Para este año 2016 he querido desafiarme a leer alguna que otra propuesta menos convencional de lo habitual y que entrañe diferentes métodos de enfrentarse a su lectura. Movido por esta intención, y porque su estructura narrativa me llamó poderosamente la atención cuando la descubrí, llegó a mis manos la obra que nos concierne hoy en esta reseña, La casa de hojas, de Mark Z. Danielewski. Y es que hace unos meses supe de la existencia de la literatura ergódica (un tema este, por cierto, del que ya nos habló aquí hace unos años Alejandro y a dicha entrada podéis ir para saber más a fondo de qué va). Trataré de resumirla un poco y os diré, si es que todavía no sabéis lo que es, que la literatura ergódica es un género —por darle una etiqueta—, que trata de crear lectores activos. Es una forma de escritura compleja, que obliga por su parte también al lector a acercarse al texto de forma compleja, le incita a interactuar con él, a que se involucre tanto mental, como físicamente si hace falta y juegue a «unir los puntos».
Uno de esos ejemplos contemporáneos de literatura ergódica es, precisamente, La casa de hojas (y sí, ahora empieza la reseña, perdonad la introducción pero era necesaria). Un libro extraño y casi único que pocas veces se tiene el privilegio de encontrar en una librería. Aquí en España nos llegó en 2013 de la mano de Alpha Decay, pero la obra ya llevaba publicada originalmente en Estados Unidos desde el comienzo del nuevo milenio, en concreto, desde el 7 de marzo del 2000. Como decía antes, cuando conocí la existencia de este tipo de literatura, enseguida me topé con la creación de Danielewski. Me llamó muchísimo la atención porque vi algunas fotografías de la alocada maquetación que posee el libro y me entraron unas ganas inmensas de tenerlo en mis manos para sumergirme en todo eso. Las navidades pasadas tuve la suerte de recibirlo como regalo y, tras un mes de sesuda y dilatada lectura, concluí el libro. ¿Y qué me pareció? Bien, es una pregunta interesante, pues tengo muchas sensaciones encontradas con esta novela.
Para poneros en situación os cuento un poco de qué trata. En La casa de hojas se nos cuenta la historia de Navidson, un prestigioso fotógrafo ganador del Pulitzer que se muda a una nueva casa con su mujer modelo y sus dos hijos pequeños. Navidson desea filmar en toda su magnitud lo que implica una mudanza y cómo una familia se acomoda a un nuevo hogar, de modo que coloca montones de cámaras por toda la casa como si de una suerte de Gran Hermano se tratase su llegada al sitio. Sin embargo, al poco tiempo, Navidson descubre una anomalía dentro de la vivienda: la casa es más grande de lo que aparenta. El tamaño descrito en los planos arquitectónicos no cuadra y todo se pone patas arriba cuando aparece de la nada una puerta que lleva a un pasillo largo y oscuro que parece no tener fin. Y eso es solo el comienzo…
Se podría decir que ese es el argumento principal de La casa de hojas, no obstante, el libro abre con un prólogo en primera persona de Johnny Truant, un joven tatuador de Los Ángeles politoxicómano que se encuentra con El expediente Navidson, un manuscrito que guardaba en su apartamento un viejo ciego llamado Zampanò, el cual ha fallecido. Johnny se lleva ese manuscrito consigo y por algún motivo extraño que lo impulsa a ello reúne todas las páginas y notas que puede y decide terminar la obra para publicarla. De esta forma convergen dos historias dentro del libro, por un lado el arco argumental paralelo de Johnny, que nos va dejando notas a pie de página e incluso a veces nos cuenta cosas de su vida en ellas, y por otro la de El expediente Navidson, la cual no es más que la propia historia inquietante de Navidson y la casa.
Lo curioso de esto además es que se juega a romper la cuarta pared haciéndonos creer que Johnny es una persona real que de verdad llegó a publicar el libro, y los editores también nos dejan notas por toda la narración, al igual que el viejo fallecido de Zampanò, que fue documentándose acerca del expediente Navidson. ¿Qué, exhaustos por tanta información? Pues esto no es nada. La casa de hojas guarda montones de referencias a todo tipo de cosas: arquitectura, fotografía, física, matemáticas, tecnología, filosofía, psicología, cine, documentales, escritores, incluso textos en otros idiomas, etc, etc… Y este es quizás uno de los puntos por los que el libro me cansó tanto. Ojo, que no lo menciono precisamente como cualidad negativa, porque en general es un libro que he disfrutado, pero para bien o para mal, es una lectura con una cantidad enorme de texto y complejidad y debéis asumir que no es un libro sencillo de leer. Ante todo requiere tiempo y dedicación.
En realidad es una novela que he disfrutado a partes. No siempre. Y es una de las cosas que me irrita una vez concluida su lectura. Es un libro tan plagado de detalles, anotaciones, y tramas, que al final no puedo más que seleccionar fragmentos que me gustan y fragmentos que desearía que no se hubiesen escrito. Y digo esto porque por ejemplo, en un principio la narración de Johnny está bien, es decir, sirve como hilo conductor para llegar a la historia de Navidson y tiene cierta conexión con esta (aunque tampoco mucha), pero a la larga Johnny me sobra. Y muchísimo. De hecho, cada vez que se presentaban sus partes, la narración parecía meter freno de mano y todo se paralizaba. A mí en lo personal me molestaba bastante en muchos momentos y me sacaba de la historia principal, la de Navidson, la cual está mucho mejor llevada y resulta interesante de verdad, sobre todo cuando comienza a ponerse peliagudo el tema de la casa y Navidson se reúne con diferentes personas para explorar ese misterioso lugar oscuro que habita dentro de ella. Por eso siento que si la aportación de Johnny a la historia se hubiese visto más reducida, ya no digo eliminada del todo, habría beneficiado posiblemente la cadencia de la obra dotándola de más dinamismo y ligereza.
Tenéis que saber también que este es un libro de terror (aunque en algunas ocasiones no lo sea, y también algunos afirmen que en realidad es una historia de amor, incluido el propio Danielewski). En lo que respecta a todo lo paranormal que sucede dentro de la casa, estamos hablando de una historia de terror fantástico. Y muy bien escrita, por cierto. Lo más entretenido es sin duda todo lo que forma parte de este marco argumental (que por suerte es lo que más espacio ocupa en el libro). Tiene algunos capítulos, especialmente las exploraciones de la casa, que son brillantes. La acción, suspense, y misterio están ejecutados con maestría y la maquetación ergódica de esas páginas ayuda a meterse de una forma extraña dentro de los acontecimientos, acompañando a los personajes en su escalofriante periplo. Aún así, hay mucho que tiene que ver con Johnny y, como digo, me sobra bastante todo lo que este personaje quiere contarme (al igual que a la larga he notado que cuesta empatizar con cualquier otro de los personajes, posiblemente porque la narración del expediente tiene un aire frío y distante). Sin embargo, puedo entender que seguro que a otros lectores ambas historias le parecen igual de entretenidas.
Quizá el problema es que no he sabido apreciar en su magnitud todo lo que aquí Danielewski ha orquestado con precisión de cirujano, o sencillamente es que su creación patinó con mis altas expectativas. Lo que no quita que sea un libro al que le tengo muchísimo respeto tanto por su maquetación, su intención, su impresión a todo color (de lo que se entiende que sea un libro tan caro, imagino), y su laborioso proceso creativo pues, según confesó el propio autor, tardó casi 10 años en darle forma. En definitiva, no puedo decir que no me haya gustado. Pero tampoco puedo afirmar que me encantó porque había intervalos en los que no era así. Puede que no esté hecho para mí en su totalidad, si bien admito que hay cosas que hace de forma magnífica y es una rareza exquisita en muchos aspectos y distintos sentidos. Una oportunidad para leer algo diferente que haga mover tu cabeza. Si buscáis algo único y cautivador, esta es una propuesta que os puede resultar muy gratificante. Aunque bajo aviso quedáis; no es un libro para cualquiera, y es que ya lo dice su dedicatoria: «Esto no es para ti».
Coincido con tu análisis. A mí también me provocó sensaciones contrapuestas y también soltaba un resoplido cuando empezaba una de las partes de Johnny. Una lástima, porque el primer contacto fue muy prometedor. Para mí no estuvo a la altura de las expectativas.
Un saludo
En mi vlok escribí, en catalán, en el 2014 algo acerca de este libro, no mucho , cuatro cosas y acababa así: Es una experimentación, es un ir y venir, adelante, atrás, arriba, abajo, del derecho, del revés, es una lástima que las páginas de las Exploraciones no sean de color negro con la tipografía en blanco. A pesar de algunas cosas, el libro me gustó mucho. Es diferente y creo que esto ya es mucho.
Si no lo hubiera leído estoy seguro que después de leer tu artículo correría a la librería más cercana.
Hubiese sido un puntazo lo de las páginas de las exploraciones en color negro y la tipografía en blanco. Aunque sabiendo más o menos como va eso, puede que a la larga acabase cansando la vista o mareando. Pero en fin, habría ambientado a la perfección esas escenas.
Gracias por tu comentario y ese pequeño trozito de opinión. Estoy convencido de que es un libro que no deja indiferente a nadie.
¡Un saludo!
Qué os parece para una chica de 14 años?
Myriam, sinceramente, yo no recomendaría este libro a una chica de 14 años. Aunque también depende de qué tipo de lecturas le gusten a ella o lo madura que sea para su edad. Pero es una lectura bastante cruda y muy intrincada que requiere mucha participación por parte del lector, concentración en todo momento, y conocimientos múltiples ya mencionados en la reseña. Por no hablar de que además es una novela larga (a mí me llevó como un mes terminarla, y la leía todos los días) y no tiene reparos en usar lenguaje obsceno, drogas, muertes, o escenas para más adultos.
En fin, todo depende, está claro. Pero así de primeras, hay muchas otras historias recomendables que me vienen a la mente antes que esta para una chica de catorce. Espero que te sirva mi opinión.
¡Un saludo! 🙂
No deja de encantarme cómo la mayoría de las personas al leer HOL caen en la trampa de la casa. Ese es el «problema», mas que esos que mencionas. El hecho de que Truant se torne «molesto» y hasta prescindible en la lectura del libro, da la pauta de cómo el lector elige embelesarse y entregarse al temor, terror, misterio y afines de lo ilógico y dudoso, antes que encontrar la realidad desde la experiencia de vida y sentimientos. Sin Truant en la historia la presencia de Pelafina, su madre, tampoco sería entonces relevante ni necesaria, y entonces el libro solo sería un relato sobre los Navidson y la casa, y el misterio o «supuesto misterio» que alberga. Y digo «supuesto» porque mientras muchos lectores buscaron o creyeron encontrarlo allí, se alberga y habita fuera de la casa. Precisamente donde no se lo busca, más cerca de esos personajes de «afuera» de esa historia.
La locura y el amor en sus diversas formas impregnan las páginas, pero cada quien elige ver lo que desea, lo que cree, o lo que quiere ver. Y las expectativas siempre juegan en contra cuando el lector se sumerge solo en una parte de la historia.
Saludos!
[…] piedra de Sísifo, donde colaboro habitualmente. Así que si os llama la atención, no dudéis en pasaros por la reseña para conocer mi opinión final de esta obra. Si finalmente la he puesto en el top, es por el […]