«Le Bateau» al derecho y al revés

«Le Bateau» al derecho y al revés

   En octubre de 1961 el MoMA de Nueva York inauguró una exposición dedicada a Matisse bajo el título de «Las últimas obras de Henri Matisse». Una de las pinturas expuestas era «Le Bateau» ‒«El Barco»‒, realizada en 1953, un año antes de la muerte del artista. La obra está realizada con recortes de papel que forman la vela azul de un barco en un día de viento; las nubes y el agua se representan con líneas curvas de color púrpura. La mitad inferior de la imagen muestra el reflejo de las nubes y del barco nubes, algo más simplificado este último. Aunque el público que visitó la exposición en sus primeros días tuvo la oportunidad de ver un cuadro ligeramente distinto: en un principio «Le Bateau» estaba colgando boca abajo.

   Así permaneció durante cuarenta y siete días. Durante ese tiempo pasaron frente al cuadro más de 100.000 personas, entre los que estaban los responsables de la exposición, críticos, expertos en arte e, incluso, el propio hijo de Matisse. Nadie consiguió darse cuenta de que el cuadro estaba colgado del revés. Nadie, excepto Genevieve Habert, un corredor de bolsa aficionado a la pintura de Matisse. A Habert no le cuadraba que el reflejo del barco tuviera más detalles que el barco real, así que en su tercera vista a la exposición decidió comprar un catálogo, que mostraba la pintura de Matisse correctamente.

   Una vez confirmado el error, Habert se acercó uno de los guardias para comunicárselo, a lo que este le respondió: «Usted no sabe lo que es hacia arriba ni hacia abajo y nosotros tampoco». Ante esta respuesta, Habert se dirigió al mostrador de información, pero como era domingo los responsables de la exposición no estaban en el museo y no se pudo enderezar el cuadro. Habert decidió ponerse en contacto con el New York Times, que publicó la historia el 5 de diciembre de 1961. Al día siguiente de un director de la exposición, avergonzado, enderezó la imagen.

   Según los responsables de la exposición el cuadro fue colgado de forma incorrecta porque los orificios de los tornillos y las etiquetas no estaban en su lugar. Sin embargo, al volver a inspeccionarlo con más detenimiento se comprobó que sí había agujeros en su sitio, lo que indica que al menos en una ocasión el cuadro estuvo colgado en la dirección correcta.

A día de hoy «Le Bateau» forma parte de la colección permanente del MoMA y cuelga del derecho. Aunque este incidente confirma lo subjetiva que es la percepción del arte contemporáneo: si cuelgas una pintura boca abajo en el Museo de Arte Moderno nadie se da cuenta.

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