El monstruo del doctor Frankeinstein, cuyo nombre se suele confundir con el de su creador, es una criatura construida mediante la unión de diferentes restos humanos, dando como resultado una heterogénea aberración de la naturaleza. Basándose en ese concepto de distintas partes que se unen conformando un todo irregular el estudio de diseño Fanthom (Ben Fry and co) jugó a ser el doctor Frankenstein e ideó la Frankenfuente, elaborada a partir de la unión de miles de fuentes.
Primero se realizaron búsquedas en Internet para cada una de las 5.483 palabras del libro y se volcaron en archivos PDF. A continuación se seleccionaron entre las diez y las quince mejores búsquedas, lo que dio como resultado 64.076 archivos PDF con 347.565 fuentes. Por último, se utilizaron 55.382 formas únicas de glifos para llenar las 342.889 letras individuales que se encuentran en el texto de Frankenstein, ordenados en función a su frecuencia de uso. Los caracteres más comunes se emplean al principio del libro, sobre todo Arial, Helvetica, y Times New Roman, pero a medida que el texto avanza van apareciendo fuentes menos comunes, incluyendo caracteres no latinos, fuentes muy especializadas o incluso pictogramas, de forma que el texto se va volviendo gradualmente más oscuro y grotesco conforme se acerca al final.
El resultado final es una edición frankenstinizada del propio Frankenstein, una joya tipográfica ingeniosamente recurrente, que ha sido diseñada del mismo modo en que se elabora a su personaje protagonista.
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