Amazon como Gran Hermano

Amazon como Gran Hermano

   En su política sobre las opiniones de los usuarios sobre los productos el portal castellano de Amazon incluye entre los comentarios que no están permitidos aquellos escritos por «un familiar del autor del producto» que «publica una valoración de 5 estrellas con el objetivo de incrementar las ventas». Nada más dice en referencia al tema, pero si acudimos al portal inglés el círculo de comentarios no permitidos se amplía de forma considerable al incluir, además de familiares, a amigos cercanos, independientemente del número de estrellas que tenga la valoración. El problema se plantea a la hora de concretar el ambiguo concepto de amigo cercano, una situación que parece que Amazon está resolviendo a las bravas, analizando las cookies de sus usuarios y comprobando que no han tenido ningún tipo de interacción con el autor.

   La polémica saltó cuando la autora indie y bloguera Imy Santiago intentó escribir una opinión en Amazon después de terminar un libro que le había encantado. Al tratar de publicar el comentario Imy recibió un correo electrónico de Amazon donde se le comunicaba que no era una persona apta para opinar sobre ese producto según las normas de la comunidad. «No podemos publicar su opinión en la página web de Amazon debido a que la actividad de su cuenta indica que usted conoce al autor», decía el mensaje. Una barbaridad, teniendo en cuenta que Imy solo había interaccionado en una ocasión con el autor y ni siquiera lo conocía en persona. De hecho, si esta norma se aplicara a rajatabla Imy no podría escribir ninguna opinión en Amazon porque, como ella misma dice, gracias a las redes sociales ha tenido algún tipo de interacción con decenas de escritores, sin que eso signifique que los conozca personalmente.

   Después de saberse que Amazon estaba monitorizando las redes sociales para descartar las opiniones de sus usuarios, el escritor Jas Ward lanzó una petición en Change.org para que Amazon revise su política de uso en cuanto a las opiniones. Según Ward en el sistema de promoción actual, tanto autores indies como tradicionales utilizan todas las herramientas disponibles a su alcance para llegar a posibles lectores, lo que por supuesto incluye el uso de las redes sociales. Es absurdo anular la opinión de un libro solo porque se haya interaccionado con el autor porque si a un lector le gusta un autor determinado lo más normal es que le siga en las redes sociales sin que eso signifique que se conocen.

   Lo más inquietante de todo el asunto es la oscuridad del algoritmo que determina la posible relación entre el lector y el autor. En el mismo correo que comunicaba a Imy que su opinión era descartada el equipo de Amazon le decía que debido a la naturaleza del negocio, no se proporciona información detallada sobre cómo se determina que las cuentas están relacionadas. Este misterio hizo que Imy comparara en su blog a Amazon con el Gran Hermano en un magnífico texto.

   Por eso, si la petición de Ward no prospera, el gigante debería plantearse por lo menos, por respeto a sus clientes, ser más transparente con sus criterios. O eso, o al final todo el mundo decidirá lo mismo que Imy: dejar de escribir opiniones sobre los libros.

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