Sigue trayéndome de cabeza la falta de respuesta ante la pregunta “¿Qué regalamos?” cuando se avecina un cumpleaños o cualquier otro evento social en el que esté extendido el uso de regalos. ¿Qué tipo de pregunta es esa que no conoce ya la respuesta? ¿Acaso hay una respuesta diferente a LA RESPUESTA? Regala un libro.

Fotografía | Glen Noble
En serio, regálale a la otra persona un libro. Sea quien sea, en especial a alguien que lea poco o nada. A estas personas son a las que más falta les hace que les regalen páginas. Cuando la pregunta ronda por un grupo de amigos a mí se me cae el alma al suelo de la misma manera que cuando ves a un concursante en la televisión que falla la respuesta que tú conoces. ¡Podrías haber sido rico! Piensas. Y en el fondo te ves a ti mismo al otro lado. ¡Podría haber sido rico!
Yo me veo en el lado del regalado y hace ya casi 10 años que pedí a todos mis conocidos “no me regaléis nada”. En serio, no quiero nada, no necesito nada. Si me vas a regalar un polo que nunca me pondré o un frasco de colonia que no he elegido yo, dejadlo. Regaladme un libro: cualquier tipo de libro.
Sobre qué tipo de contenido regalar creo que la respuesta es igual de sencilla que la anterior. ¿Qué le gusta a la persona a quien se lo regalas? ¿Qué le apasiona de verdad? ¿Qué hace que su corazón salte y se le ilumine la cara cuando os habla? Pues busca un libro sobre el tema.
¿Quieres hacer un regalo genuinamente bueno? Investiga lo que le apasiona, documéntate y búscale un libro acorde. Creo que pocas cosas hay tan bonitas como que te regalen un libro sobre algo que te apasiona.
Una vez una profesora me regaló un libro que ya me había leído. Fue perfecto. Era tan perfecto y tan afín a mí que yo ya había disfrutado de su lectura. Esa profesora me conocía de verdad, había elegido un libro que yo había leído unas semanas atrás.
Regalar libros te hace ser exigente en tus regalos. Ropa, una colonia, una cena,… eso es lo fácil. Ese es el modo de obtener agradecimientos de compromiso por parte de tu amigo. Si quieres regalar algo que toque a la persona por dentro, regala un libro.
Que conste que hablo desde la postura de una persona a la que prácticamente solo le interesa que le regalen libros y que además normalmente suele hacer este tipo de regalos. Dicho esto por delante, tengo que decir que no estoy de acuerdo con la idea. Regalarle un libro a una persona a la que no le interesan los libros sería, por seguir tu mismo ejemplo, como regalarte un polo a ti. De la misma forma que tú no te pondrías ese polo si no te gustara, esa persona a la que le regalas el libro no lo abrirá si no le interesa leer. Y creo que eso deja todavía más mal sabor de boca que cuando regalas un polo. Que sea el regalo óptimo para nosotros (y verás que aquí me incluyo) no significa que lo sea para todo el mundo. Total, si vas a emplear tiempo averiguando qué temáticas le gustan a la otra persona para regalarle un libro acorde, puedes igualmente emplear ese tiempo en buscar otra cosa que no sea un libro. Hablo, claro está, solo en caso de que a la otra persona no le interese nada la lectura. Si le gusta, aunque sea un poquito, es preferible tirar por el libro.
Pero te voy a plantear otra cuestión a raíz de esta reflexión. ¿Te quedas igual de bien regalando cualquier tipo de libros? Porque hay libros y libros. ¿Cómo se te queda el cuerpo después de regalar Cincuenta sombras de Grey o el libro del Rubius?
Ya sé que esas preguntas no son para mí, pero me he quedado con el culo torcido al leer el último párrafo de tu comentario. Incluso me ha provocado urticaria leer los títulos de los libros que mencionas. Yo me sentiría tremendamente sucio si tuviera que regalarlos.
Intenté regalarle libros a mi ahijado desde que es pequeño, créeme que lo intenté, pero con él no se puede. Hay cosas que van en la más íntima educación de casa y que sólo se consiguen con ella, y contra eso no se puede luchar. Lástima. Biquiños!
Coincido con Alejandro. Soy de esas personas a las que les encanta que le regalen libros, pero no es buena idea regalárselos a quien no le gusta leer. ¡No hay nada más triste que un libro que nunca será abierto! Y como persona que regala, me duele más que desprecien un libro que una camiseta. Así que por el bien de todos, mejor regalar libros a quien los sepa apreciar.
Respecto a la anécdota que comentas, me paso algo parecido. Mi novio sabe que me apasiona Saramago y se tiró toda la tarde leyendo sinopsis para elegir una de sus novelas y regalármela. Y eligió bien, porque compró mi libro favorito… obviamente, ya lo tenía. Le pasé por alto que aún no se hubiera enterado de que era mi preferido.
Saludos.
Coincido contigo con respecto a Saramago. He leído casi todo lo que ha escrito, pero no todo me gusta igual. ¿Qué libro era? Es por curiosidad.
«Ensayo sobre la ceguera». También he de decir que entonces ya tenía unos 10 libros de él, por lo que no era fácil acertar con uno que no tuviera (y ahora, menos).
No sé por qué me imaginaba que era ese. Fue el primer libro que leí de Saramago y el que más me ha gustado con diferencia. Este verano he leído Ensayo sobre la lucidez, y por fin he recuperado el gusto por Saramago después de algunos libros que no me han gustado tanto. Pero si tuviera que elegir uno sería sin duda Ensayo sobre la ceguera, seguido muy de cerca de El hombre duplicado.