Famoso grafiti de Banksy

Famoso grafiti de Banksy

  La verdadera identidad del Banksy es uno de los secretos más bien guardados del mundo del arte en el último cuarto del siglo XX. Se han aventurado todo tipo de teorías. Se han especulado con muchas posibles identidades, con la posibilidad de que no sea un único artista sino un colectivo e, incluso, se ha llegado a conjeturar que detrás del misterioso nombre se encontrara Damien Hirst, que representa una visión completamente opuesta del mundo del arte a Banksy. Sin embargo, en una sociedad cada vez más interconectada y donde la privacidad empieza a ser ya un bien escaso mantener un secreto de semejante envergadura parece cada vez más imposible.

   En 2008 el periódico The Mail On Sunday apuntaba que Banksy era Robin Gunningham por una fotografía en la que aparecía con un bote de spray en Jamaica durante 2004. Una afirmación que, desde luego, no parece sostenerse con una única fotografía. En 2012 se publicó un libro titulado Freedom Through Football: The Story Of The Easton Cowboys & Cowgirls donde supuestamente aparece la primera fotografía confirmada tomada a Banksy mientras realizaba un graffiti en Chiapas, México, en 2001. Una fotografía que, por cierto, tampoco arrojaba mayor luz a la cuestión de la identidad del artista.

   Pero ahora parece que la teoría de Robin Gunningham vuelve a cobrar fuerza, confirmada por un estudio que ha llevado a cabo la Universidad Queen Mary de Londres. La investigación, titulada Tagging BanksyPersiguiendo a Banksy‒, ha utilizado una técnica conocida como «perfil geográfico», un método de investigación diseñado para rastrear a los criminales más buscados del planeta y que conduce a una conclusión clara: Banksy es Gunningham. Según la revista Journal of Spatial Science, donde aparecieron publicados los resultados, se han unido las coordenadas de más de 140 lugares en los que el artista ha ido dejando sus obras, lo que permite trazar un mapa de las direcciones donde ha vivido o donde ha sido sorprendido supuestamente haciendo intervenciones bajo la identidad de Banksy.

Robin Gunningham

Robin Gunningham

   No deja de ser curioso y significativo que para determinar la identidad del artista se hayan invertido una gran cantidad de recursos mediante un método usado para perseguir a criminales peligrosos. Aunque su trabajo ha llegado a cotizarse hasta el punto de que es bastante protegido, su denuncia, casi siempre satírica, de controvertidos temas políticos, sociales o morales, lo sitúa en una posición incómoda con respecto a la autoridad. A pesar de que sus obras ya han pasado a formar parte del circuito comercial del arte, su anonimato le ha permitido mantenerse al margen de ese mundo hasta ahora. Revelar su identidad supone debilitarlo, derribar su mito, obligarlo a un cambio drástico en sus prácticas artísticas, reintegrarlo en el sistema.

   Eso sí, no olvidemos que ni el propio Gunningham lo ha confirmado ni el estudio logra demostrar de una forma completamente incuestionable la identidad de Banksy, lo que de momento permite al enigmático artista seguir agitando a la opinión pública desde un conveniente anonimato. O, dicho con otras palabras, «Banksy ha muerto. ¡Larga vida a Banksy!»

Comentarios

comentarios