Aunque todo esté perdido de Carlos Garvín

Aunque todo esté perdido de Carlos Garvín

  Cada persona se acerca a la lectura buscando algo distinto. Y, al hacerlo, lo más probable es que todos ellos se equivoquen y tengan razón al mismo tiempo. Hay quienes piensan que contribuye al desarrollo humano porque permite incrementar el caudal de conocimientos y perfeccionar ciertas habilidades; también los hay quienes la ven como una fuente de felicidad o, siendo bastante menos ambiciosos, como una forma barata de pasar un buen rato; algunos, empachados de optimismo, dirán que leer nos hace mejores personas; para otros abrir las páginas de un libro y recorrerlas supone viajar sin moverte del sillón; y tampoco faltarán los que, convencidos del poder terapéutico de la palabra escrita, se acerquen a las páginas de un libro para buscar consuelo, como un animal que se lame las heridas. Todo eso es la lectura, y mucho más, pero es esta última clase de lectores, la de los heridos que buscan alivio, sobre los que Carlos Garvín se ha centrado en su ópera prima, Aunque todo esté perdido. Un título al que casi se le podría añadir la coletilla «nos queda la literatura».

   ¿Qué ocurre cuando el azar ‒o el club de lectura de una biblioteca, que para el caso viene a ser lo mismo‒ reúne a cuatro de estos lectores, puntualmente cada martes, en torno a una buena pila de buenos libros? Aunque todos buscan lo mismo en la literatura, cada uno viene con sus propias heridas: Tristán es un joven hastiado de la vida, de repetir cada día una tediosa rutina que le ha hecho perder la fe en el futuro; Celia, que por cierto es su amor platónico, viene huyendo de los brazos de un marido que la desprecia y maltrata; Sofía, aparte de una baja autoestima causada por su sobrepeso, posee un tipo de cleptomanía muy particular, una centrada en los libros; por último, Arturo, un conductor de autobús sexagenario, siente la literatura como tormento y como dicha al mismo tiempo, que es lo que le pasa a todos los escritores que buscan con vana desesperación un editor que les publique.

   Sin embargo, el mismo azar que los unió hace que en un momento determinado se cruce otra clase de lector por sus vidas, un tipo que, a diferencia de ellos, desprende éxito y carisma por cada poro de su piel, de esos que no se han dejado arrugar por los envites de la vida, el típico novio que todo padre querría para su hija. Héctor, que así se llama, mostrará a los miembros del club de lectura que existen otros caminos por los que transitar la literatura, que no todo debe ser leer torturadas novelas de Dostoievsky, que también hay que dejar espacio para lecturas más distendidas, como por ejemplo Pippi Calzaslargas y, por qué no, que no todos los problemas que aparecen en la vida se solucionan con literatura.

   Especialmente interesante es el personaje de Tristán por lo bien construido que está y por cómo se desarrolla. La información que se va mostrando está dosificada para que desde el primer momento nos compadezcamos de él. Cómo no hacerlo de alguien de quien se nos dice que «para él, leer era equiparable al dormir, al comer, al respirar, un acto necesario para la vida. Y no había nada tan satisfactorio para su existencia como el deleite producido después de finalizar una buena lectura». Sin embargo, a medida que avanzamos en la novela y vamos conociendo tanto sus motivaciones como su evolución empezamos a verlo con otros ojos, llegando incluso al extremo opuesto de la aversión. ¡Chapó por esto!

   Ahora bien, lo que enamorará a cualquier lector de Aunque todo esté perdido es la pasión que la novela desprende por la literatura. Cada cierto número de páginas Carlos Garvín va introduciendo dentro de la trama, con bastante acierto, sinceros elogios y encendidas odas a la lectura. Una pasión por la que, no nos engañemos, nos dejamos contagiar con facilidad aquellos que reverenciamos la palabra escrita, independientemente de lo que estemos buscando en ella. Puro deleite, vamos.

   Si, a pesar de todos los pesares, no he llegado todavía a convencerte, puedes ir abriendo boca con la lectura de los dos primeros capítulos de la novela. Y como estoy seguro de que después querrás más, te dejo también la ficha del libro donde aparecen todas las plataformas en las que está disponible.

Comentarios

comentarios