«En historias de rufianes siempre es un collar, y en historias de espías siempre son los documentos». Así daba ejemplos el gran Alfred Hitchcock de cómo suelen ser los MacGuffins. Una frase que seguramente has escuchado alguna vez, y un término que quizá hayas también percibido de pasada. Para los más acérrimos del cine el término MacGuffin no es nada nuevo. De hecho, existe desde ya hace mucho, casi más de un siglo, y es que podemos afirmar que ha estado ahí desde que el arte de contar historias a través de imágenes en movimiento se puso en marcha. Pero… quizá tú no sepas lo que es. ¿Qué es un MacGuffin? ¿De dónde sale? ¿Quién lo creó?
El MacGuffin no es más que un término acuñado por el reconocido director de cine Alfred Hitchcock, usado para nombrar a esos sucesos u objetos en las películas que tan solo sirven como excusa para mover la trama. Es decir, son un engaño hacia el propio espectador. Es una invención que va a servir para que los personajes se muevan de un lado para otro. Quizá para estos personajes, el propio MacGuffin sea algo muy importante, pero para nosotros, los espectadores, es algo que carecerá de importancia cuando la película termine. Al menos en cierta medida. Vamos a seguir ahondando en el asunto para entenderlo mejor. Hitchcock era un maestro en esto de usar MacGuffins, por eso se le tiene atribuido el hecho de ser el creador de dicho recurso. Y así es, dado que en sus películas la mayoría de veces la trama empieza con uno de estos MacGuffins, pero pronto eso se convierte en algo de fondo. El propio director decía que él los usaba como recurso para mover a los personajes por la trama, y, además, remarcaba que los MacGuffins pueden ser elementos intercambiables.
Pongamos un primer ejemplo del propio director ya que estamos. Con la muerte en los talones es una cinta en la que el personaje interpretado por Cary Grant debe huir de unos espías que lo confunden con un agente del gobierno. Ahí tenemos nuestro MacGuffin. La película quiere contar cómo Cary Grant debe huir y afrontar un acontecimiento así, poniendo al límite su vida y arriesgándose en situaciones críticas. El hecho de que lo confundan con un agente, o que los que lo persigan sean espías, da igual. Eso es tan solo una excusa, como podemos ver, para que ocurra todo lo demás. Sencillo, ¿no? Lo mismo pasa en la otra archiconocida película de Hitchcock, Psicosis, en la que se puede intercambiar el robo de los 40.000 dólares sin alterar la trama. Así que queda claro que el MacGuffin sirve a los directores o guionistas para poner en situación una historia y darle el pistoletazo de salida, de paso, atrayendo al espectador y haciéndole creer que algo va a girar en cierto sentido, cuando resulta que no es así. Añadiendo la pequeña connotación de que el MacGuffin siempre puede ser tremendamente misterioso e interesante para mantener la máxima atención del público durante todo lo que dure la historia.
Un claro ejemplo, que funciona muy bien, es el caso de Pulp Fiction. Aquí tenemos como excusa para mover la trama a un objeto, un maletín, que debe ser recogido por Samuel L. Jackson y John Travolta. Nunca descubrimos qué demonios hay en ese maletín, pero para los personajes resulta ser algo sumamente importante, y gracias a él, toda la trama se va moviendo de un lado para otro. Al finalizar la película, el contenido del maletín sigue sin ser revelado. Y este podría cambiarse por cualquier otra cosa similar sin afectar directamente a los actos de los personajes.
Teniendo esto claro, ¿el MacGuffin es algo que tan solo ocurra en el cine? No, lo cierto es que no. Es un recurso para contar historias que se ha puesto de moda y funciona de forma correcta en otros medios como la literatura, por ejemplo. Si está bien hecho, consigue atraer la atención del público y no molestarlo aún cuando se revela el truco. Sin embargo, sí es cierto que se usa mucho más en la industria cinematográfica.
Ahí tenemos tantos y tantos ejemplos de películas que los han usado a su manera. Star Wars, sin ir más lejos, al robar los planos secretos de la Estrella de la Muerte. Reservoir Dogs y el robo de los diamantes a la joyería. Colega, ¿dónde está mi coche?, en la que los protagonistas se ponen a buscar su coche desaparecido por todas partes. No es país para viejos, y la maleta llena de dinero que se encuentra el personaje de Josh Brolin. Tigre y Dragón, tras la búsqueda de la espada llamada Destino Verde. El beso mortal, la cual también usa un maletín brillante como en la película mencionada de Tarantino. Misión Imposible III y la extraña pata de conejo. Y uno de los casos más misteriosos de MacGuffin que dejó mucha huella en su día, el de Ciudadano Kane y la palabra pronunciada en la muerte del propio Kane al decir: Rosebud.
Como vemos, todo un engaño muy ingenioso que puede usarse en esto de contar historias. Volviendo al bueno de Hitchcock, él mencionaba una anécdota para ejemplificar el efecto MacGuffin. Se trata de la siguiente: Dos hombres viajan en un tren. Uno le pregunta al otro: «¿Qué es ese paquete que hay ahí arriba?» El otro hombre responde: «Ah, eso es un McGuffin». El primero, intrigado, le pregunta: «¿Y qué es un McGuffin?» «Pues», contesta el otro hombre, «es un aparato para atrapar leones en los highlands escoceses». A lo que el primer hombre responde: «¡Pero si no hay leones en los highlands escoceses!» Y el otro hombre contesta: «¡Entonces eso no es un McGuffin!».
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