Quizá por cierto carácter irresponsable, quizá como objeto de diversión poco meditada, hay gente (y no poca) que usa los libros con objetivos muy dispares, y del todo opuestos al que se supone su objetivo principal: transmitir información de una persona a otra.

libros arrojados

   Y es que hay gente para todo. Aunque a muchos de vosotros este artículo os retraiga las uñas de los pies y os supure el estómago (y quizá debido a eso) hoy vengo a compartir las locuras que la gente ha llegado a hacer con libros. Porque, reconozcámoslo, gran parte de la población no está en sus cabales. Qué menos que dedicarles uno o dos momentos de gloria.

   Quisiera empezar con estos «malos usos» con Los Simpsons. En especial, Homer. Para aquellos que no lo sepan, los Simpsons dedicaron más tiempo a mi educación que el propio sistema educativo, y se han convertido en una fuente recurrente de cultura a lo largo de mi vida. No hay día que no me vea mentando frases de esta serie, o que amigos me la recuerden mediante otras citas. Se han convertido en un referente personal de crítica a la sociedad. Y parte de esa crítica consiste en maltratar los libros.

   Los Simpsons nos enseñaron que el diccionario es «ese libro gordo que sujeta la pata coja del sofá» en el mismo episodio en el que la palabra «Kwyjibo» vio la luz del día. El otro episodio, Homer usa un libro titulado «Cómo escaparse de la cárcel» para arrear un mamporrazo al carcelero, consiguiendo de un modo un tanto extraño extraer el jugo del texto. Estos son tan solo dos de las muchas decenas de atropellos de esta familia (y en especial de su padre) contra la literatura y los libros, y critican una despreocupación colectiva de la sociedad americana hacia la cultura.

   Pero no es necesario refugiarse en una serie dibujada de televisión para poder apreciar cómo la cultura satisface a la destrucción de la cultura. Tanto si es a modo de crítica como si presenciamos un acto de destrucción gratuito, hay para todos los gustos. Para todas las críticas.

   Ya se habló en su momento del récord mundial de dominó de libros, una iniciativa de una biblioteca de Gifu para su inauguración tras una reforma. En este caso, 10.000 libros se golpearon entre sí hasta que el último de ellos acabó en el suelo. Un final poco honorable para un libro, y que sin duda muchos reprobaréis, pero que sirvió para situar esta biblioteca en el mapa.

   También en la categoría de «romper libros a la fuerza» se encuentra el Bookfighting, una disciplina de lucha en la que los contrincantes se arrojan libros. Contra todo pronóstico, esta burrada empezó entre varios amigos pero tiene su reunión anual en el Palais de Tokyo (París). Quizá pronto lo veamos junto al ajedrez en las olimpiadas.

   En un ambiente más distendido y menos violento (en su presentación), el artista Long-Bin Chen hace uso de maquinaria para tallar conjuntos de libros pegados entre sí formando esculturas de folios. En su defensa, diremos que también hace uso de las odiosas guías telefónicas. La profanación de los textos para formar con ellos esculturas no es una idea única de Long-Bin Chen, otros artistas como Malena Valcárcel o Jordi Harvey Brown también destrozan obras para crear su arte.

   Justificado o no, eso es lo que esta gente hace. Pero no es ni de lejos lo más raro que alguien puede hacer con un libro. Especialmente uno valioso. Hace unos días, Alejandro nos descubrió la locura de Lady Isabella Hertford, amante del Rey Jorge IV, quien empapeló un salón con «Las aves de América» de J.J. Audubon. Romper un libro histórico es como para escandalizarse, pero empapelar con él un palacio histórico parece romper el alborotómetro (no, no existe, pero estaría muy bien).

   Quizá el mayor crimen contra los libros no sea el de convertirlos (de un modo u otro) en arte mediante su vandalización. Quizá el mayor de todos sea leerlos rápido, no prestarles atención, prohibirlos o incluso abandonarlos en una repisa para que almacenen polvo. Ese es, en mi opinión, el uso que un libro nunca podría tener: el no ser atendido como debe, el de no ser difundido.

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