Regalo de Reyes de Jesús Zamora Bonilla

Regalo de Reyes de Jesús Zamora Bonilla

   Si algo hay que reconocerle a El código Da Vinci, además de convertirse en un éxito editorial con más de 80 millones de ejemplares vendidos, es el mérito de haber creado escuela. No es que Dan Brown haya inventado el género conspiranoico detectivesco, que ya se hacía en los años ochenta con novelas como El nombre de la rosa de Umberto Eco o El ocho de Katherine Neville, ni tampoco es que le haya dado enfoque religioso, que en la misma década J. J. Benítez desarrollo hasta lo indecible con su tortuoso Caballo de Troya, pero hay que reconocer que desde que la novela de Brown fuera publicada en 2003 se han multiplicado como panes y peces los libros de esta temática. En esa estela de thriller histórico hay que situar, al menos de forma indirecta, Regalo de Reyes de Jesús Zamora Bonilla. Pero esta historia no pretende subirse al carro de un tema comercial con una novela facilona que nos cuenta más de lo mismo. Al fin y al cabo, ofrece de antemano ciertas garantías. Jesús Zamora Bonilla se ha dedicado a divulgar la filosofía primero desde su blog A bordo del Otto Neurath y después desde Escritos sobre gustos. De hecho, fue precisamente el haber leído su libro A bordo del Otto Neurath, con casi un centenar de breves ensayos filosóficos, lo que me llevó a decidirme por Regalo de Reyes.

   La historia tiene lugar en dos tiempos distintos y se desarrolla a través de una serie de historias paralelas que en principio parece que no tienen nada que ver y que se van alternando hasta que finalmente confluyen en un mismo elemento: un códice que relata una extraordinaria y polémica versión de la infancia de Jesucristo que desmiente algunos de los dogmas asumidos por la Iglesia y que puede hacer temblar los pilares de esta institución. Una de las tramas tiene lugar en la década de los cincuenta en una excavación en Siria y cuenta el descubrimiento del códice por parte de un prestigioso arqueólogo y la otra se desarrolla en el presente, con temas tan actuales como los escándalos políticos, los programas del corazón, las redes sociales o el bullying en un instituto de secundaria. Además hay que añadir un prólogo donde se muestra la barbarie del expolio nazi en la Polonia ocupada.

   Por sus páginas desfilarán políticos de los de la vieja escuela, adolescentes llenos de hormonas, famosillos de tres al cuarto y otras faunas del corazón, curritos barriobajeros, miembros del Opus Dei, nazis despiadados y algún que otro escritorzuelo timorato. Personajes muy bien definidos que aunque aparentemente no tengan relación relación van encajando como las piezas de un rompecabezas. Se trata, pues, de una historia compleja que reúne elementos muy distintos, en apariencia casi incompatibles, que sin embargo está muy bien hilvanada en cuanto a su desarrollo, alternando episodios de cada una de esas tramas de enredo con una capacidad para mantener la tensión y el enganche en todo momento.

   Uno de los puntos más interesantes de la novela es su irónico y mordaz sentido del humor. No voy a decir que Regalo de Reyes sea a El código Da Vinci lo que Cincuenta Sombras de Gregorio es a Cincuenta Sombras de Grey, pero el punto de vista desde el que Jesús Zamora Bonilla plantea la historia tiene un humor muy español, por momentos muy a lo Eduardo Mendoza. La parodia se hace evidente cuando algunos de los personajes declaran haber leído La clave Galileo, un trasunto humorístico de la novela de Dan Brown, y se dejan llevar por las teorías conspiranoicas. ¿Soy el único que percibe el guiño quijotesco en este juego de ficciones? Varias veces se plantea la posibilidad de que el Opus Dei sea una oscura organización que mueve los hilos desde las sombras. Junto a esto existen otros toques de humor. Se juega, por ejemplo, con las siglas de los partidos políticos, haciendo confusamente que el PP sea el partido progresista y que el conservador se llame J&B ‒Justicia y Bienestar‒; o con el Tweejo, versión adulterada del Twitter.

   Pero que la historia sea hilarante no significa que esté exenta de crítica. Jesús Zamora Bonilla dispara a matar contra la hipocresía del sistema político o contra la memez de los programas del corazón, entre otros temas. Hay además un interesante trasfondo filosófico que presenta a Jesucristo como un profundo conocedor de Epicuro, de Metrodoro, de los estoicos, de Filodeno, de Zaratustra, de los académicos, de los peripatéticos o de los cínicos. Una síntesis, en definitiva, de la filosofía helénica y hebrea a través de la máxima epicúrea de no hacer a los demás lo que no quieras que te hagan a ti mismo y hacerles lo que querrías que ellos hicieran contigo. Casi nada.

   A esto hay que añadir que Regalo de Reyes está escrito con un lenguaje bastante asequible y un ritmo ágil, que engancha casi desde las primeras páginas. Casi 600 páginas que se leen de un tirón.

   Lo único que habría que reprocharle a la novela es, quizá, su desenlace, que no está a la altura del conjunto. El autor, que se ha demorado en detalles menos sustanciales, resuelve el final de forma apresurada, cuando la tensión está en su momento más alto, y ofrece una gran cantidad de informaciones en un epílogo al que se le puede reprochar una resolución llena de buenismo. De cualquier modo, es una historia muy recomendable, que quizá conviene leer en el periodo navideño pero que también entra bien en cualquier época del año. ¿Por qué no leerla en plena resaca posnavideña o arriesgarnos y reservarla como lectura de verano? No defraudará.

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