Es cierto que, debido a mi orientación empresarial y de marketing, quizá vea el mundo de un modo diferente a como lo hace un gran porcentaje de los lectores de este blog. No obstante, estoy convencido de que tenéis metas, objetivos y sueños que cumplir en la vida. Y estos son más fáciles con un libro en la mano.

La lectura perjudica seriamente la ignorancia

   Resulta que, en un mundo en que el fitness y la buena alimentación están de moda, hay una tercera vía para triunfar. Es cierto que últimamente nos vemos saturados de reportajes y noticias con el ejercicio y la vida saludable como foco. «Si haces ejercicio de manera regular, llegarás lejos». Y no seré yo quien cuestione, tripita en ristre, esas afirmaciones. Sin embargo, quiero agregar alguna otra. Leer es el nuevo fitness

Leer es antinatural

   Lo cierto es que, para muchos, los libros empezaron en la escuela de la mano de profesores crueles que nos hacían masticar libros imposibles y bastante aburridos. Sin demasiado poder de decisión y siendo empujados hacia ellos, muchos niños asociaron los libros con el castigo.

   Nada más lejos de la realidad, los libros deberían ser siempre una alternativa, una opción. Nadie que no quiera leer debería ser obligado a hacerlo, ya que leer sin disfrutar de su contenido es una contradicción.

   Hay que admitir que leer es antinatural. Así lo dice un estudio de Vaughan Bell, un investigador del King’s College de Londres. Es cierto, en la naturaleza no hay tiempo para leer porque esta actividad requiere de todas nuestras neuronas. No se trata solo de pasar sobre las palabras con la vista, sino de extraer el significado que contienen. Y esto ocupa tanto a nuestro cerebro que, en el pasado, leer habría significado no ver a nuestro cazador (y convertirnos en la presa).

   No obstante, el hecho de haber construido casas donde poder leer tranquilo a salvo de lobos y leones es posible que nos haya hecho avanzar a otra etapa evolutiva.

Leer modifica el cerebro

   Según el mismo estudio, el simple acto de leer modifica el cerebro. No se trata de estar un rato parado frente al libro, o el de focalizar toda nuestra atención sobre él. Mientras lees esto «el hemisferio izquierdo de su cerebro está trabajando a alta velocidad para activar diferentes áreas. Sus ojos recorren el texto buscando reconocer la forma de cada letra, y su corteza inferotemporal, área del cerebro especializada en detectar palabras escritas, se activa, transmitiendo la información hacia otras regiones cerebrales. Su cerebro repetirá constantemente este complejo proceso mientras usted siga leyendo el texto».

   Cuanto más leemos, más se ve modificado nuestro cerebro hacia la inteligencia. Leer favorece la imaginación y la concentración. Debido a poder leer otros puntos de vista, también hay estudios que muestran que la lectura puede favorecer la empatía, una actividad social básica.

Leer es el nuevo fitness

   Tras esta y otras informaciones obtenida sobre estudios sobre la lectura, muchos empresarios y grandes líderes mundiales aprovechan un gran porcentaje de su día a leer. Leer sobre su sector u otras partes del mundo nos ayudan a extrapolar mejor los datos, a ser más comprensivos, a actuar con más mesura y focalización, además de aprovechar los elementos que tenemos alrededor para mejorar.

   Leer, en definitiva, modifica el universo, porque un cerebro alterado «lee» el mundo de un modo alterado o diferente. Ve más. Lo que, en última instancia, le otorga la facultad de escribir diferente, cerrando el círculo virtuoso de aprendizaje en el que nos encontramos. Ahora, leer se ha convertido en una moda. Esperemos que no sea pasajera.

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