Ante la dicotomía [leer con música / leer sin música] se ha escrito bastante, aunque podríamos iniciar un debate. Desde los que son absolutamente incapaces de leer con algún tipo de ruido hasta los que sin música no podrían pasar una sola página. Yo me encuentro en el segundo grupo. De hecho, uso la música para casi todo: desde trabajar a entrenar pasando por leer, escribir y aprender.

Imagen | Greg Becker
Pero, consciente de que en este blog entra mucho escritor, me gustaría conocer qué escucha mientras deja que la tinta invada sus manos, exponiendo primero mi privacidad ante vosotros. ¿Qué tipo de persona solicita sin regalar? 😉
Soy bastante fan de las grandes bandas sonoras, entendiendo estas como “la que a ti te guste”. Comprendo que lo que para alguien es un ritmillo fugaz para otro pueda ser la mayor vía de inspiración posible. Me gusta remarcar a ese respecto el trailer de Cloud Atlas (subtitulado al castellano aquí). Se trata de una obra de arte de casi seis minutos para una película desconocida de tres horas de duración. Sigue desconcertándome una y otra vez que no se trate de una película de culto con una banda sonora ídem. The Cloud Atlas Sextet suele servir de inspiración siempre que siempre que recurro a ella cuando escribo sobre historias cruzadas. Alcanzo un estado de fluidez de palabras (que surgen solas de las yemas de los dedos) difícil de comparar con alguna otra melodía cuando la ciencia ficción descubre nuevos universos gracias a esta increíble banda sonora.
La sorpresa dentro de mis historias suele venir de la mano de Brand New, Placebo o Muse. Las descripciones surgen mejor con Bach, mientras que el movimiento sin diálogos es obra única de Vivaldi. Para la tristeza nada mejor que Enia, y la esperanza viene dada de la banda sonora de Interestellar. Lo que más escucho para escribir son las llamadas «canciones inspiracionales«, un nombre que (en mi caso) está bastante justificado.
A veces resulta incluso incómodo, y llego a sentir cierta culpabilidad, al darme cuenta de que mis textos son la consonancia cristalizada de la música que escucho y la voluntad de mis manos, como si fuese la primera quien dirige a la segunda, siendo mi cerebro una simple habitación china que organiza los compases en palabras para relatar algo que ni siquiera he llegado a concebir del todo.
Y tú, ¿con qué música escribes?
Interesante la sugerencia musical, a la que prometo acercarme con calma. A la hora de leer me encuentro entre los incapaces de concentrarse si está sonando música: tiendo a realizar una escucha activa e intelectualizada y me resulta imposible mantener la concentración en dos cosas a la vez. Curiosamente, para escribir sí he descubierto que me sirve de ayuda algo: las suites para violonchelo de Bach, que me proporcionan el estado mental propicio para concentrarme y conseguir que la escritura fluya.
Saludos,
Gabriel
Muchas gracias por el comentario, Gabriel,
Bach suele ayudarme a ordenar las ideas, qué curioso 😉
¡Qué bueno!, acompañarme o no de música a la hora de escribir es algo sobre lo que reflexiono mucho últimamente. Por lo general escribo (e incluso leo) en silencio, pero si tengo que escoger una banda sonora suele ser la de Inside Llewyn Davis.
Desconozco la BSO pero sin duda acabaré por escucharla un día de estos. De momento, está apuntada 🙂
Gracias por comentar, Diego!
Estoy de acuerdo contigo en que debería ser una película de culto. Su banda sonora es impresionante e inspiradora. En cuanto a bandas sonoras que me ayudan a escribir tengo varias. Un caso en particular que me ayudó a escribir un relato en el que el personaje principal era depresivo y solitario fue Mad world, banda sonora de Donnie Darko. En general cuando trato de escribir algún pasaje en el que desarrollo la personalidad del personaje escucho lo que creo que escucharía dicho personaje, esta técnica me ayuda mucho. Otro gran artículo que me guardo. Gracias.
Donnie Darko es una de las grandes películas de nuestro tiempo, y desde luego la banda sonora debía ir acorde 🙂
Es curioso cómo la música nos acompaña en situaciones muy específicas.
Gracias por el comentario 😀
Yo soy de los que necesita el silenciop absoluto para leer o para escribir. Las sensaciones prefiero percibirlas de una en una porque sino me aturullo y queriendo abarcar mucho no me centro en nada. Además, cuando estoy haciendo cualquier actividad que exige un mínimo de concentración el más pequeño estímulo puede hacer que me distraiga. Envidio esa capacidad/necesidad de escuchar música mientras se lee o se escribe.
Lo cierto es que la música para mí es como el ruido blanco para otros. Con el ruido blanco sería incapaz de hacer nada debido a que necesito una manta de complejidad sobre los oídos para poder ausentarme =)
Yo voy de cabeza para el grupo de los que necesitan música a la hora de escribir (y leer también, aunque puedo hacerlo en silencio). Me resulta algo indispensable. Antes creo que no tanto, pero me he acostumbrado y ahora no soy capaz de imaginarme o recordarme escribiendo sin nada de música en mis oídos.
No haré una selección minuciosa de todo lo que escucho porque no acabaría nunca, pero en general suele ser música tranquila (post-rock, experimental, atmosférica…). O a veces, si el ritmo me lo pide, me pongo algo más cañero para animarme (heavy metal, progresivo, art rock, math rock…). Por supuesto hay grupos que suelen repetirse con frecuencia, entre muchos otros; Radiohead, Mogwai, Explosion in the Sky, This Will Destroy You, Opeth, Do Make Say Think, Wild Beast, Sigur Rós, 65daysofstatic, God is an Astronaut…
Curiosamente, por cierto, he notado que no soporto todo tipo de música mientras escribo. Me suele ir muy bien canciones instrumentales porque, si hay voz, en ocasiones la línea de esta si es muy pegadiza me puede distraer. Depende. O si la letra es en español también me quedo más colgado. Todavía sigo experimentando dónde están mis límites de tolerancia para esto, jejeje.
Vaya, no he oído hablar de ninguno de los grupos que mencionas. Eso significa que me espera un día de música en Youtube xD
Gracias por el comentario, Daniel!
Yo leo en cualquier circunstancia, aunque sólo puedo escribir en silencio. Pero lo de la música, el ruido blanco o de fondo, me hizo acordar, a algún artículo quw leí, sobre la necesidad de algunos autores de escribir en cafeterías. Hablaba sobre cómo el trajín de los cafés, el ir y venir de clientes, las comandas melódicas de los camareros y el ruido de la vajilla, hacia entrar en una especie de trance a estos escritores. Incluso el humo del cigarrillos les ayudaba a alcanzar ese estado.
Me ha gustado mucho el post. Gracias.
No me extraña nada que algunos autores recurran al “jaleo” para poder concentrarse. Lo cierto es que, con los auriculares puestos, escribo genial en el metro.
Muchas gracias por tu aportación, Norah.
Bueno, siempre que me siento al menos un poco inspirada, escribo con Florence + The Machine de fondo, o con la BSO de V for Vendetta. Aunque, siento que con Florence me es más fácil, es como si saliera de mi inconsciente y fuera a parar al papel.
Reconozco que he usado en ocasiones V de Vendetta para inspirarme, en especial para conseguir motivación =)
Gracias por tu comentario, Angélica
Pues la mayoría de días escribo sin música, pero reconozco que la música influye (y mucho) en el tono de aquello que escribimos. Por ejemplo, cuando escucho la banda sonora de «Star Wars» o «El último Mohicano», salen escritos con un tono muy épico, si escucho «El piano», muy tristes, etc. Y recuerdo que cuando tenía los exámenes finales de Historia siempre escuchaba «El señor de los anillos» y al final, como obediente Paulov, me concentraba muchísimo cada vez que oía los primeros compases. Somos animalillos de costumbres.
En efecto, somos animales de costumbres. Fíjate, estoy oyendo SKRILLEX, que uso para concentrarme y que la realidad no entre en mi cabeza mientras trabajo =)
Interesantes sugerencias. Me ha aliviado ver a otro fan de Cloud Atlas por aquí, me siento menos solo ahora.
Yo tengo una cuenta en 8tracks con muchas colecciones de música instrumental. Y lo peor de todo es que soy tan meticuloso que tengo mis listas clasificadas por categorías según las sensaciones que me evocan: tristeza, aventura, horror, etc. Evidentemente recurro a mis listas cuando me falta inspiración.
Buenas, Oliver,
lo cierto es que uso la música, a veces, para provocar esas sensaciones que mencionas, por lo que lo que dices no es ni mucho menos una tontería. De hecho, puede que te la copie 😉
¡Gracias por pasarte y comentar!
Escucho a Hans Zimmer y Alexandre Desplát principalmente, con Inception, Interestellar, y The Imitation Game. Amo escribir con bandas sonoras, me alegro que haya personas que aprecien la calidad de algunas.
Muchas gracias por el comentario, Ester. Sin duda, las que mencionas tienen calidad, pero claro tanto director como orquestas han sido premiadas mil veces. Como para no… 😉