David Tennant usuando el cráneo del pianista André Tchaikowsky en Hamlet en 2008

David Tennant usuando el cráneo del pianista André Tchaikowsky en Hamlet en 2008

   El misterio rodea a Shakespeare. Una de las leyendas urbanas literarias más populares es que el Bardo de Stratford-upon-Avon no escribió sus obras. Pero no es la única. Según un artículo publicado en la revista Argosy en 1879, un médico llamado Frank Chambers encargó en 1794 a unos ladrones de tumbas que entraran en la iglesia donde se encontraba enterrado el escritor, que accedieran a su tumba y que robaran su cráneo. Incluso se llegó a rumorear que un cráneo aparecido en una iglesia cercana, en Beoley, pertenecía al Bardo, aunque más tarde se demostró que en realidad pertenecía a una mujer de 77 años. Durante más de un siglo la historia de la cabeza robada de Shakespeare ha sido una leyenda urbana más, uno de los muchos mitos que había sobre la figura del escritor. Sin embargo ahora, en el cuarto centenario de la muerte del dramaturgo, varios arqueólogos creen que existen pruebas de que el mito podría tener una base real, según informa el diario Independent.

   Por primera vez la Iglesia de la Santísima Trinidad, en Stratford-upon-Avon, ha permitido a los investigadores analizar la tumba de Shakespeare y las de su familia, incluyendo la de su esposa Anne Hathaway, que se encuentran próximas. La tumba de Shakespeare no está marcada con su nombre, sino solo cubierta por una piedra grabada con una maldición para alejar a posibles saqueadores. «Estamos seguros de que sus restos están ahí», afirmó Kevin Colls, arqueólogo de la Universidad de Staffordshire y autor del descubrimiento.

Monumento funerario de Shakespeare

Monumento funerario de Shakespeare

   Colls y Erica Utsi, un geofísico que ha trabajado en la Abadía de Westminster, dirigieron la exploración que se llevó a cabo mediante un radar de penetración terrestre (GPR), una tecnología de escaneo láser que permite saber qué hay debajo del suelo sin necesidad de escavar. El radar revela que las tumbas son relativamente poco profundas y que la tumba de Shakespeare no muestra señales de metal, como clavos de ataúd, lo que indica que probablemente fue enterrado en una mortaja. Con todo, el hallazgo más interesante es que parte de la tumba del escritor, en la que se encontraría la cabeza, parece haber sido manipulada, como si hubiera sido excavada y después se hubiera vuelto a tapar. Y, además, parece faltar el cráneo, aunque no se tiene la certeza segura de que así sea. Colls declaró que su equipo seguirá buscándolo.

   Por su parte, Patrick Taylor, vicario de la de la Santísima Trinidad advirtió que la Iglesia no va a permitir que se abra la tumba para comprobar si falta el cráneo. «Tenemos la intención de seguir respetando la santidad de su tumba, de conformidad con los deseos de Shakespeare», dice Taylor, «por lo que tendremos que seguir conviviendo con el misterio de no estar seguros de qué hay bajo la piedra».

   El descubrimiento será presentado con detalle en un documental titulado Historia Secreta: la tumba de Shakespeare que se emitirá próximamente en la televisión británica.

Comentarios

comentarios