadie, las que hacen daño son las personas y echarle la culpa a un objeto o mirarlo mal por quien fue su dueño o creador no tiene mucho sentido.
Espero no molestar a nadie con el comentario, no hay ganas de discutir, saludos.
No me atrevo a juzgar en un tema tan peliagudo. Lo único que puedo decirte es que yo no las compraría. Biquiños!